El significado exacto de la palabra fobia es miedo. Cuando
se habla de homofobia y de transfobia no se trata de tener miedo a homosexuales
y personas trans: se refiere al miedo que la sociedad tiene de que homosexuales
y trans interpelen al poder patriarcal que por milenios se nos ha impuesto.
Por eso, uno de los principales argumentos de la homofobia y
la transfobia es que, bajo ningún concepto, se considere a esa gente como «normal»,
que conlleva al desprecio y repudio a estas personas.
La gente le tiene miedo a lo que no conoce, más aún cuando
se trata de personas homosexuales y trans, con toda la carga estereotipada y
peyorativa que se les ha adjudicado. El miedo, en ese caso, es contagioso y
conduce a la ignorancia, al espanto, al rechazo ante cualquier ambiente que se
les parezca – ¿miedo al contagio? léase: ¿a que le guste?–.
Por eso, luchar contra la homofobia y la transfobia implica también
perder el miedo.
En esa labor, el papel de los medios es fundamental, para mostrarle
a la gente eso que – desde la distancia – imagina terrible, desagradable,
putrefacto… pero no conoce.
Lamentablemente, después de 5 años organizando Jornadas
contra la Homofobia en Cuba, los medios nacionales han hecho muy poco en ese
sentido. Y no hace falta decir por qué. No obstante, este año se han descorrido
– ¡por fin! – las cortinas del silencio. En los noticieros cubanos se pudieron
ver algunas de las actividades de la Jornada, con más información, incluyendo
la conga multicolor por la más céntrica calle del Vedado, que ya viene
organizándose desde hace 5 años en fecha cercana al 17 de mayo.
Y llama mucho la atención, porque contrasta con el absoluto
silencio de los medios cubanos hace apenas un par de semanas, cuando la
aprobación del matrimonio igualitario en Brasil, el hermano sudamericano – aunque,
paradójicamente, el pueblo cubano lo pudo conocer por TeleSur. O el picotillo
de programa que hicieron hace sólo un mes, cuando transmitieron mutilado el
“Actor’s Studio” dedicado al elenco de la simpática serie norteamericana
“Familia Moderna” (Modern Family), de forma tal que los personajes gays no
hablaron en toda la noche.
Sin embargo, la verdadera novedad televisiva que nos trajo
la 6ta Jornada contra la Homofobia fue la presentación, durante la noche del
domingo 19 de mayo por el Canal Educativo de la Televisión Cubana, de un
resumen de la Gala Cubana contra la Homofobia, ocurrida una semana antes en el
más grande de nuestros teatros: el Karl Marx – donde se viene realizando ya por
tercer año consecutivo. Nuestro pueblo pudo ver, desde Pinar del Río hasta
Guantánamo y en horario estelar, unos 90 minutos de las más de dos horas que
duró el espectáculo.
Y pudieron ver a varios de los artistas que se han sumado a
esta campaña… aunque hay muchos más que Laritza Bacallao, La Colmenita y los
Van Van, pero estos nombres suenan muy alto en la popularidad de la Cuba de
hoy.
Pudieron ver a Imperio – la transformista de mayor impacto
en el país, que nos tiene acostumbrados a ver siempre algo nuevo –, quien abandonó
el doblaje para cantar con su propia voz de trueno, peluca en mano, repitiendo
enfáticamente: “¡Soy así!”… y ya nada podrá cambiarlo.
Pudieron ver al trío de «kazakis» que, con sus esculturales cuerpos
de Adonis y ropa mínima, bailaron magistralmente la famosa coreografía de
Beyoncé sobre finas puyas de mujer.
Pudieron disfrutar la actuación de Chavely, transexual de
particular belleza que continúa en las tablas – quienes la conocemos sabemos
que lleva esa obsesión en todos los sentidos –, presentando el legendario
“Vogue” de Madonna a ritmo de glamour y pasarela.
Pudieron ver también a Sahira, a Margot, a Estrellita, que
ya son leyendas del tacón y la lentejuela del transformismo en Cuba…
Y vieron a René González – uno de nuestros 5 héroes
antiterroristas – dar brevemente uno de los discursos más políticos que se han
escuchado contra la homofobia en el país, haciendo un trascendental vínculo
entre la lucha por la libertad de sus cuatro hermanos en cárceles de Estados
Unidos y la batalla por la libertad contra todo tipo de discriminación: a favor
de aquellas personas que “han sufrido injustamente, por culpa de otros”.
Lo más importante es que pudieron ver – a pesar de las
deficiencias del espectáculo – que no hay que horrorizarse con todo eso; que
también homosexuales y trans somos patria y Revolución; que incluso se logra hacer
buen arte en propuestas de transformismo y hasta se puede disfrutar de aquello
que no conocían.
Algunos preferirán ver en el espectáculo una propuesta de
mal gusto, resaltando aquellos pasajes de violencia que sobreviven y poco favor
le hace a la Gala. Otros, protectores de fe religiosa, se alarmarán ante las
sacudidas en las columnas del templo y criticarán semejante «terapia de choque»
contra la moral y las buenas costumbres.
No faltarán tampoco los más recalcitrantes, que tratarán de
inundar de quejas al ICRT, al gobierno y al Partido, horrorizados con tanta inmoralidad
en la pantalla de sus casas, un domingo por la noche… ¡cuando los niños aún
están despiertos! (como mismo llamaron hace cinco años, cuando la televisión
cubana transmitió – a altas horas de la noche y sin censuras – la conmovedora
historia de los vaqueros que se amaban en “Brokeback Mountain”).
Pero está muy bien que hayan transmitido la Gala Cubana
contra la Homofobia por la televisión nacional, en la tranquilidad de la noche
del domingo. Porque está bueno ya de tanta mojigatería, en un país que desde
hace décadas se propuso como objetivo político principal acabar con la
injusticia de las hegemonías.
Gracias Kmi, muy bueno, hacia falta que te lo publicaran en La Jiribilla por ejemplo... Besotes desde el mas alla
ResponderEliminarHola, Sandra! gracias a ti y espero todo te vaya bien en el más allá! Parece que hay cosas que siguen destinadas al silencio... la unidad, compañera! Besotes desde el más acá.
EliminarEn contra de la homofobia, si! pero de lo chabacano y vulgar tambien! y eso es lo que pienso de lo poco que vi de la Gala, pues no aporta nada.
ResponderEliminarDecía antes que no me iba a referir a las deficiencias del espectáculo, en relación a su valor artístico; creo que eso merece un post aparte, que no estoy en condiciones de hacer. Me refiero a la importancia de perderle el miedo a estas cosas, de aprender a apreciar en la diversidad la naturalidad de la vida.
EliminarA mi juicio lo importante es respetar de diferencia, y hacerlo desde ambas partes. Tan irrespetuoso es referirse a un homosexual como a un ser inferior, signado por un defecto, como que un homosexual haga alardes públicos o peor aún, se disfrace del sexo al que él no pertenece para hacer un arte realmente vulgar y de poco valor.
ResponderEliminarA ver, antes de comentar, quiero dejar claro una cosa. Yo soy bastante elitista en mis gustos literarios y musicales. Acepto que para gustos, colores, pero sí creo que hay buen y mal gusto y que hay obras buenas y "obras" malas.
ResponderEliminarDicho esto, ¿qué tiene de malo que los homosexuales y travestis (que no siempre son homosexuales) se expresen libremente y que esta expresión le parezca a otros chea y de mal gusto? Si no le gusta, no mire. Así de fácil.
No es necesario que piense que es arte. No es necesario que se cohiba de expresar su opinión de que encuentra el espectáculo kitsch, pero no les prohíba expresarse. Ser cheo no es delito. Censurar y reprimir a otras personas porque no pensamos como ellos sí debería serlo.
¿Y es realmente peor lo que puedan haber hecho esos homosexuales en ese espectáculo que la música de Justin Bieber o Britney Spears? ¿O que las vulgaridades de los reaguetoneros patrios, para no salir de casa (y a los que tampoco pienso que se deba censurar, a pesar de que los detesto). No estoy tan seguro.
¿Y qué es hacer alardes de ser homosexual en público? ¿Ir de la mano como cualquier otra pareja? ¿Besarse en público como cualquier otra pareja? Una pareja homosexual es idéntica en todo a una heterosexual, su relación no es menos respetable. Francamente, la gente en Cuba tiene que aprender a convivir con eso. Igual que qué más da como se vista la gente. ¿Por qué sienten que eso les perjudica u ofende? ¿Que hay tipos que lucen grotescos (o eso me parece en algunos casos)? Es verdad, pero no hay leyes contra ser feo o ser picú'o.
No estamos obligados a aplaudir cuando nos cruzamos con un homosexual o un travesti. Pero entre eso y recriminarles y pedir o esperar que se les reprima por su condición hay una distancia enorme donde reside, creo, la tolerancia. Que es único que se pide. Dejar que cada quien viva y se vista como le dé la gana en tanto no sea ilegal. Pero nadie puede aspirar a que se legisle en función de sus principios morales.
Muy buena esta respuesta, que resume lo que pienso sobre las opiniones anteriores. ¿Hasta donde y quién pone los límites para el respeto? Sobre eso escribí algo hace ya un tiempo en este mismo blog: http://k1000g.blogspot.com/2010/01/limites-para-el-respeto.html
EliminarSi alguien quiere o no quiere a homosexuales, no importa. Es un hecho, un hecho historico tambien. Uno tal vez no puedo querer, pero puede respectar. Entonces mismos derechos para todos.Algo que tenga que discutirse profundamente en el partido tambien. Un hetero no hace automaticamente un "buen" companero y un homosexual tampoco un " malo". Entonces companeros, adelante, donde hay el problema?
ResponderEliminarExcelente reflexión, Friedrich! Te apoyo con las manos y los pies! :-)
EliminarCOMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente.
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años