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sábado, 22 de diciembre de 2018

Aprendizajes

En más de 15 años de activismo #LGBT en #Cuba he aprendido que:

1. No podemos sentarnos a esperar, porque nada viene solo. Se lucha contra prejuicios muy arraigados en la cultura y hay que trabajar fuerte contra ellos.

2. La felicidad nunca viene completa. Los resultados vienen pasó a paso,  sólo se triunfa persistiendo sin perder el objetivo.

3. Se deben aprovechar las oportunidades, que no siempre se puede avanzar en el tema y son muchos los obstáculos, desde todos los flancos.

4. Cada momento de avance es motivo de celebración, de volver a adecuar tácticas y estrategias.

No queda más remedio que luchar, aprovechando cada momento y construyendo nuevas vías sobre cada logro, aunque parezcan mínimos

sábado, 11 de marzo de 2017

Hablando del aborto

Por: Zaida Capote Cruz
Tomado de: https://asambleafeminista.wordpress.com/2017/03/09/hablando-del-aborto/

Estábamos en un panel sobre el discurso político en uno de los "Último
jueves" de la revista Temas y, en medio del intercambio final con el
público, mencioné el aborto y la posición de vulnerabilidad de ese
derecho conquistado hace tanto por las mujeres cubanas. Por un lado me
preocupa la insistencia en la necesidad de estimular la maternidad
como la clave del dilema poblacional que enfrenta Cuba, haciendo a un
lado o considerando menos decisivos otros factores como la ingente
emigración a los Estados Unidos —que debe haberse contenido un poco
tras la revocación de la llamada ley de pies secos, pies mojados— o la
inflación creciente y la reducción de los servicios sociales y
prestaciones que, aunque existentes, en la práctica no están
funcionando como se necesita.[1]

Mencioné además mi sorpresa ante un anuncio en la revista Palabra
Nueva, de la arquidiócesis de La Habana, donde se desplegaba un
llamado contrario a ese derecho constituido. "La nueva persona que se
ha formado EXISTE Y ESTÁ VIVA desde el mismo momento de la
fecundación", rezaba, para proseguir con tres lemas más: "El aborto:
destruye la vida", "Él tiene derecho a vivir" y "no arranques de ti la
vida que brota de tus mismas entrañas…".[2] Tras la discusión se me
acercó uno de los presentes para aclararme que no debía yo hablar del
aborto como un "derecho", sino como una "elección". Cualquiera
pensaría tal corrección razonable; sin embargo, ya sabemos cuánta
capacidad de elección tienen las mujeres que deciden acudir a un
aborto contra la voluntad de la sociedad, la familia o la pareja. En
Cuba el acceso al aborto legal, gratuito y seguro es un derecho de
toda mujer fértil, sea cual sea su situación social. Pensarlo como un
derecho de las mujeres suma contexto, pues la elección es previa a la
decisión, y es individual. Y en cada caso proviene de circunstancias
distintas. Cuando una mujer decide abortar, ya hizo su elección. El
derecho es, por el contrario, un bien colectivo, para todas por igual;
nos iguala a todas en el acceso a la salud.

La disminución de la calidad de los servicios médicos y la morosidad
en la atención primaria parecen complicar el proceso. No estoy muy al
tanto de los datos. Pero la percepción de que un derecho conquistado
corre peligro se confirma con el reciente premio a una cantante
cubana, en Viña del Mar, por una canción de tintes evangélicos,
contraria al aborto, coherente con lo más retrógrado del contexto
político chileno.[3] La débil regulación del espacio público, la poca
atención a los mensajes flotantes en el ambiente común, la lentitud en
discutir con claridad los temas pendientes sobre cómo organizar
nuestras vidas en sociedad (da lo mismo si se trata del Código de
Familia o de la Ley de Cine), traen aparejados el afianzamiento de
discursos sumamente conservadores y hasta contrarios a lo promulgado
por nuestras leyes y nuestras prácticas culturales.

En el contexto latinoamericano, el caso de Cuba es casi excepcional.
Salvo en Ciudad de México y en Uruguay, creo, donde el derecho al
aborto fue legislado hace poco tiempo, en el resto de América Latina y
el Caribe aún es ilegal y en muchos países incluso está sujeto a
penalización. En algunos se lucha apenas porque se autorice el aborto
terapéutico —no libre, seguro y gratuito—, y ni siquiera así han
podido avanzar. Nuestros cuerpos son el territorio donde se dilucida
el destino nacional, su apropiación por el Estado forma parte de la
razón política del patriarcado y es difícil renunciar a ese poder,
entender que las únicas derechohabientes sobre su cuerpo son (somos)
las mujeres mismas. Un hecho como la revolución cubana consiguió
horadar esa telaraña viciosa de sujeción de las mujeres a la biología
y lo corporal, y en su apelación a la incorporación al trabajo
regularizó la práctica del aborto libre, seguro y gratuito como parte
del sistema de salud pública y contribuyó a la vivencia íntima del
placer sin culpa, con la disponibilidad, además, de métodos
anticonceptivos. La situación hoy es, cuando menos, preocupante.

Hace poco pasó por La Habana Mabel Bellucci y nos dejó su libro
Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo, sobre la larga
lucha por la legalización del acceso al aborto seguro, libre y
gratuito en Argentina. Es un libro magnífico en su multiplicidad
porque integra las voces de quienes protagonizaron esas luchas,
compilando materiales de difícil localización, rebuscando en los
recuerdos y los archivos de las participantes, reuniendo testimonios
diversos y ofreciendo, asimismo, rutas para la solidaridad con el
ejemplo de grupos de trabajo, apoyo y activismo que acompañan a
mujeres que abortan fuera de la ley. El libro, que se lee como el
relato múltiple de una experiencia común, compartida y sostenida a lo
largo de varias décadas, comienza su registro en los años 70 del siglo
pasado y funciona también como un manual de instrucciones que cada
quien puede aprovechar para aprender o decidir cómo actuar en casos
semejantes. A mí me alegró mucho saber que gente que quiero y con la
que sin embargo nunca hablé del tema ha estado muy metida en esa
lucha. Estoy segura de que cuando vuelva a Buenos Aires veré la ciudad
con otros ojos, pensando en esa historia antes ignorada que el libro
de Mabel nos pone ante los ojos.

Me hizo recordar un par de novelas de los años 20 en que aparecían
sendas escenas de aborto ilegal, con toda su sordidez y, por supuesto,
sus mortíferas consecuencias. En La gozadora del dolor (1922), de
Graziella Garbalosa, y La gallega (1927), de Jesús Masdeu puede
hallarse ese testimonio de época, porque el tema se discute desde hace
mucho, desde que el primer aborto inseguro cobró su primera víctima.
La legalización y el libre acceso al aborto seguro en el sistema de
salud pública cubana es otra de las conquistas cuya permanencia
depende de cómo gestionemos el espacio público y las intervenciones en
él. Es preciso no olvidarlo.

[1] Véanse, a propósito, las recientes "Disposiciones jurídicas para
proteger la maternidad de la mujer trabajadora", publicada en la
Gaceta Oficial de Cuba, número 7, extraordinario, el 10 de febrero de
2017.

[2] La imagen adjunta proviene de la página 17 del número 265,
correspondiente a diciembre de 2016, de esa publicación.

[3] No conozco la canción de marras. Escribo a partir de la discusión
del premio en https://paquitoeldecuba.com/2017/03/01/rapera-cubana-contra-un-derecho-de-la-mujer-chilena-y-con-el-aplauso-de-granma/

jueves, 9 de marzo de 2017

Mujeres e ideología de género

Por: Alberto Roque Guerra
jueves, 9 de marzo de 2017

Hoy, cuando pasado el Día Internacional de la Mujer, se reproducen los silencios en relación a las féminas en la mayoría de los espacios y contextos, quiero referirme a la ideología de género.

El término en cuestión, enarbolado por la Iglesia Católica Apostólica y Romana, se refiere a los principios ideológicos que inspiran las luchas de los movimientos de derechos humanos feministas y de las personas trans.

El Estado Vaticano y sus dispositivos de poder bien engrasados pretenden asirse con la peregrina idea de que la dominación masculina es parte de una Ley moral natural. Es decir, las bases del patriarcado y toda su carga maligna, violenta y excluyente no es ideología, es natural, inamovible y justifica los crímenes pretéritos y presentes contra las mujeres.

En tiempos pasados, ellas no tenían almas y eran consideradas brujas, categoría específica para denominar y condenar su herejía, ahora son negadas y demonizadas cuando transgreden ese orden «natural», que descaradamente pretenden presentarlo como desideologizado.

El aborto y la transexualidad son las zonas más delimitadas como blancos de la ideología de género patriarcal. Son temas recurrentes y obsesivos sobre los cuales se construyen nuevos regímenes de verdad.

El tema del aborto ocupó recientemente algunos espacios noticiosos, cuando la rapera cubana Danay Suárez recibiera el premio especial Gaviota en el Festival de Viña del Mar de Chile. Además de cambiar la letra de su canción (por el que sería automáticamente descalificada) amplió su posición en contra del aborto durante sus palabras de agradecimiento.

Suárez tiene todo el derecho a expresar su opinión y aunque ha nacido y crecido en un país donde el aborto es legal y se garantizan los derechos reproductivos de las mujeres cisgénero (no transgénero) heterosexuales, fue laureada extraordinariamente desde basamentos patriarcales y conservadores. Si esto no es ideología que alguien me explique la excepcionalidad de este premio y por qué en Chile y en la mayoría de los Estados que se autoproclaman laicos en la región el aborto sigue siendo ilegal.

Aunque el periódico Granma y algunos sitios digitales se pronunciaron favorablemente sobre el premio a la cantante cubana, no hicieron mención a sus palabras. Quiero pensar que no lo sabían, que fueron superficiales, pero ahora que lo saben me preocupa profundamente: la rapera Danay Suárez no está sola en Cuba, las posiciones Pro Vida (antiaborto) son más frecuentes de lo que creemos y están en todos los niveles del tejido social cubano.

Resulta llamativo que exista todo un marco conceptual desde la Bioética personalista (estandarte de la ideología cristiana, fundamentalmente católica) que considera el comienzo de la vida humana desde la concepción y en consecuencia al aborto terapéutico como moralmente inaceptable. Dicho enfoque es muy fuerte en América Latina.

Hablando de silencios y omisiones cómplices es necesario destacar que los opositores a la llamada ideología de género a nivel global y local hacen mutis en relación a las muertes maternas durante el embarazo y al parto y no está clara su posición ética sobre aquellas que son víctimas de la violencia machista.

Aunque hasta el mismísimo Papa Francisco y la Bioética personalista muestran preocupaciones serias y profundas en cuanto a la conservación de la vida y el medio ambiente, jamás se refieren al papel de la ideología de género patriarcal en la depredación ambiental, tal y como lo plantea el ecofeminismo y sus diferentes corrientes.

Que nadie lo dude, la lucha por la equidad y los derechos de las mujeres es ideológica. Las féminas son más que una clase social y debe desarraigarse de la academia, de la cultura y de la política de todos los atributos y roles que impliquen su subordinación natural al patriarcado.

Cuando digo mujeres se hace extensivo a las mujeres migrantes, a las mujeres de piel negra, a las mujeres transexuales, a las mujeres lesbianas, a las que se resisten fluidamente a las asignaciones culturales dominantes de lo femenino, a las trabajadoras sexuales y también a los hombres. Porque no habrá equidad de género si no se producen cambios profundos y radicales en todos los seres humanos.

Más que flores y homenajes sindicales y mediáticos formales a las mujeres por el 8 de marzo, se requiere de cambios en el plano de las ideas. [Santos Suárez, 9 de marzo de 2017].

miércoles, 25 de enero de 2017

Prostitución, trata de personas y turismo sexual

Por: Alberto Roque Guerra
Tomado de su blog: http://aroqueg.blogspot.com/2017/01/prostitucion-trata-de-personas-y.html
Esta entrada será breve en virtud del poco tiempo que tengo con mis ocupaciones académicas y profesionales, pero no quiero dejar pasar por alto el tema tratado ayer en el programa Mesa Redonda de la televisión cubana.
Aunque en las páginas digitales Cubadebate (apéndice del programa televisivo de marras) y Cubasí y en el propio programa los titulares solamente mencionaron la palabra «violencia», el tema central fue la prostitución y la trata de personas.
Felicito a los panelistas y su conductora por poner «sobre la mesa» dicho tópico, tan evidente y la vez tan silenciado por los discursos políticos. Las reflexiones fueron serias, balanceadas y propositivas.
El tema de la prostitución, el tráfico humano y la trata de personas tienen implícito la violencia de género y coloca en situación de vulnerabilidad a las mujeres, a las niñas y también a los hombres que practican la prostitución.
Cuando el colega Manuel Vazquez Seijido se refirió a las cuestiones jurídicas sobre la prostitución en Cuba sonó bastante absoluto y farragoso cuando afirmó que en nuestro país no se criminaliza a quien ofrece el servicio. Esto es parcialmente cierto: no se penaliza en el Código Penal, pero en la práctica es una verdad escandalosa que criminaliza la práctica de la prostitución femenina.
En Cuba solamente se penaliza al proxeneta y  las féminas que practican la prostitución, se les envía a centros de rehabilitación para su "reinserción" social, es decir, se les limita su derecho al disfrute de su libertad por políticas que no tienen basamento legal y que se ejecutan desde estrategias consensuadas entre el Ministerio del Interior y ¡la Federación de Mujeres Cubanas!
Esta doble victimización es aún más seria cuando las propias autoridades son permisivas con la práctica de la prostitución masculina. A ellos lo regresan a sus provincias (cuando este sea el caso) mediante otro decreto también discriminatorio que permite la deportación de los migrantes internos que no tienen residencia oficial en la capital.
Tradicionalmente, los estudios académicos sobre prostitución son censurados sin ambages, como si fuese algo de otro planeta o como si su tratamiento científico atentase contra la seguridad nacional.
En lo personal respeto el derecho de  cualquier persona a utilizar el cuerpo para trabajar y para su sustento económico. Lo mismo hacemos con nuestras manos y otras partes del cuerpo, por lo que me parece hipócrita la condena moral cuando dicha actividad es sexual. En este particular deseo expresar que no siempre la persona que se prostituye no tiene acceso a un trabajo digno, pues conozco a profesionales y a trabajadores y trabajadoras que ejercen la prostitución. La Epidemiología le denomina eufemística y estratégicamente «sexo transaccional».
Sin embargo, existen límites sobre los cuales deben plantearse mínimos morales. La prostitución es una actividad organizada por y para beneficios de los hombres y se basan en la explotación violenta de mujeres cisgénero, mujeres trans y hombres (en nuestro contexto se les conoce como pingueros).
Dicha práctica se torna peligrosa por la vulnerabilidad que implica ser la única alternativa que tienen estas personas para subsistir y cuando se cercena la libertad, la equidad y la autonomía de quien ofrece el servicio.
No apoyo el término «trabajo sexual» propuesto por el movimiento feminista y adoptado en los discursos y narrativas de derechos humanos de las Naciones Unidas por pactar sospechosamente con las bases ideológicas del patriarcado, implementadas en un mundo crecientemente desigual y neoliberal.
Llamemos las cosas por su nombre, desmantelemos las relaciones patriarcales. Los Estados que legalizan la prostitución son Estados proxenetas. Apoyo la propuesta del Centro Nacional de Educación Sexual de penalizar al cliente y de ampliar el debate académico y popular en relación a las causas, impactos y el análisis franco de los valores morales y sociales que se ponen en juego cuando de prostitución se trata. [Santos Suárez, 25 de enero de 2017]

martes, 1 de julio de 2014

La invisibilidad política de los hombres blancos heteros

«Ser blanco, heterosexual, hombre o de clase media te hace al mismo tiempo omnipresente e invisible. Tu estás dondequiera que mires, tu eres el estándar con el que todos los demás se miden. Eres como el agua, como el aire. La gente te dice que fueron a ver a una "doctora que era mujer" o que fueron a ver "al doctor". La gente te dice que tiene un "amigo gay" o que tiene un amigo. Una persona blanca estará contenta de hablarte de un "amigo negro", pero cuando esa misma persona te menciona un "amigo" todo el mundo asumirá que es blanco. Cualquier conferencia o curso que no tenga la palabra "género / mujer" o "LGBT / gay" o "minoría" en su título es sobre hombres, heterosexuales y blancos. Pero a eso le llamamos cursos de "literatura", "historia" o "ciencia política".
Esta invisibilidad es política»
Michael S. Kimmel, en la introducción del libro "Privilege: A Reader"

«To be white, or straight, or male, or middle class is to be simultaneously ubiquitious and invisible. You're everywhere you look, you're the standard against which everyone else is measured. You're like water, like air. People will tell you they went to see a "woman doctor" or they will say they went to see "the doctor." People will tell you they have a "gay colleague" or they'll tell you about a colleague. A white person will be happy to tell you about a "Black friend," but when that same person simply mentions a "friend," everyone will assume the person is white. Any college course that doesn't have the word "woman" or "gay" or "minority" in its title is a course about men, heterosexuals, and white people. But we call those courses "literature," "history" or "political science."
This invisibility is political.»
Michael S. Kimmel, in the introduction to the book, "Privilege: A Reader"




viernes, 20 de junio de 2014

Primera ley en Cuba que protege explícitamente a las personas por su orientación sexual

Ayer fue publicado –¡al fin!– el texto definitivo del nuevo Código de Trabajo (Ley 116/2013) después de seis meses de su discusión y aprobación en la Asamblea Nacional, con un largo proceso de análisis previo en todos los centros laborales del país durante el año 2013.

Mucho se ha hablado en la prensa nacional sobre esta nueva ley, sobre todo por legislar incluso las relaciones de trabajo en el entorno de las empresas del sector no estatal, algo necesario ante su crecimiento exponencial y, por ende, la necesidad de proteger a quienes allí se emplean.

Sin embargo hay un elemento al que nuestros medios –tan pacatos para hablar de sexualidad, especialmente si de homosexualidad se trata– no le han dado ninguna importancia y tiene una trascendencia extraordinaria: es la primera ley en Cuba que legisla explícitamente en función de proteger a trabajadores y trabajadoras en contra de la discriminación por su orientación sexual.

Para ser más precisos, el artículo 2 inciso b) establece, como principios fundamentales que rigen el derecho de trabajo en Cuba, la no discriminación por orientación sexual entre otras distinciones que sean lesivas a la dignidad humana, como el color de la piel, el género, las creencias religiosas, el origen territorial y la discapacidad.

Algunas personas pudieran considerar que es poca cosa, otras creen que no es necesario hacerlo de forma explícita cuando se habla de “cualquier otra distinción lesiva a la dignidad humana”. Pero estamos hablando de numerosas personas gays y lesbianas que, a pesar de que la Constitución de la República y el anterior Código de Trabajo tenían esa fórmula generalizadora, al estar implícito les ha costado todo tipo de discriminaciones en sus puestos de trabajo a partir de su orientación sexual. Y los ejemplos sobran.

En una sociedad machista como la nuestra –donde la norma heterosexual y el comportamiento patriarcal han marcado la formación misma de nuestra nacionalidad y de nuestra historia– un paso así es trascendental y merece el reconocimiento adecuado. No sólo por el cambio que implica en el paradigma de respeto hacia las demás personas, y la dignidad humana de ellas, sino para que todo el mundo sepa que es ilegal este tipo de acciones –tanto empleadores homofóbicos como las posibles víctimas– y se conozcan los recursos legales a utilizar en caso de que sucedan, en lo adelante.

De hecho, debemos estar orgullosos y mostrarlo como un gran paso de avance pues en el mundo solo 65 naciones tienen legislaciones para proteger los derechos de estas personas y, con esta nueva ley, Cuba se suma a los 9 países y 28 entidades que ya las tienen en Latinoamérica y el Caribe. Sin hablar de los 11 Estados que en el hemisferio occidental todavía criminalizan la homosexualidad –con prisión y hasta cadena perpetua–, todos ellos en la región del Caribe.*

Aunque tampoco es para dormirnos en los laureles: es un buen paso pero insuficiente, pues la legislación aprobada falla al hablar solo de “orientación sexual” y no de “identidad de género”, por lo que deja fuera a las personas trans y cualquier otra forma que se separe de las normas preconcebidas. No por casualidad ambos conceptos van de la mano en el lenguaje actual para el reconocimiento de estos derechos: queda demostrado que la falta de conocimiento –ante la ausencia de una adecuada educación pública al respecto– limita mucho su comprensión a todos los niveles.

Es por eso que, al menos en Cuba, muchas personas ignoran la diferencia entre ambos términos y cuando se habla de homosexualidad se entiende también a las llamadas transidentidades (travestis, transexuales, transformistas, etc.).

Es cierto además que la nueva legislación, al hablar de “género” y no de “sexo” –como decía la anterior–, pudiera incluir a todas las identidades de género. Pero al dejarlo implícito, a que los tribunales que apliquen la ley hagan una interpretación científicamente correcta, ya sabemos que puede dar pie a muchas injusticias que debieron ser evitadas en la nueva redacción.

Lo imperdonable es que no faltaron voces en el Parlamento para aclarar esta situación, pues algunas personas expertas en la materia –lideradas por la Directora del CENESEX, la diputada Mariela Castro Espín– insistieron en este particular, para que no sucediera.

Aún así, la “Comisión de Estilo” que decidió la redacción final del texto legal prefirió ignorarlo –sobre la base de sus prejuicios y no de los argumentos científicos aportados–, llamando la atención sobre fallas en nuestra democracia: que sea aprobada una ley en nuestro máximo órgano legislativo sin tener clara su letra definitiva ni tomar en cuenta la opinión –y, en un final, la decisión– de todos nuestros representantes.

Mal precedente cuando muchos aspiramos a seguir avanzando en la actualización de nuestra sociedad y lograr –como en Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia, Ecuador y cada vez más lugares de nuestro continente– la unión legal para parejas del mismo sexo, además del derecho a la adopción y el matrimonio igualitario para quienes así lo deseen, basados en el mismo principio de la igualdad y la dignidad humana para todas las personas.

La Habana, 19 de junio de 2014


__________________
* Datos tomados del sitio web de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA): http://old.ilga.org/Statehomophobia/ILGA_Homofobia_de_Estado_2013.pdf

lunes, 14 de abril de 2014

Sobre crímenes y otros odios

Se ha vuelto a encender la polémica en la blogosfera cubana sobre “crímenes de odio” contra homosexuales en Cuba, a partir de la más reciente nota informativa del MININT sobre el asesinato de un hombre a manos de otro con quien mantenía “relaciones estrechas” –además de matar a una anciana y un niño–, que fue publicada nada más y nada menos que en el Granma (en su edición del 31 de marzo de 2014).
 
La polémica se extendió a la prensa digital cubana con la publicación en CubaSi.cu del artículo “Cuba: ¿Crímenes de odio?”, en donde el periodista se afana en tratar de demostrar que no se puede hablar de una “oleada” de estos dramáticos hechos, como ha pretendido hacer ver cierta prensa amarillista anticubana.
 
El problema está en que, a ciencia cierta, no contamos con cifras concretas aportadas por las autoridades para saber si hay o no crímenes de odio contra los homosexuales en Cuba… y me temo que nunca lo sabremos. Empezando porque, hasta donde tengo entendido, nuestras autoridades policiales no contabilizan los hechos por estas causas, cuanto más caen en el gran saco de “crímenes pasionales”… como si la pasión matara.
 
Ojalá esté desactualizado mi comentario pero, a pesar de que la Policía Nacional Revolucionaria es una institución pública –que responde a la ciudadanía– y nuestro Presidente ha realizado numerosos llamados a acabar con el secretismo, no se dan datos de ningún tipo; por lo tanto, se opta por el silencio y surge la especulación.
 
Lo que me alarma es que nuestra prensa, tan pacata y alejada de casos criminales, en los últimos tiempos se haya dedicado a publicar sólo estos casos, de asesinatos entre hombres con "relaciones estrechas". Si se trata de una estrategia de prensa para combatirlos sugiero que se revise, pues a más de una persona he escuchado ya decir que "¡los homosexuales cuando se enamoran, matan!"... y otras lindezas que redundan en estigmatizar y discriminar a este grupo humano.
 
A lo mejor no debe ser motivo de alarma a nivel social, hablando en términos de seguridad de la ciudadanía. Pero hay una alerta real, que preocupa a un segmento de nuestra población: el aumento de la cantidad de homosexuales asesinados. No es un tema nuevo, pues ya desde hace algunos años se viene manejando y hasta algunos de nuestros creadores han roto el silencio: la pobremente exhibida película “Verde, verde”, entre otras realizaciones cubanas, han sido un llamado de alerta a este fenómeno que, sin dudas, merece una atención particular.
 
Optar por el silencio es hacerle el juego a la violencia porque tienen la misma esencia: negarlo. Lo mismo callando que eliminando.
 
Esto me hace recordar una película –presentada en el cineclub Diferente, hace algunos años– donde se detalla el asesinato del adolescente homosexual Matthew Shephart a mediados de los 90 en un pueblo de los Estados Unidos. Nadie en el pueblo podía creer que sus victimarios habían sido dos adolescentes como él, vecinos y compañeros de aula, niños buenos, de su familia, cristianos y “bien llevados”. Niños enfermos de odio que, si bien en la escuela se burlaron y lo silenciaron por su forma de ser, en otras circunstancias –con algo de alcohol y tal vez drogas– cometieron el terrible crimen. Es una alerta contra la violencia, en cualquiera de sus formas.
 
Este es un tema tan complejo que no se puede enfrentar con análisis superficiales. Tiene que trabajarse un enfoque multidisciplinario, donde no sólo debe participar la PNR y el CENESEX, tienen que sumarse todas las instituciones y organizaciones que puedan ayudar a identificar los motivos, educar, prevenir. Pero sobre todo: hablar, tomar conciencia de un problema que preocupa a un número importante de nuestra ciudadanía y no debe dejar de escucharse y atender.
 
La pasión no mata, lo que mata es el odio. Y lo más importante de este debate –que desafortunadamente se ha dado en el limitado ciberespacio del país– es que ha llamado la atención sobre el tema.
 
Ahora que hablamos de valores, de luchar contra la violencia que ha surgido en varios sectores de la sociedad, es importante resaltar que también hay combatir este tipo de violencia. No dejemos que se silencie.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Vísperas de un paso trascendental

El parlamento cubano deberá aprobar en las próximas horas la propuesta de un nuevo Código de Trabajo, que ha sido ampliamente discutido por la población durante los últimos 6 meses después de su publicación en lectura inicial.

De acuerdo a Paquito –que está en las sesiones de la Asamblea y como periodista tiene acceso a los documentos que se discuten– la versión que tienen ahora los diputados en sus manos contiene en el artículo 2 una referencia explícita a la orientación sexual como motivo de discriminación en el puesto de trabajo, definido en un nuevo enunciado sobre “Igualdad en el trabajo”.
De ser así, estamos en las vísperas de un paso trascendental en la legislación cubana, pues sería la primera vez en la historia de Cuba que se aprueba una ley que proteja explícitamente los derechos de aquellas personas que han decidido vivir abiertamente en contraposición a las normas heterosexuales, en este caso en su entorno laboral.
Y no estamos hablando de poca gente. El reciente censo de población perdió la oportunidad –por la acción a última hora de algún funcionario homofóbico– de conocer a ciencias ciertas el número de personas que se beneficiarán con esta medida. Sin embargo, algunos estudios en el mundo estiman a este grupo poblacional en alrededor del 10% de la población general, por lo que estaríamos hablando de más de un millón de personas en Cuba.
Aunque fue lamentable que la propuesta inicial no incluyera este aspecto –en franco desconocimiento a los objetivos de trabajo que había aprobado el Partido en su Conferencia de 2012– se ha hecho justicia y llama la atención que haya sido incorporado a solicitud de la gente en los debates populares.
No han sido pocas las personas que me han comentado que durante las discusiones de esta propuesta en sus secciones sindicales se ha planteado el tema, tanto en La Habana como en otras provincias, con una acogida favorable… y no se ha caído nada, no ha temblado la tierra, ni ha habido nadie que amenace con renunciar al Sindicato porque se apruebe tal cosa.
Desde esta perspectiva también constituye un paso valioso, pues fue la participación de la ciudadanía la que ha traído el tema a la legislación. Esto ha sucedido a pesar de que no ha habido ninguna acción pública en su defensa pues, como era de esperar, los medios de la prensa nacional no han dicho una palabra al respecto en las numerosas coberturas que ha dado a este proceso.
Que haya sucedido así hace pensar en dos elementos: puede ser una demostración de que la percepción de la población cubana con relación a la orientación sexual de las personas está cambiando, al menos ligeramente, y que la gente le ha perdido el miedo a hablar de ello y a defender abiertamente estos derechos. Entonces también se trata de un paso importante contra el poder patriarcal en Cuba.
Será igualmente una acción de justicia histórica ¿Cuántas personas hemos conocido que no han podido acceder a un puesto de trabajo, o han tenido que renunciar a su profesión, como consecuencia de acciones homofóbicas? ¿Cuántas personas hemos conocido que han sufrido en silencio toda su vida, o han tomado acciones más drásticas –léase emigración o incluso el suicidio– por el acoso de las que han sido víctimas?
Queda claro que este paso trae nuevos retos. Entre ellos, los necesarios cambios en los numerosos reglamentos que existen para que el nuevo Código de Trabajo no se convierta en letra muerta. Está pendiente todavía la asignatura de la “identidad de género”, porque –aunque el imaginario popular piense lo contrario– las personas trans no necesariamente son homosexuales… y se han quedado fuera de esta legislación. Se mantiene aún la necesidad de una educación amplia y efectiva a la población sobre el respeto a los derechos sexuales.
En mayo de 2013 el mapa de ILGA –la organización más reconocida internacionalmente en temas de defensa de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisex y trans– reconoce que ya 66 países en el mundo han aprobado leyes de protección explícita a este grupo poblacional.
Cuba podrá ser el número 67 y así dar nuevos pasos trascendentales. Porque si es importante elaborar políticas de protección a los derechos de todas las personas –incluyendo su orientación sexual, como hizo el Partido en 2012–, más importante aún es convertirlas en ley.

miércoles, 19 de junio de 2013

Esos corazones insensatos



¡No soporto a Marina! Con esa sonrisita ficticia y esa vocecita de mujer sufrida. Cuando sale en pantalla reacciono igual que cuando sale Aimé Amargoz en el NTV: ¡pongo en “mute” mi televisor, para no escucharla más! Será muy bonita, muy modelo en la vida real y todo eso… pero no puedo con ella, con sus dedos gordos y sus uñas cortas. Porque lo que es insensato es que sea la más rica y la más tonta, en una absurda combinación de categórica e inconsistente, firme y pusilánime ¡no la ruedo!

En un final, de eso se tratan las telenovelas: de entretener a la gente y sacarla de sus preocupaciones diarias… aunque en ocasiones la realidad sea mucho más rica y tremebunda que cualquier increíble trama que se presenta en ellas. Uno conoce cada situaciones reales… ¡que meten miedo! que si salen en telenovelas no queda más remedio que apagar el televisor.

Sin embargo, con esta no me pierdo un capítulo… y quien me llame por teléfono a esa hora tendrá que hablar con la contestadora automática ¡Porque esta buenísima! Dinámica, con tramas bien llevadas, simpática y picante en los momentos precisos, bien ambientada, excelentemente actuada… una mezcla profesional de buenas formas de hacer televisión, que ni aburre ni desespera (excepto en el caso de Marina, aclaro).

Tanto, que me hace recordar dos íconos inolvidables de las telenovelas brasileñas, que causaron furor en las pantallas cubanas: “Roque Santeiro” y “Vale Todo”. Con “Insensato Corazón” uno se divierte tanto, de tan buena gana, que no quieres que se acabe.

En lo que a trama se refiere, me encanta ese mensaje –muy a tono con su título– que hace honor a la razón de ser de toda telenovela: en cuestiones de amor el corazón es insensato, se fija en cualquiera y nadie puede hacer nada en su contra.

Desde la millonaria pragmática y cansada de pretendientes interesados, que se queda con el Adonis descerebrado que le da la diversión y la seguridad que los señoritos ricos no pueden ofrecer  –la Vivi siempre tiene el mejor bocadillo de la novela–; la modelo voluptuosa, de cuna pobre y honesta, que destruye matrimonios y le guarda fidelidad –casi perfecta– al banquero corrupto y asesino; la ambiciosa capaz de hacer cualquier cosa para subir en la escala social, de familia aparentemente feliz pero insatisfecha en el amor, que no puede renunciar a sus orígenes y termina con un ex presidiario de igual calaña –eso sí: ¡con un cuerpo de sueño!

Y hablando de insensateces, como toda buena telenovela que se adentre en las complejidades del corazón, no teme en tratar el tema “gay”, sin tapujos ni miramientos del horario –para el enojo de los conservadores, protectores de la fe religiosa, que se quejan y repiten que ya no ven telenovelas brasileñas, porque “¡no hay ninguna en que no haya una trama de maricones!”.

Levantando la parada, es que no hay 1 personaje “gay”, sino… ¡4! Desde la pajarita estereotipada, la “perra”, la “sugar”, refinada en el mejor gusto para las modelos; pasando por el “amanerado evidente”, que se vuelve loco con los buenos mozos que hacen ejercicios en la playa de Copacabana… hasta –¡por fin!– el profesor de la Facultad de Derecho, muy varonil y asumido en su sexualidad, que desarrolla una historia muy bonita con un empleado sencillo –el más bello de los galanes de la telenovela, por cierto–, muy confundido en sus gustos, que transita por un cambio muy creíble en su sexualidad, de los brazos de una novia poco exigente a un amor que lo va dominando, en contra de sus propios prejuicios.

Si elogioso es el tratamiento a la diversidad de amores –no sólo en lo que llaman “ambiente gay”, sino en general–, mención especial merece la forma en que se critica a la homofobia: su exponente es un temerario periodista, progresista en sus ideas políticas, luchador por las causas justas y en contra de la corrupción, el atropello… siempre que no sea en la sexualidad de las personas, porque de repente se transforma en el más machista, homofóbico y violento de los personajes.

Esos ejemplares por aquí abundan… que lo de “revolucionario” (o “revolucionaria”) se les pierde cuando de sexualidad se trata.
Aunque seamos honestos: no es la gran cosa, pero entretiene. Y demuestra que se puede hacer telenovela –con toda la carga de banalidades que eso implica– y trascender. Que, a pesar de Marina y su tontería, se puede elaborar un producto de consumo que entretiene y hace reflexionar, sin grandes pretensiones ni didactismos. ¿Qué más se puede pedir?

martes, 21 de mayo de 2013

Perder el miedo

El significado exacto de la palabra fobia es miedo. Cuando se habla de homofobia y de transfobia no se trata de tener miedo a homosexuales y personas trans: se refiere al miedo que la sociedad tiene de que homosexuales y trans interpelen al poder patriarcal que por milenios se nos ha impuesto.

Por eso, uno de los principales argumentos de la homofobia y la transfobia es que, bajo ningún concepto, se considere a esa gente como «normal», que conlleva al desprecio y repudio a estas personas.

La gente le tiene miedo a lo que no conoce, más aún cuando se trata de personas homosexuales y trans, con toda la carga estereotipada y peyorativa que se les ha adjudicado. El miedo, en ese caso, es contagioso y conduce a la ignorancia, al espanto, al rechazo ante cualquier ambiente que se les parezca – ¿miedo al contagio? léase: ¿a que le guste?–.

Por eso, luchar contra la homofobia y la transfobia implica también perder el miedo.

En esa labor, el papel de los medios es fundamental, para mostrarle a la gente eso que – desde la distancia – imagina terrible, desagradable, putrefacto… pero no conoce.

Lamentablemente, después de 5 años organizando Jornadas contra la Homofobia en Cuba, los medios nacionales han hecho muy poco en ese sentido. Y no hace falta decir por qué. No obstante, este año se han descorrido – ¡por fin! – las cortinas del silencio. En los noticieros cubanos se pudieron ver algunas de las actividades de la Jornada, con más información, incluyendo la conga multicolor por la más céntrica calle del Vedado, que ya viene organizándose desde hace 5 años en fecha cercana al 17 de mayo.

Y llama mucho la atención, porque contrasta con el absoluto silencio de los medios cubanos hace apenas un par de semanas, cuando la aprobación del matrimonio igualitario en Brasil, el hermano sudamericano – aunque, paradójicamente, el pueblo cubano lo pudo conocer por TeleSur. O el picotillo de programa que hicieron hace sólo un mes, cuando transmitieron mutilado el “Actor’s Studio” dedicado al elenco de la simpática serie norteamericana “Familia Moderna” (Modern Family), de forma tal que los personajes gays no hablaron en toda la noche.

Sin embargo, la verdadera novedad televisiva que nos trajo la 6ta Jornada contra la Homofobia fue la presentación, durante la noche del domingo 19 de mayo por el Canal Educativo de la Televisión Cubana, de un resumen de la Gala Cubana contra la Homofobia, ocurrida una semana antes en el más grande de nuestros teatros: el Karl Marx – donde se viene realizando ya por tercer año consecutivo. Nuestro pueblo pudo ver, desde Pinar del Río hasta Guantánamo y en horario estelar, unos 90 minutos de las más de dos horas que duró el espectáculo.

Y pudieron ver a varios de los artistas que se han sumado a esta campaña… aunque hay muchos más que Laritza Bacallao, La Colmenita y los Van Van, pero estos nombres suenan muy alto en la popularidad de la Cuba de hoy.

Pudieron ver a Imperio – la transformista de mayor impacto en el país, que nos tiene acostumbrados a ver siempre algo nuevo –, quien abandonó el doblaje para cantar con su propia voz de trueno, peluca en mano, repitiendo enfáticamente: “¡Soy así!”… y ya nada podrá cambiarlo.

Pudieron ver al trío de «kazakis» que, con sus esculturales cuerpos de Adonis y ropa mínima, bailaron magistralmente la famosa coreografía de Beyoncé sobre finas puyas de mujer.

Pudieron disfrutar la actuación de Chavely, transexual de particular belleza que continúa en las tablas – quienes la conocemos sabemos que lleva esa obsesión en todos los sentidos –, presentando el legendario “Vogue” de Madonna a ritmo de glamour y pasarela.

Pudieron ver también a Sahira, a Margot, a Estrellita, que ya son leyendas del tacón y la lentejuela del transformismo en Cuba…

Y vieron a René González – uno de nuestros 5 héroes antiterroristas – dar brevemente uno de los discursos más políticos que se han escuchado contra la homofobia en el país, haciendo un trascendental vínculo entre la lucha por la libertad de sus cuatro hermanos en cárceles de Estados Unidos y la batalla por la libertad contra todo tipo de discriminación: a favor de aquellas personas que “han sufrido injustamente, por culpa de otros”.

Lo más importante es que pudieron ver – a pesar de las deficiencias del espectáculo – que no hay que horrorizarse con todo eso; que también homosexuales y trans somos patria y Revolución; que incluso se logra hacer buen arte en propuestas de transformismo y hasta se puede disfrutar de aquello que no conocían.

Algunos preferirán ver en el espectáculo una propuesta de mal gusto, resaltando aquellos pasajes de violencia que sobreviven y poco favor le hace a la Gala. Otros, protectores de fe religiosa, se alarmarán ante las sacudidas en las columnas del templo y criticarán semejante «terapia de choque» contra la moral y las buenas costumbres.

No faltarán tampoco los más recalcitrantes, que tratarán de inundar de quejas al ICRT, al gobierno y al Partido, horrorizados con tanta inmoralidad en la pantalla de sus casas, un domingo por la noche… ¡cuando los niños aún están despiertos! (como mismo llamaron hace cinco años, cuando la televisión cubana transmitió – a altas horas de la noche y sin censuras – la conmovedora historia de los vaqueros que se amaban en “Brokeback Mountain”).

Pero está muy bien que hayan transmitido la Gala Cubana contra la Homofobia por la televisión nacional, en la tranquilidad de la noche del domingo. Porque está bueno ya de tanta mojigatería, en un país que desde hace décadas se propuso como objetivo político principal acabar con la injusticia de las hegemonías.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Ya no soy “gay”

Vuelvo a actualizar mi blog después de un largo período de silencio…que no significó ausencia de pensamiento. Todo lo contrario, ha sidoun período de mucha reflexión y cuestionamiento, que me ayudó a revisar algunas cosas y a consolidar otras.

Esto lo escribí hace ya algunos meses… y no hay que sorprenderse con el título. Está en consonancia con lo que decía en febrero de 2010, con la famosa "sopa de letras" ILGBTTTIAQ…

Me cansé de las categorías que defiende la teoría de la "diversidad sexual". Admito su importancia en la enseñanza del comportamiento humano, para entender mejor la vida sexual de las personas, y el papel que ha tenido en la lucha por los derechos de las mal llamadas "minorías sexuales".

Pero la vida es más que una escuela y las categorías no podrán cubrir toda la complejidad humana. Y como las categorías son convencionalismos humanos, me resisto a seguir identificándome como "gay".

Me sorprende cómo la gente se toma tan en serio eso de las categorías, con todos sus estereotipos y discriminaciones (¿o "parametraciones", a la inversa?). He tenido que escuchar en muchas ocasiones, durante mucho tiempo, eso de: "pero tu no pareces gay"; o,al menos, "tu no eres un gay típico" – siemprecomparándome con lo que debería ser.

Pregunto: ¿Por qué no parezco "gay"? Y me responden:

• "Porque tu eres 'hombre'" (como si los gays no fueran hombres).
• "Porque tu no te vistes como los gays" (como si eso fuera una moda).
• "Porque nunca vas a fiestas gays" (como si hubiera que pasar lista en ellas para ser categorizado).
• "Porque no tienes plumas" (como si fuéramospájaros… a pesar del mote).
• "Porque tu no tienes el 'swing' de los gays" (como si fuera fashion).
• "Porque no eres promiscuo" (como si fuera una condición).
• "Porque no eres seropositivo" (en verdad, cada vez es más difícil encontrar alguno que se mantenga seronegativo)

Más toda la creatividad de lo que la gente identifica como "gay", que no es poca.Entonces, basta de querer identificarme con un estereotipo que no cumplo… ni pretendo cumplir.

Creo, además, que la lucha debe ir más allá de estas categorías: que se respete a todas las personas independientemente de sus gustos, de sus placeres, de sus secretos, de sus estilos, de sus pudores, de sus miedos, de sus sinceridades… nadie tiene derecho a meterse en la vida de los demás.

Que conste: respeto mucho a amigos y colegas que quieren seguir identificándose como tal… incluso a quienes defienden el "matrimonio gay" – matrimonio, esa institución patriarcal, símbolo del poder masculino,colmado de dobleces, quimeras y sentido de pertenencia, que tan pocos buenos ejemplos nos ha dado a través de la historia.

Por eso prefiero ser identificadopor muchas otras cosas más importantes. Por ejemplo:

• Camilo (para más detalles García López-Trigo, porque en el pueblo hay muchos Camilos): con virtudes y defectos, con verdades y contradicciones.
• cubano (de los patriotas, de los que no se van)
• camagüeyano (de nacimiento, aunque conozco poco la zona)
• habanero(por adopción… cayohuesano para ser más exactos, donde he vivido gran parte de mi vida. Es que, sin dudas, Cayo Hueso deja su impronta).
• hombre (con los beneficios y perjuicios que eso implica)
• blanco (enapariencia, por supuesto. Igual que lo anterior, estodefine muchas experiencias que he tenido… y otrasque no he tenido)

¡Ah! y maricón, que es muy diferente a ser "gay".Al menos es un término más concreto, más directo… que va a la esencia: todo el mundo sabe inmediatamente de lo que estoy hablando. Y aunque a algunas personas no les guste, porque les suena vulgar y peyorativo…¡es una palabra que a mi me suenatan masculina!

7 de septiembre de 2012

sábado, 10 de marzo de 2012

Cuba defiende en Naciones Unidas respeto a la libre orientación sexual y la identidad de género

La delegación cubana se sumó a las voces de los países que, el pasado 7 de marzo, criticaron en Naciones Unidas todo acto de discriminación o violencia contra cualquier persona por motivos de su orientación sexual e identidad de género. La declaración se realizó en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra durante un panel realizado sobre discriminación y violencia contra personas por su orientación sexual e identidad de género.
Junto a esta posición, y ante la evidente falta de consenso en Naciones Unidas para tratar el tema, Cuba también llamó a promover una cooperación internacional al respecto, “mediante el diálogo genuino, el respeto y la sensibilización”. Además, reclamó la comprensión y el respeto como “claves en el éxito de un proceso que puede tomar tiempo, pero que amerita nuestro empeño”.  
Durante la intervención, el delegado cubano Juan Antonio Quintanilla Román destacó el trabajo realizado por el CENESEX y otras organizaciones e instituciones cubanas por el respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género, entre ellas las Jornadas Cubanas contra la Homofobia, que se realizan cada año alrededor del 17 de mayo (reconocido como el Día Mundial contra este tipo de discriminación).
La posición expresada en Ginebra se corresponde con los Objetivos de Trabajo aprobados el 29 de enero pasado en la Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba, entre los cuales se encuentra el enfrentamiento a los prejuicios y conductas discriminatorias por orientación sexual e identidad de género.
Intervención del delegado de Cuba, Juan Antonio Quintanilla Román
(Consejo de Derechos Humanos, Ginebra, 7 de marzo de 2012)
Señora Presidenta:
Para Cuba todo acto de discriminación o violencia contra cualquier persona es condenable, injustificado e ilegal, incluyendo aquel que se sustenta en bases claramente discriminatorias por motivos de raza, color, sexo, orientación sexual, identidad de género, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o condición social o cualquier otro tipo de discriminación lesivo a la dignidad humana.
La Revolución Cubana, desde su triunfo en 1959, y en correspondencia con su vocación humanista, estableció como objetivo prioritario el combate a cualquier acto de discriminación o violencia contra las personas. En Cuba la discriminación está proscrita por Constitución, cualquiera que sea su naturaleza. No existe legislación o política alguna que penalice a las personas en razón de su orientación sexual o identidad de género.
El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES), junto a otras instituciones del Estado, y del gobierno, y las organizaciones no gubernamentales cubanas, han promovido el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género en correspondencia y como reflejo de la firme voluntad política de nuestro Estado y gobierno de garantizar la plena igualdad de todos los cubanos y cubanas.
Destacamos también la celebración de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia, espacios de participación democrática que incluye la expresión libre de personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Del 23 al 26 de enero pasado, se realizó el VI Congreso Cubano de educación, orientación y terapia sexual. El evento, en el que participaron reconocidos expertos de varios países, constituyó una fructífera instancia para el diálogo y la sistematización de las mejores experiencias en este ámbito.
Señora Presidenta:
Cuba llama a promover una cooperación internacional en el tema que nos ocupa mediante el diálogo genuino, el respeto y la sensibilización. No apoyamos la vía de la confrontación. La comprensión y el respeto son claves en el éxito de un proceso que puede tomar tiempo, pero que amerita nuestro empeño.  
Muchas gracias.

martes, 21 de febrero de 2012

El silencio no es educación sexual

La tercera edición del Diccionario Básico Escolar, publicado por la Editorial Oriente y el Centro de Lingüística Aplicada de Santiago de Cuba, ha sido anunciada con entusiasmo por los medios de prensa como uno de los libros más esperados en la recién clausurada XXI Feria Internacional del Libro Cuba 2012.
Sin embargo, para mi sorpresa, entre sus 10 600 palabras no se encuentra el término “sexualidad” y, mucho menos, “heterosexualidad”, “homosexualidad”, “bisexualidad”. Al parecer, nuestros jóvenes y adolescentes – y nuestra población en general – no deben conocer el significado de estas palabras.
El silencio no es educación sexual. En realidad, el silencio es lo opuesto a la educación, sea cual fuere, y es violatorio del derecho a la información basada en el conocimiento científico, uno de los derechos sexuales reconocidos por la Asociación Mundial de Salud Sexual (WAS). El silencio también es violencia, al arrebatar a las personas su derecho de saber.
La palabra “sexual” aparece: “relacionado con el sexo” y agrega: “las relaciones sexuales tempranas no son convenientes”. Como si fuera poco, adiciona otro significado desconcertante: “educación sexual: Enseñanza sobre el sexo que se ofrece, fundamentalmente, a los jóvenes” (el destacado es mío).
No me sorprendió entonces que “mojigato” m “pacato” o “mojigatería” tampoco aparecieran en el Diccionario.
La educación sexual no es la enseñanza sobre el sexo, sino sobre la sexualidad, que va mucho más allá que la mera cuestión biológica e incluye las relaciones humanas, la vinculación social, la diversidad sexual, los roles de género… y tantos otros factores. Además, no sería adecuado circunscribirla a los jóvenes, pues la vida entera – desde nuestro nacimiento hasta la vejez – es un permanente aprendizaje sobre sexualidad ¿nuestras niñas y niños no tienen derecho a la educación sexual? ¿o acaso no cuenta la sexualidad de las personas en la tercera edad?
Es lamentable que se pierda una oportunidad tan favorable, como es este libro buscado por muchas personas, para educar a la población sobre un tema tan importante y de tanto interés para todas y todos. Semejante tratamiento es más lamentable cuando desde 1975, en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, se estableció la educación sexual como política de Estado y desde 1996 se instituyó este programa en el sistema educacional del país.
Un ejemplo diferente, por suerte, se puede apreciar en la enciclopedia cubana en la intranet “EcuRed” – a la que jóvenes y adolescentes pueden tener acceso a través de la red educativa en sus escuelas y los Joven Club – tiene una amplia explicación de todos esos términos que, no sin inexactitudes, puede dar un acercamiento más informativo a estos temas.
Entonces habrá que buscar una computadora con conexión a la red, y no el Diccionario Básico Escolar, para aprender de sexualidad en las escuelas.

domingo, 5 de febrero de 2012

"El rumbo ya ha sido trazado, ¡avancemos!"

Así culminó el discurso del Primer Secretario, Raúl Castro Ruz, durante la clausura de la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba, el pasado 29 de enero.
En el caso de la diversidad sexual, el rumbo quedó claro en su Objetivo 57: enfrentar los prejuicios y conductas discriminatorias por orientación sexual (incluyendo en su aplicación la identidad de género). Además, el Objetivo 69 orienta a la producción de audiovisuales, a la prensa escrita y a la digital, reflejar con profesionalidad la realidad cubana actual en toda su diversidad, incluyendo explícitamente el tema de la orientación sexual.
Sin dudas, es un éxito histórico: por primera vez el Partido Comunista de Cuba asume una política clara contra la discriminación por orientación sexual, tras décadas de silencio que condujeron a no pocas prácticas homofóbicas, dolorosas para muchos.
Y es una buena señal de voluntad política que se haya mantenido el tema, a pesar de que – entre tantas cosas importantes que contenía el documento – el Objetivo 57 (antes 54) fue el que más observaciones tuvo en la discusión con las bases, con 11 285 – supongo que mayoritariamente negativas –, y que algunas personas amenazaron incluso con entregar su carnet del Partido si era aprobado.
Tal vez esa complejidad política es la que haya impulsado a Eusebio Leal a decir que esto ha sido “lo más avanzado y lo más actual a lo que podamos llegar”, con el apoyo de otras personas que participaron en los debates.
Aunque estoy seguro que podríamos haber logrado mucho más – sobre todo si hubiéramos contado con la posibilidad de educar mejor a nuestro pueblo – lo alcanzado constituye un acto de justicia nacional y un ejemplo de humanismo de la Revolución cubana, con un impacto trascendental hacia lo interno y hacia el exterior.
Además, como dijeron algunos delegados de la Conferencia, ha sido un paso importante a favor de la necesaria unidad nacional, para no seguir excluyendo por motivos que no se justifican en un proceso esencialmente emancipador.
Pero lo que no cabe dudas es que esto es casi el comienzo, fruto de tantos esfuerzos en los últimos años, y queda aún mucho más por hacer.
Cumplir con los Objetivos de Trabajo del Partido, tanto en la no discriminación como en la educación a través de los medios, será vital para – en esta ardua lucha contra siglos de prejuicios – alcanzar nuevos logros: las modificaciones al Código de Familia para reconocer la unión legal entre personas del mismo género, el registro de identidad legal de las personas transexuales sin la necesidad de la cirugía de reasignación sexual, la inclusión de las personas trans en las políticas públicas, cambios constitucionales y mucho más.
¡Avancemos!

lunes, 30 de enero de 2012

Cuestiones de género y del lenguaje



Nuestros problemas con la cuestión del género y el machismo se encuentran tan cómodamente insertados en nuestro quehacer diario, que ni nos damos cuenta de los errores (debería decir “horrores”!) que hacemos, en detrimento de las féminas… la mayor parte de las veces con el consentimiento de ellas.

Hace unos días caminaba por Centro Habana y me encontré este cartelito en la tienda Panamericana de Neptuno y Oquendo, que es una muestra clara de lo antes dicho.

Evidentemente, es inaceptable que se le coloque el cartel de “Jefa” al hombre…. sin embargo, es muy “normal” aceptar el cartel de “Administrador” a la mujer. ¿Es que no existe la palabra “Administradora”? Incluso era más fácil agregar la A al final de Administrador, que cambiar la E, de la palabra Jefa.

Cosas del lenguaje que utilizamos, que transmiten nuestra forma de pensar: machista, patriarcal y, en un final, discriminatoria hacia las mujeres y las niñas. Expresión también de violencia simbólica contra ellas.

domingo, 8 de enero de 2012

"Verde, verde" o las raíces de la homofobia

La más reciente entrega del maestro Enrique Pineda Barnet, la película “Verde, verde”, es una propuesta que puede ser muy incómoda para una sociedad marcada aún por patrones machistas, en muchas ocasiones demasiado estrictos.
Tiene el mérito de ir más allá de la homofobia para encontrar su raíz en los rígidos comportamientos que la sociedad le impone a los hombres (o mejor dicho, a los “machos”), mayoritariamente sobre la base de la negación: lo que no pueden sentir, lo que no pueden ceder y lo que – bajo ningún concepto – pueden dejarse hacer. Y, como parte de ese patrón, es importante demostrar (compartir, vociferar) su masculinidad… aunque a algunos se les va la mano, cuando se sabe que “verde, verde, da maduro”.
Es significativo que una película cubana – ¡al fin! – presente a un hombre homosexual con la virilidad que viven muchos hombres y totalmente asumido en su sexualidad, en pleno goce de su conquista a otro hombre que, a pesar de sus fobias, disfruta también de esa seducción… y del sexo con otro hombre. La bisexualidad, que se asoma por momentos, le agrega al filme un componente sugerente: es el reflejo de una realidad poco conocida y silenciada, incomprendida tanto por homosexuales como por heterosexuales y que, sin dudas, es fuente de conflictos para no pocas personas.
Y de eso se trata la propuesta: de la pasión, del amor prohibido, de la felicidad amputada por los prejuicios, por el qué dirán... del amor y del odio: de ese odio que lacera a los demás, por no cumplir con los patrones que exige la sociedad; y del odio hacia uno mismo, por amar como “no se debe”, por no haber aprendido bien la lección de lo que “no se puede”, hasta quedarse encerrado – aplastado – en su propia pesadilla.
Pero “Verde, verde” también pone al descubierto, de una forma descarnada, que los hombres tampoco escapan de ser víctimas de la llamada “violencia de género”, para mantener y ejercer el poder que les otorga su masculinidad.
Generalmente, cuando se habla de ese término, se piensa en la violencia de los hombres hacia las mujeres… pero poco se dice de la violencia de los hombres hacia otros hombres, siguiendo rígidamente los patrones de la norma heterosexual, o de la violencia que muchos hombres se imponen a sí mismos para cumplir – aunque sea contra su voluntad – con los patrones que aprenden y les son impuestos desde pequeños (no llorarás, no demostrarás flaquezas, no serás débil, no sentirás placer si no es con una mujer...)
Es lamentable que muchas personas, agobiadas por estos y otros prejuicios – digamos: por el color de la piel, por la edad, por comentarios y por tantas otras cosas –, dejan escapar la felicidad entre sus manos y se quedan varados en su desamparo.
“¡Yo pude haberte querido!”, confiesa Carlos en “Verde, verde”, cuando su odio liquidó ya toda posibilidad de haber encontrado la felicidad con ese hombre que lo cautivó y que lo colmó de un placer prohibido. Pero también fue la más clara expresión de su impotencia, frente a las estrictas reglas de su masculinidad, y de su frustración, ante ese placer que había reprimido y que sabía no lo iba a abandonar jamás.
El maestro Pineda Barnet ha apostado esta vez por la película que más profundamente encara el machismo y la homofobia en Cuba, de una forma nada complaciente. Es garantía de mucha polémica y de incomodidad para aquellas personas dogmáticas que no querrán cambiar su forma de pensar “verde, verde”…

lunes, 26 de diciembre de 2011

La Conferencia y el machismo

Haciendo una mirada crítica al documento de la Conferencia del Partido, a ser discutido el próximo 28 de enero y presentado a debate en los núcleos políticos de base del país, una de las cosas que más me llamó la atención fue su lenguaje machista, es decir, la ausencia de lenguaje de género en toda su extensión. Así lo expresé en el momento y lugar oportunos… y así debe estar en alguna de las actas.
En todo el documento se pueden encontrar reiteradas e insistentes menciones a “los militantes”, “los jóvenes”, “los niños”, “los compañeros”… ¿es que no existen las militantes, las jóvenes, las niñas, las compañeras? Algo que, lamentablemente –y estoy seguro que no estaba en la intención de sus autores– invisibiliza a las féminas y su incansable lucha, incluso desde antes del triunfo de la Revolución, a ocupar el espacio merecido a todos los niveles  en el país.
Esto del lenguaje de género, para muchos, puede parecer algo superficial… sin contar que algunas personas lo ven como “una payasada”. Y, claro, no me refiero al extremo de hablar de “las perras y los perros”…  o al absurdo de decir “las pulgas y los pulgos”. Pero tenemos que obligarnos a observar con cuidado el lenguaje que utilizamos, mucho más en un documento de tanta significación política y que, precisamente, trata de proyectar la continuidad de un proceso emancipatorio –en todos los sentidos– como la Revolución cubana.
El lenguaje es la mejor vía que tenemos para expresar nuestras ideas, convicciones, aspiraciones… y también expresa nuestras limitaciones, temores y prejuicios. Si no cuidamos las formas de expresarnos, terminamos priorizando –muchas veces inconscientemente– las segundas sobre las primeras. Y mostraremos una lamentable falta de educación en género, que implica discriminación y violencia contra las mujeres, por silencio (u omisión).
Mucha gente cree que se “libra” de este “compromiso” comenzando sus intervenciones con el manido “Compañeras y compañeros: (…)” –muchas veces repetido de forma automática y sin darse cuenta que están usando un leguaje de género– pero en el resto del discurso se olvidan de ese “detalle”.
No creo que sea nada complicado y, cuando se hace conscientemente, se convierte en hábito. De lo que se trata es de observar la manera en que hablamos cuando nos referimos a las personas y, sin entrar en complicadas elaboraciones, encontrar aquellas expresiones que sean incluyentes y no dejen fuera, injustamente, a grupos humanos.
El lenguaje puede y debe ser un punto de partida en el reconocimiento y ejercicio de la igualdad entre los géneros y un vehículo útil para educar en materia de género para todas y todos.

lunes, 15 de agosto de 2011

La prensa, la política y “la primera boda gay”

Gran revuelo ha causado en la prensa internacional, alrededor del 13 de agosto, la boda entre Wendy e Ignacio, supuestamente “la primera boda gay” en Cuba, en la que ella es una transexual operada con cambio de identidad –o sea, legalmente mujer– y él es declaradamente gay.
Mucho se ha dicho –y demostrado– del papel de los medios en crear una imagen alrededor de un hecho… y mucha mentira se ha tejido también alrededor de esta historia. Porque, a mi entender, ni esto ha sido una “boda gay” –realizada en el más estrepitoso estilo de revistas del corazón, entre un hombre y una mujer–, ni es la primera transexual que se casa en Cuba.
El calificativo de “primera boda gay” es muy relativo porque, en todo caso, sería muy simbólica. Desafortunadamente, el matrimonio entre personas del mismo sexo todavía no es legal en Cuba y muchas personas lo habrán hecho así en la privacidad de su casa, con mayor o menor revuelo. Recuerdo que en 2007 fue muy conocida la ceremonia simbólica de Elizabeth y Mónica, en las instalaciones del CENESEX y con el auspicio del grupo de mujeres lesbianas y bisexuales “Oremi”.
Por otra parte, la primera transexual que fue operada en Cuba en 1988 (Mavi Susset) ya se ha casado en dos ocasiones anteriores, sin que la prensa haya prestado atención y en medio de la discreción que ha tenido su vida –hasta que hace un par de años Marilyn Solaya realizara el documental “En el cuerpo equivocado”.
Pero la cacareada boda no hubiera tenido tanto revuelo internacional si Ignacio no se autoproclamara “disidente” del gobierno revolucionario. De ahí que los invitados de lujo a esta boda, declarado por ellos mismos, han sido Yoani Sánchez y su esposo, las Damas de Blanco y los funcionarios de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana.
Sin olvidar que, dejando a un lado las ingenuidades, pesa mucho el anuncio de la propia administración estadounidense de haber aprobado 300 mil dólares este año para organizar un movimiento LGBT “independiente” en Cuba… ¿independiente de quién? Leyendo claramente: para desacreditar el trabajo institucional del CENESEX, liderado por Mariela Castro Espín.
Precisamente en esos días, más exactamente el 12 de agosto, se celebró en el CENESEX una fecha importante: el 10mo aniversario del Grupo TransCuba, que ha trabajado sistemáticamente y con gran valentía para desterrar prejuicios y estigmas contra las personas trans en el país. A la celebración asistieron artistas y personalidades de mucho prestigio… y también estaba la prensa internacional acreditada en Cuba. Sin embargo, llamó la atención la ausencia de cobertura, salvo alguna que otra aislada mención y a propósito de la publicitada boda.
Sin contar el ansia de protagonismo que sobresale en esta historia, el hecho de que una mujer transexual operada y con cambio de identidad se case en la más tradicional de las ceremonias nupciales lo que demuestra es que la Revolución cubana, y el CENESEX en particular, han hecho un sistemático y exitoso trabajo para el respeto y reconocimiento de los derechos de las personas LGBT. Y hacerlo el 13 de agosto, día del cumpleaños de Fidel, no puede ser más que un reconocimiento a ello.

domingo, 3 de julio de 2011

La bandera multicolor inundó el verano (fotos)

El sábado 2 de julio se dio inicio al Verano 2011 en la playa Mi Cayito, de Santa María del Mar, que en las últimas décadas ha devenido el sitio privilegiado para que la población LGBT de La Habana (y de otras provincias o países que nos visitan) disfruten del intenso sol y la playa, a unos minutos de la capital.

Fue un día intenso, con la gente del Proyecto HSH y activistas del CENESEX, y mucho público, en una verdadera comunidad LGBTH (e incluyo la H de los Heterosexuales, que también compartieron el espacio y la diversión). La música nos mantuvo "moviendo el esqueleto" todo el día, en medio de la distribución de materiales, condones y lubricantes, además del intercambio directo con todas aquellas personas que querían saber más de prevención de las ITS y el VIH/sida o de las redes sociales del CENESEX y cómo participar en ellas.

La bandera multicolor de la diversidad sexual -como dice el amigo Paquito- ondeó de un extremo al otro de Mi Cayito; símbolo de una comunidad que insiste en romper tabúes y prejuicios, para lograr el respeto pleno a la libertad de orientación sexual e identidad de género.

















sábado, 28 de mayo de 2011

La Jornada Cubana contra la Homofobia... en fotos

Se acaba mayo y, con él, también quedan atrás las actividades de la IV Jornada Cubana contra la Homofobia. Sin dudas la sentimos como un gran éxito, la mejor de todas las que hemos tenido... en muchos sentidos. Tengo pendiente escribir con calma sobre el tema pero, por el momento, dejo mi constancia gráfica más elocuente de lo que pasó en estos agitados días, en el esmero de visualizar el tema y hacer pensar a la gente en que "Humanidad es Diversidad".




Esta foto puede servir de portada. Todos cantamos: "¡yo vivo en el agua, como el camarón, y a nadie le importa cómo vivo yo!", contagiados con el ritmo de la conga de Los Hoyos, por el mismísimo centro de Santiago.

Esta es la conga en La Habana, el sábado 14 de mayo, también por la calle más céntrica (en 23 y Malecón, minutos antes de salir arrollando). Aunque no tuvimos a Los Hoyos, la comparsa de la FEU nos hizo mover los pies... y de qué manera!

Al llegar al Pabellón Cuba, en 23 y N, no podían faltar las palabras de Mariela.


El Pabellón Cuba a tope... y las banderas multicolores ocupando su lugar (que, a propósito, este año proliferaron a montones!).


Otra vista del Pabellón, un poco más tarde, entre la música, desfiles de moda, presentación de campañas de bien público...



Este fue uno de los tantos espacios que se crearon para analizar y debatir sobre el tema. Mariela dando su conferencia en la Casa Estudiantil Universitaria, de la Universidad de La Habana. Se repletó aquello!




La primera actividad de Santiago: el Panel sobre diversidad sexual en la Universidad de Oriente. A teatro lleno, estudiantes y profesores lo mismo hablaron de Froid y Foucault, que de los hombres bisexuales que buscan sexo en las noches del barrio "Sueño".


Esta es la conferencia de prensa de la Jornada en Santiago, en la recientemente restaurada capilla "San Basilio Magno"... bello el lugar!



Los santiagueros siempre sorprenden... alguien pensó que lo más impactante sería la conga. Pues para mí lo más impresionante fueron los debates públicos sobre diversidad sexual en plena calle, del pueblo con expertos, activistas... y hasta oficiales de la Policía. En pleno corazón de Santiago: la Plaza Dolores, el 17 de mayo, Día Mundial contra la Homofobia.



Y para allá también fueron las carpas informativas de las redes sociales, con activistas y expertos brindando información y alborotando la Plaza de Marte.


Y termino como mismo empecé: con la conga de Los Hoyos, arrollando por el centro de Santiago, con trompeta china y todo! inolvidable!


Tengo cientos de fotos más... se quedan fuera momentos importantes y emotivos (las presentaciones en la UNEAC, los debates en el Centro de Prevención de las ITS-VIH/sida y en la Fundación Ludwig, la espectacular Gala contra la Homofobia en el enorme teatro Karl Marx, el 3er aniversario del Cineclub "Diferente", el panel de la Jornada...) pero es imposible abarcarlo todo en un solo post.


Por lo pronto, estas fotos pretenden dar una imagen de cuánto se disfrutó de esta Jornada... y de cuánto se trabajó para darle al pueblo cubano (no sólo en La Habana y en Santiago) motivos suficientes para pensar más en serio sobre el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género.