Aprovecho el pie forzado que me dio el post "Servir ¿es un placer?", en el blog del periodista cubano Enrique Ubieta, para pensar un poco en torno a los servicios en Cuba. Me gustó mucho su reflexión sobre el tema, que considero uno de los problemas que afectan más directamente a la población, fundamentalmente en La Habana.
Y es que, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, dependemos de los servicios que nos debe ofrecer alguien: el guagüero, quien nos vende el café en un puestecito de esquina, donde compramos el "pan nuestro de cada día", en la carnicería cuando llega algo, en el agro...
Hace mucho rato que ya he decidido, cuando tengo dinero, comprar los productos para hacer una buena comida en casa, en lugar de ir a un establecimiento gastronómico. Por lo general, nuestros servicios son pésimos y no estoy dispuesto a echar a perder lo que debe ser un buen rato en esos lugares, con tantos maltratos de parte de los que deben servir.
He tenido la suerte de conocer el mundo y visitar lugares con establecimientos exelentes (como Canadá) y de servicios malísimos (como Holanda... por demás, la cuna del sacrosanto capitalismo, señalado por muchos como la solución para el buen servicio). Por eso coincido en que es más una cuestión cultural que de tenencia de bienes materiales.
Tengo suficiente edad para recordar que, en los años 80 (que muchos señalan como el período de máximo esplendor de acceso a bienes materiales en las últimas décadas en Cuba), los servicios eran también malos y objeto de críticas permanentes por nuestros humoristas.
Sin embargo, en nuestra cultura está ser serviciales, amables y solidarios. No es que sea así para todos, pero forma parte de nuestra identidad, reconocida por todos. Entonces, ¿por qué maltratamos al dar un servicio?
Desde mi modesta opinión, es un problema de organización en los servicios. El Estado se gasta millones en crear o modernizar un establecimiento, abastecerlo y costear sus gastos (incluyendo el sueldo de los que allí laboran)... pero los que brindan el servicio ni están educados en hacerlo bien, ni les interesa. Tampoco creo que se resuelva con más apelaciones a la conciencia de sus trabajadores, pues recuerdo numerosas campañas públicas por mejorarlos, desde "Mi servicio es usted" hasta las "Unidades Modelo".
No soy economista y no se cuál podría ser la solución, pero creo que debe estar entre educar y estimular el buen servicio. Por eso estoy de acuerdo con Ubieta en que "la sociedad cubana tiene que reorganizarse no a favor del que sirve, sino a favor del que recibe el servicio que, a la larga, somos todos".
Hola Camilo,usted ha dicho:"... los que brindan el servicio ni están educados en hacerlo bien, ni les interesa".
ResponderEliminarDiscrepo de su opinión. He conocido a decenas de cubanos que trabajan fuera de Cuba brindando servicios y de cara al público en lugares en los que el Estado no tiene ningún acceso a no ser a la hora de cobrar impuestos, y en esos lugares me he sentido muy bien atendida. Muchas veces halagada.
Mucha de esa gente se educó en Cuba.Paradójicamente en esa misma Cuba en la que otros con su misma formación o quizá mejor le maltratan a usted ¿no le parece curioso? Con ese ejemplo le quiero decir que SÍ están preparados, lo que les falta es incentivos.
¿No cree usted que ese maltrato endémico tenga algo que ver con lo incentivada que se sienta la gente? ¿Se ha puesto a pensar que esa gente que a veces le maltrata cobran un salario tan miserable que no les da ni para coger la guagua que cogen todas las mañanas? ¿Quién puede trabajar a gusto con la mayoría de sus necesidades económicas sin cubrir o cubriéndolas solo a base de "meter mano" a lo ajeno?
A mi entender la solución a esto pasa por pasar desde ya la gestión de esos sitios a manos privadas(entre los que creo deberían entrar todo el comercio minorista y casi todo el mayorista) que no tiene sentido que se encuentre en manos estatales. Eso solo promueve la ineficiencia, el inmovilismo del que se cree "sembrado" en su puesto pase lo que pase y la apatía que sigue comiéndose no solo a Cuba sino a todos los sectores de público movido por funcionarios de ciertos países capitalistas que aun conservan un sistema de funcionariado ineficaz y decimonónico como pueden ser los casos de Italia y España.
Lo peor es que ese maltrato y desinterés está a punto de convertirse en deporte nacional y será muy difícil sacarlo de la forma de ser del cubano otrora eficiente y amable. Ese es a mi entender el mayor peligro de todos: la degradación moral espectacular que ha sufrido nuestro país en los últimos años gracias a un sistema híbrido con lo peor del comunismo y lo peor del capitalismo a la vez que promueve el desinterés, la vagancia, el amiguismo, el robo, la apatía y miles de males que en otras épocas se declaraban como "lacras del capitalismo" y hoy son más que nunca verdaderas conquistas de esa revolución que ha dejado de ser tal hace años para ser pura involución en todos los sentidos.
Por último quisiera saber si usted ha ido a alguna "paladar" y si lo han tratado tan mal como en esas cafeterías estatales.
Mi experiencia al respecto es que la atención allí es muy similar a la que quizá recibió usted en Toronto, pero allí curiosamente pasa lo con los comercio como pasa en Cuba con las paladares: la gente sirve eficiente y amablemente porque de eso depende su salario y viven de el como debe ser. Lo demás es una aberración que debe desaparecer, pues como usted ha dicho se ha demostrado que no es suficiente con hacer "apelaciones a la conciencia". La gente tiene que llenar sus refrigeradores, porque con la conciencia llena y el refrigerador vacío no sobrevive ni el mismísimo Buda.
Hay que perderle el miedo a la iniciativa privada y dejar de demonizar la propiedad privada. Llevamos demasidos años de "rectificación" y poco a poco los sectores más importantes del país (turismo,niquel, petroleo) van admitiendo la inversión privada aunque lamentablemente solo se deja invertir a los extranjeros en un claro ejemplo de apartheid del siglo XXI ¿Para cuando habrá una verdadera apertura económica en Cuba que implique al cubano de a pié y de riendas sueltas a ese afán emprendedor que ha hecho famoso al cubano en otras tierras?
Creo que ningún país se puede dar el lujo de incentivar de esa manera el éxodo de su capital humano emprendedor como lo hace Cuba. Con todos esos cubanos (otrora gusanos) emprendedores se va además de un pedazo de Cuba parte de su espíritu emprendedor que podría sacar de la ruina a ese país.
Y mira que casualidad, hoy el Comandante viene a decirnos lo que todos sabemos: que el sistema económico cubano no se puede exportar a ningún lugar porque no funciona ni en Cuba ¿Se abre la veda a declaraciones más atrevidas que nadie se había atrevido a expresar ahora que se oye "la voz del amo" acabando de golpe y porrazo con el mito del socialismo eficiente y el capitalismo salvaje que el mismo nos quiso inculcar?
ResponderEliminarA ver si se dan cuenta de una vez de que el sistema socialista es ineficiente e incapaz de generar riquezas y que centenares de años avalan al capitalismo como un sistema injusto pero eficiente que es quizá lo mejorcito que tenemos por el momento en ese sentido.
Por cierto, también da para mucho la otra declaración sobre Irán e Israel que al final es otra caída de la mata más. Los más jodidos en todo el Medio Oriente han sido siempre los judíos. Ahora que lo dice papá Fidel parecerá una perogruyada, pero hasta hace poco la única nación democrática del Medio Oriente era para Cuba el enemigo a eliminar y el señor Amadineyad o como quiera que se llame ese clon de Emmanuel Goldstein un "entrañable amigo de la democracia y de Cuba"
De todas maneras más vale tarde que nunca y bienvenidas sean las rectificaciones. Pero por Dios (Jehová, Alah o Shiva) dense prisa en rectificar que no somos elefantes para esperar cien años a que se caigan de la burra de una vez en cuestiones que todos saben como se llaman pero no se atreven a llamarle por su nombre hasta que Fidel Castro de la voz.
Para "Anónimo 1" (es una pena que la gente no se identifique), ya decía que no soy economista... si tuviera la solución todo sería mucho más fácil. Cuando hablaba de que la solución debería ser "estimular el buen servicio" estaba precisamente pensando en cambiar los esquemas "socialistas" que hemos aplicado hasta ahora, que evidentemente no han funcionado. Pero estoy seguro que los mecanismos del mercado por sí mismos no van a cambiar automáticamente la actitud de las personas: recuerdo a mediados de los 90, cuando proliferaron las llamadas "paladares", y dondequiera encontrabas un timbiriche, no en todas había un buen servicio y te encontrabas gente reproduciendo los mismos malos hábitos de la red estatal. Por eso defiendo mi idea de que también hay que "educar el buen servicio", sin prejuicios igualitarios (que son los que han primado para muchos, desafortunadamente).
ResponderEliminarPara "Anónimo 2": es una verdad "que todos sabemos" tan grande que hasta el mismísimo Presidente Raúl Castro no se ha cansado de repetirla cada vez que habla. Lo mejor de esto es que no sólo lo ha dicho, sino que ha puesto manos a la obra para cambiar eso y adecuar el "modelo cubano" a los tiempos, para hacerlo eficiente.
ResponderEliminarPero la segunda parte necesita aclaración (aunque no entiendo bien la relación entre los judíos y este post): yo no sé en qué manuales de historia se puede leer el supuesto odio de la revolución cubana y de Fidel Castro contra el pueblo judío. Evidentemente no es en los que yo he leído aquí en Cuba pues, que yo sepa, aquí nunca se ha negado el Holocausto ni el sufrimiento del pueblo judío por siglos. Lo deplorable es la política agresiva del régimen sionista (que no necesariamente es sinónimo de pueblo judío, porque bastantes judíos en el mundo y en Israel la rechazan) contra sus vecinos árabes y su vocación genocida de masacrar, por décadas, al pueblo palestino (ver por ejemplo mi post "Despedida a Bush en el Medio Oriente: ¿zapatos o misiles?", de enero de 2009).
Compañero Camilo, que el gobierno cubano nunca negara el holocausto no ha impedido que haya apoyado siempre mucho más a Sadam Husein y los ayatolas por igual en detrimento de la única nación democrática de la zona del Medio Oriente que, a pesar de su dicutible política de aentamientos quizá tenga una base histórica mucho más sólida que los palestinos para reclamar ciertas areas, y desde luego todo el derecho del mundo a defenderse de los musulmanes que le rodean que no dejan de aprovechar cualquier momento para insultarles y atacarles militarmente poniendose incluso de acuerdo a la vez como en la guerra del Yom Kippur ¿Con semejantes vecinos que no respetan nada que se puede pedir, que bajen la guardia? Otra cosa son los asentamientos en territorio palestino que es una política que no comparto y creo que no trae nada bueno.
ResponderEliminarQué casualidad... hace poco estuve leyendo argumentos similares en una noticia que defendía al pastor de una iglesia evangelista de la Florida que quiere quemar varios ejemplares del Corán en una plaza pública.
ResponderEliminarVamos, no mezclemos la peste con el olor. Una cosa es ser un idiota como el reverendo imbécil ese y otra ver las razones históricas que pueda alegar Israel para decir que ciertas áreas de Palestina le pertenecen.
ResponderEliminarQuizá ya hace tantos años que esas zonas no están bajo el dominio israelí (que por otra parte como nación moderna existe hace solo unos 60 años) que la mayoría pensará que nunca fueron territorio de Israel, cuando en realidad siempre lo fueron hasta que empezaron a expulsarlos de sus propias tierras y masacrarlos hace cerca de 2000 años los romanos y compañía. Pero una cosa no quita la otra.
Le pongo un ejemplo más cercano: que en Guantánamo haya una base americana considerada territorio de los EEUU hace más de 100 años no quita que los cubanos tengamos legítimo derecho a reclamar esas tierras arrendadas. Claro, que eso no debería resolverse por la fuerza y ahí está el problema, que los israelíes también han ido conquistando por la fuerza los territorios con asentamientos blindados...y por otra parte los palestinos están lejos de ser hermanitas de la caridad y a la primera sueltan un ataque suicida o cualquier atrocidad. No se ponen de acuerdo por las buenas y es culpa de ambos. No se puede demonizar solo a los israelíes porque el demonio anda suelto en esa zona y lo mismo lleva un turbante que una cruz o un gorrito chulo de esos que llevan los judíos.