Son símbolos
mis posdatas
en la herida,
mensaje absurdo
asido a mis papeles. Cruzamos
de un lado a otro
con un elogio
para ofrecer.
mis posdatas
en la herida,
mensaje absurdo
asido a mis papeles. Cruzamos
de un lado a otro
con un elogio
para ofrecer.
La
publicación y presentación por Ediciones UNIÓN de las obras ganadoras del Premio
David, que organiza la Asociación de Escritores de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC) a inicios de cada año, constituyen siempre un momento
para disfrutar los nuevos aires que aportan los jóvenes escritores a la
literatura contemporánea cubana.
En la sala
Rubén Martínez Villena de la UNEAC se presentó en la tarde del jueves 9 de
octubre el poemario Posdatas, ganador de ese género en el Premio
David 2013, con la presencia de su autor el escritor santiaguero Leandro
Báez. Entre amigos y lectores también participaron el Premio Nacional de
Literatura Pablo Armando Fernández y el Presidente de la Asociación de
Escritores de la UNEAC, el poeta Alex Pausides.
Al presentar
el libro su editora Jamila Medina destacó que el jurado —compuesto en esa
ocasión por Georgina Herrera, Bladimir Zamora y Teresa Fornaris— premió la
creatividad de un autor que “supo aprovechar el entramado de una documentación
oficial para hablar no solo de nuestra raíz burocrática, ya célebre…, sino de
las raíces aéreas, marítimas, de los que vienen o se van, que no obstante
permanecen asidos a letras —más apresuradas que meditadas— echadas a vuelta de
correos o quedadas para siempre en el fondo de un bolsillo”.
De ahí la
novedad de la propuesta, pues entre cuños y fragmentos de trámites burocráticos
de migración entre España y Cuba se traslucen despedidas, nostalgias, reclamos
y ausencias con 100 años de diferencia: entre Manuel, quien decide dejar el
viejo continente en 1913 para echar raíces en la Isla; y Leandro, que pretende
en la actualidad reeditar el viaje pero a la inversa.
No lances
piedras
al pájaro que surca.
Es imagen tremenda,
designio
para marcharnos.
Descubrimos alas,
y otros deseos
de sabernos aquí.
al pájaro que surca.
Es imagen tremenda,
designio
para marcharnos.
Descubrimos alas,
y otros deseos
de sabernos aquí.
“Prefiero interpretar Posdatas
como una foto, una postal extraviada de estos tiempos marcados por la prisa,
por las partidas y los trasiegos de quienes no se conforman con echar raíces donde
los plantaron”, valoró Jamila. La caracterizó como una “escritura fragmentaria
aparentemente ligera”, pero que ilustra el drama familiar al borde de estos
trámites públicos por parte de “una familia escindida y vuelta a escindir”, que
constituyen una realidad muy presente en nuestra cotidianidad.
Al tratarse
de un texto de poesía visual, en la cual el texto interactúa constantemente con
otros elementos gráficos (sellos de timbre, cuños, facsimilares de documentos
oficiales, tomos y folios), se destacó la diagramación del libro —realizada por
Lisandra Fernández Tosca— que logra integrar estos componentes para entregar,
en su conjunto, una visión concreta del drama.
“Leída la
historia como se mira el decursar de una corriente —con sus ahogados y sus pescadores,
con sus surfistas y sus viajeros— vemos que nadando entre dos aguas, con su
re-visitación de lo público desde lo privado, se ha tocado una raíz que aún
resuma y respira”, observó Jamila.
No son
cartas
sino recuerdos
unas cuantas páginas.
Estruendo en la partida
de quien conoce
el abismo del regreso.
sino recuerdos
unas cuantas páginas.
Estruendo en la partida
de quien conoce
el abismo del regreso.
Por su
parte, el autor del libro valoró el encuentro como un “espacio íntimo y muy
difícil”, tan difícil que al leerlo solo podía ofrecer la mitad de la intención
poética que había intentado, confesó. Y dio lectura a su creación literaria de
forma peculiar: con su voz la poesía, con su mano los trámites burocráticos
intercalados.
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