viernes, 20 de julio de 2018

Homenaje a Nicolás Guillén en su natalicio


En la mañana del martes 10 de julio, justo cuando se cumplían los 116 años del nacimiento de nuestro poeta nacional, la Fundación Nicolás Guillén le rindió homenaje en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC con un panel que sirvió para presentar una nueva edición —dedicada para esta ocasión— de su famoso cuaderno de poesías Cantos para soldados y sones para turistas.
El primero en intervenir en el panel fue el destacado poeta, crítico y promotor literario Virgilio López Lemus. Al hablar del texto de Guillén, a quien consideró "uno de los grandes poetas de la lengua española del siglo XX", esbozó el contexto literario en que fue publicado en el año 1937, las tendencias y corrientes líricas que tributaron en su obra como el intimismo, el neo romanticismo, la ironía sentimental y la poesía escrita por mujeres.
Destacó que la década de 1930 fue una época de mucha fuerza en la poesía hispanoamericana y la cultura cubana tuvo una gran influencia de la producción literaria de connotados escritores como Federico García Lorca, Gabriela Mistral, Juan Ramón Jiménez, Porfirio Vargas, entre otros. En ese contexto también surgió la llamada "poesía pura", floreció la poesía social y política y la corriente intimista, que tuvo una fuerte presencia en Dulce María Loynaz.
Valoró que la poesía neo romántica sí tuvo una influencia en la poesía de Guillén, con la presencia de una emotividad muy fuerte, dándole al verso un ritmo determinado con el objetivo de lograr un efecto mayor en su expresión.
Mirta Aguirre, Emilia de Portal, Serafina Núñez, Mercedes Correi, Mercedes García, Josefina Cepeda, Emilia Bernal, entre otras, fueron las más de diez mujeres que representaron el movimiento femenino que surgió con fuerza en esa época en la poesía cubana, algo que no había pasado antes en la cultura nacional y tuvo un amplio impacto en la producción literaria de entonces.
Fue una década también importante para el desarrollo de la poesía infantil y el crecimiento del interés para hablar sobre el Caribe y el Trópico. Aunque, sin lugar a dudas, fue el momento de auge de la poesía y la pintura "negrista", que se capitaliza particularmente en Guillén. Al respecto, indicó que Nicolás es de difícil clasificación dentro de la poesía negra, pues alcanza una fusión muy particular con la poesía social.
Consideró que, en la práctica, Nicolás utilizó todos estos elementos de su contexto literario para hacer más efectiva su intención social. Recalcó que "la poesía no se hace solo con palabras e ideas, sino también con vibración", por lo que la sapiencia de nuestro poeta nacional estuvo en la utilización de palabras fuertes y sonoras para que el texto no pasara desapercibido entre lectores no habituados a la poesía.
Esto fue muy importante para que sus textos se volvieran referentes de la poesía cubana, con un sentido popular del ritmo, el uso de elementos de humor, tomando como base los versos semi libres, la reiteración rítmica de palabras, la combinación de rimas consonantes y asonantes – en las que pasa de una a otra de una forma magistral -, el variado uso de estrofas y del estribillo con reiteración de versos a modo del son.
Junto a estos estilos literarios, Guillén manejó contenidos que cautivan al lector, como la solidaridad de clase, el soldado como parte de la gente pobre, el antimperialismo, el mundo de la pobreza en contraste con los turistas, la guerra injusta, la violencia militar en medio de la violencia social.  De ahí que valorara este texto como un libro "neopopularista", no sólo por la forma sino por el contenido, aunque rebasa sus fronteras pues le incluye un mensaje político que se mezcla con la vida del pueblo.
Expresó que este libro es una suerte de preámbulo para su colección El son entero — que constituye un momento de alto vuelo y uno de los más grandes momentos de la poesía cubana— y valoró que estos cantos no se limitan a los soldados y turistas cubanos, sino que se desborda al enmarcarse en el contexto caribeño, que siempre caracterizó a Nicolás.
Por su parte, la historiadora y ensayista Francisca López Civeira (Paquita) indicó que cada época tiene una expresión en la narrativa que ayuda a entender cómo las personas están viendo su entorno, lo que ayuda a los historiadores para entender el momento histórico. En ese sentido, el poemario Cantos para soldados y sones para turistas es un ejemplo claro de la expresión de la intelectualidad cubana de esa época tan convulsa en la historia nacional.
Para entenderlo, hay que situarse en el entorno social y político de la nación: el proceso revolucionario de los años 30 contra la dictadura de Gerardo Machado, el ascenso del militarismo no sólo en Cuba sino en el contexto de la aplicación de la "Política del Buen Vecino" por parte del presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt, el ascenso del fascismo y la guerra civil en España.
Particularmente en Cuba entró en crisis la estructura monoproductora y monoexportadora y el gobierno de Gerardo Machado aplicó reformas desde el poder que provocaron una reacción de la sociedad, ante el desgaste político de liberales y conservadores, además de la corrupción político administrativa. Se desarrolla un movimiento cívico en el país que provocó un cambio en la psicología colectiva y la política se vuelve más popular: obreros, campesinos y mujeres empiezan a actuar de forma organizada.
Es un período muy rico en un contexto de cambio, de quiebra del poder oligárquico, con nuevas fuerzas que se hacen sentir y se incorporan a la vida política del país. "Es una eclosión en la cultura cubana", indicó, un entorno de nuevos fenómenos que tendrá su espacio de expresión en la intelectualidad. "La sociedad ha cambiado y la producción intelectual responde a esos cambios", reafirmó.
Este poemario está lleno de referencias a ese contexto histórico, con una identificación hacia los de abajo en contraposición con el poder, con la peculiaridad de que incluye a los soldados en esta clase inferior como objetos manipulados por el poder, sin diferencia del color de la piel. No obstante, recalcó que no se trata de un cuaderno pesimista pues ve la posibilidad al futuro y transmite aliento y perspectivas en el porvenir.
Denia García Ronda, directora académica de la Fundación, agradeció las conferencias ofrecidas sobre esta "excelente obra desde una perspectiva literaria" y destacó que no se trata de dos poemarios juntos, sino de dos puntos de vista para una misma situación social y política: desde la perspectiva del poder, con los soldados que son parte de "los de abajo"; y desde la influencia extranjera, específicamente los turistas, que expresan la presencia yanqui en Cuba.
Desde ese enfoque, a través de su personaje José Ramón Cantaliso, Guillén enseña La Habana profunda, la de la miseria y la tuberculosis. A la vez, demuestra su actualización en la evolución de la poesía hispanoamericana, pues el poemario viene a ser la síntesis de la influencia de la literatura de ese tiempo.
Agradeció el apoyo del Ateneo Cultural Morisco, de Sevilla en España, para la reimpresión de este cuaderno, muchos de cuyos textos han sido musicalizados por cantores cubanos y extranjeros que han asumido la obra Guillén para hacer su música. Además, agradeció a Graziella Pogolotti por el permiso otorgado para la portada del libro con la obra "Paisaje", de su padre el reconocido pintor cubano Marcelo Pogolotti.

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