Publicado en: http://www.uneac.org.cu/secciones/premios-de-musica-por-la-obra-de-la-vida-a-rosario-franco-y-enrique-lazaga/
Sencillo y hermoso fue el homenaje que le organizó la
Asociación de Músicos de la UNEAC a dos de sus grandes maestros: la pianista
Rosario Franco Betancourt y el güirero Enrique Lazaga Varona, al entregarles el
premio anual de reconocimiento por la “Obra de toda la vida”, en la tarde del
lunes 27 de septiembre en la sala Villena.
Al presentar el homenaje, el presidente de esa Asociación,
Orlando Vistel, destacó a ambos como “puntales de la música cubana” e indicó
que la decisión fue tomada por aclamación, a partir de la amplia lista de
méritos que ambos poseen en su obra musical y en la docencia. Señaló también
que la entrega del premio se realiza a propósito del reciente cumpleaños 103
del gran representante de la creación musical cubana Harold Gramatges y en el
contexto del 60 aniversario de la organización.
Al hablar de Rosario recordó que fue fundadora de la UNEAC y
siempre ha aportado su arte y su sabiduría en eventos de alta calidad musical,
así como en la formación de generaciones de pianistas relevantes en la cultura
cubana. Del “carismático y querido” Enrique, le place decir que “ha sido el
músico que más ha dignificado un minúsculo instrumento”, pues “si se habla de
güiro en Cuba, es gracias a su constancia y a su talento”.
El presidente de la sección de intérpretes de música popular
de la Asociación, Miguel Patterson, fue el encargado de hacer la presentación
del premio para el maestro Enrique Lazaga, de quien resaltó su humildad y
dedicación. “Los artistas no se miden por la cantidad de conocimientos que
acumulan, sino por el resultado positivo de su obra artística”, indicó.
Al referirse a su larga trayectoria musical, destacó que no
solo se encuentra en orquestas bailables, pues también tiene un quehacer poco
conocido en orquestas de cámara y sinfónica, en activo y como arreglista. Sin
embargo, lo más trascendental ha sido su magistral interpretación de ese
instrumento, que se considera el “amarre de la rítmica cubana”, con un
resultado que puede ser calificado como la fusión precursora de lo que después
se ha conocido como “timba”.
Por su parte, el pianista y profesor Ulises Hernández,
asesor nacional para la práctica del piano, hizo las palabras de elogio a
Rosario Franco y resaltó la tradición familiar de donde adquirió el rigor y el
compromiso intelectual para tener tan magníficos resultados en su quehacer
artístico.
Recordó una frase que ella misma expresó recientemente y que
la resume: “el primer compromiso que tiene un pianista es con los compositores
de su tiempo y de su país”. Al hacer un recorrido por los momentos más
importantes de su intensa vida artística, como músico y como pedagoga, tanto en
Cuba como en el exterior, resaltó su responsabilidad en la formación de grandes
artistas de la música cubana.
Ambos maestros recibieron sus premios de manos de la
vicepresidenta primera de la UNEAC, Marta Bonet. También se encontraba presente
la presidenta del Instituto Cubano de la Música, Indira Fajardo, junto a otros
vicepresidentes de la organización y artistas invitados.
El homenaje culminó con una magistral interpretación a
cuatro manos de dos estudiantes de piano del ISA, Eladio Hernández y Daniela Rivero,
recientemente premiados en dos concursos en Estados Unidos; y cerró muy movido,
a golpe de chachachás, interpretados al güiro por el propio Enrique Lazaga,
acompañado al piano por el maestro Emilio Morales.