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La querida escritora argentina Tununa Mercado, reconocida como una de las más grandes representantes de la literatura argentina contemporánea, está de vuelta en Cuba. Esta vez la ha convocado el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, al que ha sido invitada como jurado.
Su presencia en La Habana logró reunir a un grupo de reconocidos escritores y amigos cubanos en la tarde del martes 25 de agosto, quienes la recibieron en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC para rendirle homenaje por su persistente y fructífera trayectoria literaria. Se encontraban presentes los Premios Nacionales de Literatura Miguel Barnet, Roberto Fernández Retamar, Eduardo Heras León y Pablo Armando Fernández, acompañados de Abel Prieto, Zuleica Romay, Alex Pausides, Aitana Alberti y Adelaida de Juan, entre otros.
Luisa Campuzano, al hacer las palabras de elogio y bienvenida, recordó que su primer libro de cuentos titulado Celebrar a la mujer como a una pascua recibió en 1966 una Mención del Premio Literario Casa de las Américas y, desde entonces, ha tenido un vínculo muy estrecho con Cuba y sus colegas de la isla.
Resaltó que haya sido una de las primeras mujeres escritoras que se lanzó de modo brillante, con una literatura de excelente lenguaje y simbología, a presentar el tema del erotismo en todas sus dimensiones y a erotizar todas las maneras de la existencia humana. Pero su obra como narradora y ensayista no se limita a ello, pues abarca una amplia diversidad de temas, desde la historia de su país, su idiosincrasia y la realidad del continente, los temas relacionados con su condición de mujer – llegando a ser editora de la revista Fem, una de las primeras revistas feministas latinoamericanas – hasta uno de los temas más difíciles de la literatura del continente: el exilio y el regreso.
Tununa agradeció emocionada el recibimiento y ni un apagón momentáneo en la sala pudo disuadir la magia del encuentro, cuando recordaba dos visitas anteriores a Cuba: en 1994 al ser invitada para formar parte del jurado del Premio Casa de las Américas y en 2007 para la Feria del Libro de La Habana.
“El tema de la memoria circula en todo lo que yo escribo, cada vez más estoy buscando esa interlocución con cosas que sucedieron”, indicó al referirse a su obra; y señaló que la cuestión erótica no desaparece, porque más que una temática la considera como una forma de escritura, y que el feminismo no lo presenta como alegato, sino entretejido en historias que tienen que ver con la justicia y el respeto.
Tuvo tiempo para compartir con sus amigos cubanos sobre cuanto quiso reflexionar: sobre su recorrido por La Habana Vieja para disfrutar de su “esplendor fragmentado”, sobre la contagiosa música cubana que percibe como un “despertar del cuerpo”, sobre la actualidad argentina y los medios de prensa que calificó de “canallas”, dedicados a manipular la información; sobre arraigos, desarraigos, pérdidas y regocijos en el regreso.
Pero dejó claro que estaba feliz de volver a lo que denominó “el fervor de La Habana”, para compartir la fuerza de su gente y de su arte. Y también tuvo tiempo para regalar, al vuelo, un sublime pensamiento literario: “escribir es delinear ese cubo en el que la persona se refugia y recluye para entender cuál es su naufragio, de cuáles fronteras ha sido arrojada y en cuáles arrecifes podría trabar su ancla, para no perecer en el desarraigo”.
Nilda Mercado – "Tununa", apodo con el que la llaman desde pequeña – nació en Córdoba, Argentina, el 25 de diciembre de 1939. Estudió la carrera de Letras en la Universidad Nacional de Córdoba y en 1964 se mudó a Buenos Aires. Durante algunos años se trasladó a Francia junto con su esposo, el también escritor Noé Jitrik, y sus dos hijos. Publicó su primer libro de relatos Celebrar a la mujer como a una pascua en 1967.
Regresaron a la Argentina en 1970 y al año siguiente comenzó a trabajar como periodista en el diario La Opinión. En 1974 Noé Jitrik viajó a México para dar clases durante seis meses pero, debido a la dictadura, el viaje se convirtió en exilio y no pudieron regresar a su tierra natal hasta 1983.
Durante sus años en México trabajó en la prensa de la Dirección de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes. A lo largo de su carrera ha sido distinguida con una Beca Guggenheim y diversos galardones. En 2007 ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela Yo nunca te prometí la eternidad.
La escritora y promotora cultural Basilia Papastamatiu, artífice del encuentro y quien fuera distinguida por Miguel Barnet como la palanca que ha movido el Premio Cortázar al nivel que merece, hizo la invitación para la entrega de estos premios en la tarde del miércoles 26 de agosto en la sala Federico García Lorca del Centro Dulce María Loynaz, cuando podrán compartir nuevamente con la escritora argentina y los demás miembros del jurado.
La querida escritora argentina Tununa Mercado, reconocida como una de las más grandes representantes de la literatura argentina contemporánea, está de vuelta en Cuba. Esta vez la ha convocado el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, al que ha sido invitada como jurado.
Su presencia en La Habana logró reunir a un grupo de reconocidos escritores y amigos cubanos en la tarde del martes 25 de agosto, quienes la recibieron en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC para rendirle homenaje por su persistente y fructífera trayectoria literaria. Se encontraban presentes los Premios Nacionales de Literatura Miguel Barnet, Roberto Fernández Retamar, Eduardo Heras León y Pablo Armando Fernández, acompañados de Abel Prieto, Zuleica Romay, Alex Pausides, Aitana Alberti y Adelaida de Juan, entre otros.
Luisa Campuzano, al hacer las palabras de elogio y bienvenida, recordó que su primer libro de cuentos titulado Celebrar a la mujer como a una pascua recibió en 1966 una Mención del Premio Literario Casa de las Américas y, desde entonces, ha tenido un vínculo muy estrecho con Cuba y sus colegas de la isla.
Resaltó que haya sido una de las primeras mujeres escritoras que se lanzó de modo brillante, con una literatura de excelente lenguaje y simbología, a presentar el tema del erotismo en todas sus dimensiones y a erotizar todas las maneras de la existencia humana. Pero su obra como narradora y ensayista no se limita a ello, pues abarca una amplia diversidad de temas, desde la historia de su país, su idiosincrasia y la realidad del continente, los temas relacionados con su condición de mujer – llegando a ser editora de la revista Fem, una de las primeras revistas feministas latinoamericanas – hasta uno de los temas más difíciles de la literatura del continente: el exilio y el regreso.
Tununa agradeció emocionada el recibimiento y ni un apagón momentáneo en la sala pudo disuadir la magia del encuentro, cuando recordaba dos visitas anteriores a Cuba: en 1994 al ser invitada para formar parte del jurado del Premio Casa de las Américas y en 2007 para la Feria del Libro de La Habana.
“El tema de la memoria circula en todo lo que yo escribo, cada vez más estoy buscando esa interlocución con cosas que sucedieron”, indicó al referirse a su obra; y señaló que la cuestión erótica no desaparece, porque más que una temática la considera como una forma de escritura, y que el feminismo no lo presenta como alegato, sino entretejido en historias que tienen que ver con la justicia y el respeto.
Tuvo tiempo para compartir con sus amigos cubanos sobre cuanto quiso reflexionar: sobre su recorrido por La Habana Vieja para disfrutar de su “esplendor fragmentado”, sobre la contagiosa música cubana que percibe como un “despertar del cuerpo”, sobre la actualidad argentina y los medios de prensa que calificó de “canallas”, dedicados a manipular la información; sobre arraigos, desarraigos, pérdidas y regocijos en el regreso.
Pero dejó claro que estaba feliz de volver a lo que denominó “el fervor de La Habana”, para compartir la fuerza de su gente y de su arte. Y también tuvo tiempo para regalar, al vuelo, un sublime pensamiento literario: “escribir es delinear ese cubo en el que la persona se refugia y recluye para entender cuál es su naufragio, de cuáles fronteras ha sido arrojada y en cuáles arrecifes podría trabar su ancla, para no perecer en el desarraigo”.
Nilda Mercado – "Tununa", apodo con el que la llaman desde pequeña – nació en Córdoba, Argentina, el 25 de diciembre de 1939. Estudió la carrera de Letras en la Universidad Nacional de Córdoba y en 1964 se mudó a Buenos Aires. Durante algunos años se trasladó a Francia junto con su esposo, el también escritor Noé Jitrik, y sus dos hijos. Publicó su primer libro de relatos Celebrar a la mujer como a una pascua en 1967.
Regresaron a la Argentina en 1970 y al año siguiente comenzó a trabajar como periodista en el diario La Opinión. En 1974 Noé Jitrik viajó a México para dar clases durante seis meses pero, debido a la dictadura, el viaje se convirtió en exilio y no pudieron regresar a su tierra natal hasta 1983.
Durante sus años en México trabajó en la prensa de la Dirección de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes. A lo largo de su carrera ha sido distinguida con una Beca Guggenheim y diversos galardones. En 2007 ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela Yo nunca te prometí la eternidad.
La escritora y promotora cultural Basilia Papastamatiu, artífice del encuentro y quien fuera distinguida por Miguel Barnet como la palanca que ha movido el Premio Cortázar al nivel que merece, hizo la invitación para la entrega de estos premios en la tarde del miércoles 26 de agosto en la sala Federico García Lorca del Centro Dulce María Loynaz, cuando podrán compartir nuevamente con la escritora argentina y los demás miembros del jurado.