martes, 16 de febrero de 2016

La “resiliencia urbana” en función del desarrollo sostenible

Publicado en: http://www.uneac.org.cu/noticias/la-resiliencia-urbana-en-funcion-del-desarrollo-sostenible
Para algunos, la "resiliencia" es un socorrido concepto psicológico de adaptación individual a las circunstancias adversas, para otros es un impugnado concepto de enfrentamiento a las consecuencias negativas de la economía neoliberal.
En Cuba, a partir de una reflexión colectiva tras el paso del huracán Sandy por Santiago de Cuba en octubre de 2012, surgió el proyecto de cooperación Contribución a la elevación de la resiliencia urbana de las principales ciudades cubanas: La Habana, Bayamo y Santiago de Cuba con el auspicio del PNUD y la coordinación del Instituto de Planificación Física, además del apoyo de un grupo de instituciones y oficinas del gobierno a los niveles nacional y provincial.
¿Qué pasaría en La Habana con un fenómeno similar al de Sandy o en Santiago de Cuba con un sismo de grandes proporciones? Estas y otras interrogantes fueron las que dieron paso al proyecto, ante el peligro de exposición en altas densidades de población y la concentración de valores patrimoniales, económicos, de servicios y culturales.
A propósito de la Feria Internacional del Libro, marco que propicia un diálogo abierto y participativo, la Comisión de Ciudad y Arquitectura de la UNEAC convocó en la tarde del jueves 11 de febrero a sus miembros y otras personas interesadas en el tema a la sala Rubén Martínez Villena para debatir sobre este proyecto, sus retos y posibilidades en el panel Habana resiliente vs Habana vulnerable.
El vicepresidente de la UNEAC, el caricaturista Arístides Hernández (Ares), les dio la bienvenida a los participantes y destacó el trabajo de la Comisión no solo por la búsqueda y planteamiento de las situaciones que son de su interés, sino por el intercambio que han logrado establecer con las instituciones y organismos relacionados con sus temas.
La introducción del encuentro estuvo a cargo de Armando Muñiz, responsable de la coordinación del proyecto por el Instituto de Planificación Física, quien presentó una multimedia y varios documentos sobre su estructura y los avances alcanzados. Recalcó el concepto de resiliencia urbana como la "capacidad de asimilar, adaptarse, reponerse y dar una respuesta adecuada ante un suceso eventual de cambios, haciendo hincapié en los procesos de gestión para la prevención de riesgos ante desastres y adaptación al cambio climático".
Además, se desarrolló un panel dirigido por las personas vinculadas al plan de ordenamiento urbano en La Habana: Aracelis García, quien profundizó en las características de la ciudad y sus vulnerabilidades, ejemplificando con el caso ilustrativo de la Bahía de La Habana; Gina Rey, quien abundó sobre la importancia de la planificación por parte de las autoridades ante las necesidades que puedan surgir por los desastres naturales inesperados, anticipándose a lo que pueda suceder, incluyendo el trabajo sobre la infraestructura y el saneamiento de la ciudad, entre otros temas esenciales; y Miguel Padrón, quien recalcó la importancia de no solo insistir en la catarsis sino en proponer soluciones que incrementen la posibilidad de reducir los riesgos en la ciudad.
Otros temas que también fueron ampliamente discutidos, incluyeron la identificación de los "espacios de riesgo", la evaluación de impactos y el establecimiento de prioridades, la acumulación de problemas como consecuencia del incumplimiento a medidas y acciones identificadas por los planes, que ya son históricos y que se han agravado o han adquirido complejidades específicas, etc.
Igualmente se profundizó sobre la importancia de reinstalar el pensamiento a mediano y largo plazos, sustituyendo el pensamiento de inmediatez que caracteriza a muchas instituciones de la ciudad en la actualidad; la accesibilidad de los planes para todos los ciudadanos, con el fin de garantizar su amplia incorporación y participación; la necesidad de devolver a los gobiernos locales las capacidades para poder dar respuesta a los problemas de las comunidades y de capacitar sistemáticamente a todas aquellas personas que intervienen en el tema; entre otros.
Las acciones del proyecto están relacionadas con los esfuerzos del país para dar cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que forman parte de la Agenda 2030 aprobados por la ONU, y los aspectos esenciales de la campaña promovida por la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres (ONISDR) entre los que se encuentran: lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos; lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas; y promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.

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