El más reciente número de La Gaceta de Cuba fue presentado en la tarde del viernes 9 de noviembre en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC. Su director, Norberto Codina, resaltó que esta edición —perteneciente a septiembre y octubre de 2018— está dedicada en su dossier principal al 150 aniversario del inicio de las guerras de independencia con el grito de La Demajagua y, para hacer la presentación, se recurrió al historiador, ensayista y periodista Pedro Pablo Rodríguez quien es, además, miembro de su Consejo Editorial.
Con la forma amena que le caracteriza al hablar, Pedro Pablo analizó la diversidad de aspectos seleccionados sobre el tema en esta edición, comenzando con su propio artículo titulado El 10 de octubre: la cultura de las guerras en el que analiza la psicología social cubana, que hace énfasis en el orgullo nacional, los héroes y las batallas, no en la enorme cuota de sufrimiento por la que pasó el pueblo durante la guerra.
"La imagen que ha llegado a nosotros, a siglo y medio de aquellos conflictos armados, es sobre todo la de la epopeya gloriosa, fijada por sus propios participantes desde los tiempos en que se peleaba con las armas en la mano. Curioso caso, aunque no único, el del pueblo cubano, que no solo aprendió a vivir en la guerra, sino que se quejó relativamente poco de ella y que en medio del conflicto levantó aún más su orgullo patriótico y su deseo por la patria libre, inmerso en aquellos extenuantes sufrimientos", dice en su texto.
Asimismo, reseñó el artículo con título tan sugerente como Simplemente Céspedes: lo demás es secundario, de José Abreu Cardet —a quien calificó como uno de los más notables historiadores cubanos—, el cual se adentra en una arista olvidada en los estudios bélicos: "los detalles de la terrible pero tremenda cotidianidad de la vida de un país en guerra".
De esta forma, el autor comparte una mirada muy humana de quien llamamos «el padre de la patria» en sus ascensos y descensos, para "hacernos reflexionar en lo que fue capaz de admitir y ceder, en más de una ocasión", dijo, desde su entrada victoriosa a Bayamo hasta con la bandera que había enarbolado.
Por su parte, Rafael Acosta de Arriba insiste en su artículo en el tema de Céspedes a través del análisis de la novela de Evelio Traba El camino de la desobediencia, (Ed. Verbum 2016 y Ed. Boloña 2017), no mediante una mera reseña del libro sino profundizando en el análisis de un aspectosiempre apasionante: la relación entre literatura e historia, el balance de una novela que cumple con su función esencial de hacer literatura sobre bases históricas y hacerlo de forma convincente, cuando se sabe que no hay fuentes que permitan sustentar fehacientemente todos los pasajes narrados.
Un enfoque sui géneris al análisis del dossier lo promueve el narrador Pedro de Jesús con su artículo Usos gráficos en la representación verbal del Himno Nacional cubano, calificado por Pedro Pablo como texto "formidable" por descubrir algo en lo que no se repara habitualmente: las distintas formas en que aparece y se usa la letra del himno en diferentes contextos, a partir de un estudio muy serio del manuscrito de Perucho Figueredo y otras figuras o documentos históricos.
En otro artículo la ensayista Zaida Capote vuelve sobre un aspecto a recordar: la política genocida, el exterminio, la cuota de sacrificios y las muertes espantosas durante el período de la reconcentración de Weyler y la forma en que ha sido tratado este triste episodio nacional en la literatura cubana.
Se incluye también un trabajo inédito sobre algo muy poco conocido en la historiografía de nuestro país: la emigración de santiagueros hacia el poblado de El Caney durante la inminente invasión norteamericana a la segunda ciudad más importante del país. El texto del historiador Fernando E. Miranda profundiza en este pasaje nada glorioso de un momento político difícil de la historia nacional, que para Pedro Pablo reveló la frase "meter a Cuba en el Caney", una versión muy oriental de la capitalina "meter La Habana en Guanabacoa".
En el contexto del dossier principal, al culminar la revista —con la sección de fragmentos de artículos publicados con anterioridad— se reproducen partes de un artículo de Antonio Núñez Jiménez con el título Surgimiento de la República de Cuba en 1901 que nos recuerda, entre otras cosas, que "pocos pueblos han pagado un precio tan horrendo por su libertad como el cubano, que perdió en el fragor de las batallas y en los campos de concentración el 12% de su población y el 66.66% de la riqueza total del país".
Pedro Pablo recordó que la revista nunca se queda en un solo dossier y el segundo grupo de artículos profundiza en pasajes específicos del desarrollo del cine cubano, en una suerte de revista "histórica y cinematográfica".
En ese sentido, resaltó el artículo de Arturo Arango titulado Claves para 1968, que analiza el contexto histórico de un "año cumbre para la cultura cubana" —como lo caracteriza el autor— tan contradictorio como tener al mismo tiempo la realización del filme Memorias del subdesarrollo y la celebración del Congreso cultural de La Habana, que asomó los primeros síntomas de lo que posteriormente se conoció como Quinquenio Gris.
Otro artículo a destacar es el de Luciano Castillo Cien años de Ingmar Bergman: sonata en cuatro movimientos, que —a decir del presentador— nos enseña cómo un currículum puede ser convertido en un texto interesante.
También resaltó la segunda parte de la entrevista de Arturo Soto con el realizador cubano Manuel Pérez, donde vuelve a los momentos difíciles de la historia del ICAIC con una mirada no sólo desde el punto de vista personal, sino institucional: cómo este organismo pudo atravesar momentos difíciles y lograr un sentido de unidad con la Revolución.
En la entrevista se expresan juicios valiosos que no se quedan en el pasado y sirven como estímulo para el presente y el futuro, llamando la atención sobre el siguiente: "hay que dejar de un lado la soberbia de unos, desde el poder, y la inmadurez y frivolidad de otros, desde la discrepancia, si queremos llegar a un entendimiento… alguien con lucidez y autoridad tiene que percatarse de que el debate exige recuperar el cauce del entendimiento mutuo, constructivo, creyendo realmente en él, no como una formalidad más, trámite a cumplir, puesta en escena".
Pedro Pablo se refirió a otros artículos interesantes de la revista, como la reflexión de Pedro de la Hoz sobre el aporte musical, la capacidad creadora y la labor docente de Diez Nieto a la cultura cubana, quien merece un libro para contar su historia; la invitación a la lectura que hace Vitalina Alfonso sobre el evento Reading Cuba (Leyendo a Cuba), organizado en la Florida por varias instituciones norteamericanas sobre escritores cubanos de la isla y de la diáspora; el análisis de Jorge Alberto Piñeiro (Jape) sobre el Aquelarre, que merece un apoyo de la crítica para que no pase sin penas ni glorias en el contexto cultural cubano; y la acostumbrada sección de Crítica, dominada en esta ocasión por los libros.
Para finalizar, resaltó en La Gaceta de Cuba el trabajo sistemático que se ha realizado para mantener la importancia del diseño en las publicaciones cubanas, sobre la base de que la forma en que se presentan las revistas es muy importante para que se sume al contenido que se expone, pues en el contexto nacional se ha perdido el material gráfico para atraer al lector.
En esta ocasión, las imágenes de pintores cubanos —como el caso de Romañach para los textos sobre las guerras de independencia— y otras imágenes alegóricas a los temas que se tratan, juegan un papel importante en la presentación del producto artístico que "enamora" a los lectores.