martes, 24 de febrero de 2009

“El Che de los Gays”

La Feria Internacional del Libro de este año, dedicado a Chile, nos trajo de vuelta a La Habana uno de los personajes más llamativos de la vida social de ese país, tal vez el más provocador y controversial entre los defensores de las llamadas “minorías sexuales” en Latinoamérica: “el Ché de los gays”. Su nombre es Víctor Hugo Robles y el sábado pasado presentó en La Cabaña su libro sobre la historia del movimiento homosexual en Chile, titulado “Bandera hueca”.

El libro trata de rescatar la memoria de un colectivo de la sociedad chilena que no ha sido registrado en su historia política, a pesar de que salieron a la luz pública en el gobierno de Salvador Allende y sufrieron posteriormente la misma represión despiadada y sangrienta, cuando pretendieron visibilizar su voz militante durante el régimen de Pinochet. Incluso después, en los años 90 y del nuevo siglo, han continuado su largo batallar en una sociedad donde la oligarquía conservadora y la religión católica mantienen una fuerte influencia en los patrones de la “moralidad” ciudadana en ese país.

El libro contiene numerosas anécdotas del accionar de este personaje, que para algunos pueden constituir acciones libertinas o anárquicas, incluso excéntricas. Para otros, constituyen un llamado de atención “de impacto”, en ningún sentido cómodo ni complaciente, en contra de las discriminaciones por motivos de orientación sexual e identidad de género.

Precisamente de una de estas acciones es de la que toma nombre el libro: durante el XXV Congreso del Partido Socialista de Chile (en 1996), el autor abordó a la ex Primera Dama de Francia, Danielle Miterrand, y le entregó públicamente una carta para solicitar su apoyo a la lucha contra el artículo 365 del Código Penal -que castigó hasta 1999 con la cárcel la “sodomía consentida entre hombres” y desde esa fecha limitó esta regulación sólo a los actos cometidos con menores de 18 años. En ese momento, frente a la audiencia y para asombro de muchos, desplegó una bandera chilena con un hueco en su centro, que simbolizaba el espacio vacío de las personas lesbianas, trans y homosexuales, que han sido excluidos de la sociedad.

A Víctor Hugo Robles ya el público cubano lo conoció en el año 2005, cuando presentó el documental “El Che de los Gays”, en el Festival de Cine de La Habana de ese año (ver entrevista de La Jiribilla). Él mismo califica su personificación como el Che que busca “reinventar metafóricamente la utopía libertaria de la izquierda latinoamericana, pero encarnada en personajes contemporáneos, desvalidos y estigmatizados, entre ellos, las minorías sexuales; lesbianas, travestis y homosexuales”. Como recalcó en su presentación de La Cabaña: “porque se puede ser gay y revolucionario, ser homosexual y compartir la utopía de la revolución social para lograr un mundo mejor”.

Su mensaje puede no haber sido bien entendido por algunos y no ha faltado quien lo considera irrespetuoso con la memoria del héroe. Sin embargo, las palabras de Mariela Castro durante la presentación del libro fueron esclarecedoras: “algunos machistas homófobos nuestros, que todavía ven al Che como un Dios y no al hombre maravilloso que fue, pueden haberse sentido contrariados; sin embargo, a partir de lo que conozco del Che estoy segura que él hubiera sido capaz de emprender esta causa y, si estuviera vivo y activo como dirigente de nuestra Revolución, hubiera sido una de las primeras personas a las que le hubiera ido a tocar la puerta para pedirle su solidaridad”.
El libro enriquece, no sólo al particularizar en tantos años de lucha contra la homofobia en Chile, sino también porque nos acerca a la opinión sobre el tema de valiosas figuras políticas chilenas, que conocemos muy bien.

Volodia Teitelboim, destacado escritor y ex Secretario General del Partido Comunista chileno dijo: “existe una posición bastante medieval, excluyente y anticuada de estimar que los homosexuales y las lesbianas son categorías peligrosas para la sociedad y la seguridad de sus hijos. Hay que poner el pensamiento al nivel de las investigaciones de la ciencia. Son una parte del género humano que merece absoluto respeto y deben disponer de la posibilidad de realizar la vida como ellos conciben, en la seguridad de que esto no se convertirá en un mal para la sociedad, sino en un bien para la sociedad”.
Por su parte, la inolvidable Gladys Marín, luchadora y líder del Partido Comunista señaló: “a los homosexuales les diría que sigan adelante, que sigan luchando por sus derechos, porque ellos tienen absoluta legitimidad para ocupar un espacio en esta sociedad. Les diría que cuentan con un apoyo que va más allá de la gente que se atreve a decir estas palabras”.
Como adelanto, quiero compartir un pasaje del libro que particularmente emociona a los cubanos, por estar ligado a una de las principales figuras de nuestro arte revolucionario: Silvio Rodríguez –a quien alguien quiso acusarlo recientemente de homófobo.

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“Querido Silvio”

Pensando en el gesto político de escribir cartas públicas y siguiendo los consejos de Eugeni Rodríguez, un amigo del Frente de Liberación Gay de Cataluña, quien me recomendó solicitar respaldo para nuestra causa a personalidades internacionales, inicié un itinerario de entrega de misivas a diversas figuras que visitaron Santiago de Chile.

Una mañana de septiembre de 1995, irrumpí en una conferencia de prensa que ofrecía Silvio Rodríguez en la Fundación Violeta Parra, entregando el documento. Si bien la carta a Silvio había circulado con anterioridad en los medios de comunicación, ninguno de los líderes del movimiento había pensado entregársela personalmente al artista, sino más bien distribuirla en los medios de comunicación y que, a través de ellos, Silvio Rodríguez se diera por enterado.

Sin embargo, y en medio de la expectación de la prensa, me subí al escenario, entregué la carta del MOVILH (MOVImiento de Liberación Homosexual) al cantante, señalando:

- “Silvio, esta es una carta del movimiento homosexual chileno, queremos que
la leas y que nos des una respuesta”


Por su parte, Silvio, cariñoso, respondió:

- “Si están luchando por sus derechos, que yo los comparto y los respeto, tienen todo mi apoyo, por supuesto, siempre que no se pongan en contra
de Cuba”

Felices del respaldo de Silvio, activistas gays acudieron a los conciertos que ofreció el trovador en el Teatro Monumental de Santiago. En medio de esos conciertos, Silvio Rodríguez consumó su respaldo a la causa homosexual chilena, diciendo al público presente:
- “Quiero dedicar esta canción, especialmente a un movimiento que hay aquí, que se llama Triángulo Abierto, Movimiento de Liberación Homosexual. A través de un documento que me hicieron llegar, me enteré de una cosa insólita, que hay una ley que convierte en ilegales las relaciones homosexuales, y eso es una cosa loquísima. Esta canción es para ellos”
Acto seguido, Silvio Rodríguez interpretó una de sus más hermosas canciones: “Te molesta mi amor”.

(El autor aclara que la campaña iniciada por el programa Triángulo Abierto reunió a más de 100 rúbricas de intelectuales y personalidades de la política y la cultura nacional e internacional, destacando entre ellos a Hortensia Bussi de Allende, Gladys Marín, Volodia Teitelboim y el Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel).

2 comentarios:

  1. interesante esto...

    no hubo ninguna preguntica capciosa desde el público esta vez? ;)

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  2. Todo lo contrario, Alejandro. Había mucho público y de mente muy abierta... tuvieron muy buena acogida la presentación y las palabras que se dijeron allí, incluídas las de Mariela. El libro voló en un ratico. En realidad, no son muy comunes las preguntas capciosas en este ambiente, mucha gente pregunta desde el desconocimiento que hay sobre estos temas... a no ser que se aparezca una satélite con instrucciones precisas de joderlo todo! :)

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