Ponencia presentada en el XVI Taller Internacional “Nueva Ciencia Política”. Salón 250 Aniversario, Universidad de La Habana, 22 de noviembre de 2013
Para una nueva Ciencia Política con Enfoque Sur deberá ser de interés identificar y profundizar en el marco teórico de un proceso que se ha manifestado en las últimas décadas mediante el cual el desarrollo de la globalización neoliberal ha convertido a algunas Organizaciones No Gubernamentales en importantes actores internacionales para imponer, desde la sociedad civil nacional e internacional, este modelo hegemónico a los países del Sur.
Fue a finales de la década de 1980 cuando se hizo de forma más evidente la creación y utilización de ONGs para influir y minar procesos políticos, en el contexto de la subversión y el combate occidental contra el sistema socialista mundial, durante la estocada final de la confrontación Este-Oeste y la llamada Guerra Fría.
El término ONGización fue inicialmente utilizado de forma crítica por organizaciones feministas a mediados de los años 1990s, cuando numerosas ONGs fueron catalogadas como “traidoras” a sus principios éticos por colaborar en la aplicación de la agenda neoliberal a nivel internacional, con evidentes implicaciones patriarcales. Particularmente este proceso se dio en la región latinoamericana, donde los gobiernos neoliberales de entonces realizaron importantes recortes a las agendas sociales y permitieron el protagonismo de fuerzas nacionales, regionales y globales con una agenda que respondía a intereses foráneos y complementaba la aplicación de ajustes estructurales, en detrimento de los avances sociales.[1]
Posteriormente, con la evidente utilización de estos mecanismos para aplicar la globalización neoliberal a todas las esferas de la vida pública, el término fue retomado por los movimientos sociales de izquierda en forma de denuncia. Este proceso de generalización de la ONGización de la política fue definido claramente por la activista social india Arundhati Roy, al expresar:
«A medida que el estado abdicaba su función tradicional, las ONGs se pusieron a trabajar en estas áreas específicas. La diferencia, evidentemente, es que los fondos que tienen a su disposición son una fracción minúscula del recorte que se realizó en el gasto público. La mayoría de las grandes ONGs subvencionadas están financiadas y patrocinadas por las agencias de ayuda y desarrollo, que a su vez dependen para su financiación de los gobiernos occidentales, el Banco Mundial, la ONU y algunas corporaciones multinacionales.» [2]
De acuerdo a lo que observamos en el escenario internacional actual, este proceso puede verse manifestado de las tres siguientes formas:
La primera ha sido conocida en diversos contextos: cuando en países del Sur –con necesidades urgentes de fondos frescos desde el exterior– se presentan ONGs con una agenda esencialmente humanitaria y desprovista del contexto político particular, que al final cumplen una agenda política específica.
Un ejemplo de rechazo a este caso lo constituyen las acciones tomadas por el gobierno de Ecuador el 5 de septiembre de 2012, cuando suspendió el trabajo de 26 ONGs extranjeras. El Presidente Rafael Correa denunció que estas organizaciones no informaban de sus ingresos y, en lugar de cumplir con la ley, se dedicaban a hacer política en el país. Además, resaltaba en su denuncia que algunas de estas ONGs tenían una fuerte base en la extrema derecha regional y pretendían desestabilizar a los gobiernos progresistas de América Latina, mientras que otras en la frontera norte eran cómplices de grupos irregulares.[3]
En la actualidad, este fenómeno puede alcanzar dimensiones excesivas dentro de los límites nacionales, en lo que algunos expertos han denominado Repúblicas ONG: que son países muy empobrecidos –entre los que incluyen Haití, Afganistán, Cambodia, Ruanda y Yemen, entre otros– donde las ONGs y otras instituciones donantes han creado estados paralelos inmensamente más poderosos que los propios gobiernos nacionales, con la capacidad de decidir cómo, dónde y el límite en que se utilizan estos fondos.
La segunda manifestación de este proceso se puede apreciar en la creación de ONGs con un claro objetivo de influencia política en países específicos, utilizadas como mecanismos de agresión o subversión para derrocar gobiernos que se resisten a seguir el patrón neoliberal, con la peculiaridad de su carácter confrontacional sin previa declaración de guerra.
Como ejemplo se puede citar el alto número de ONGs creadas por los Estados Unidos de América para mantener su política contra el gobierno cubano, al que han dedicado fondos multimillonarios. Por sólo citar el caso de la National Endowment for Democracy (NED), organización creada por la USAID para canalizar los recursos destinados a la desestabilización política en Cuba, entre 2010 y 2011 se han encauzado más de 4 millones de dólares a través de ONGs radicadas no sólo en los Estados Unidos, entre las que se pueden citar: Afro-Cuban Alliance Inc., Directorio Democrático Cubano, CubaNet News Inc., People in Need, Instituto Político para la Libertad, entre muchas otras.[4]
La tercera forma en que se manifiesta este proceso se refiere al papel que han jugado ciertas ONGs en el proceso negociador de los organismos multilaterales, siguiendo una estrategia hegemónica de los países del Norte para imponer su propia agenda.
En el enfrentamiento de posiciones políticas durante las negociaciones en el sistema de las Naciones Unidas y otros foros internacionales se observa de forma reiterada que temas prioritarios para los países del Sur quedan relegados en la agenda, mientras se priorizan otros que son de interés para los países desarrollados.
En esta estrategia hegemónica, varias ONGs son utilizadas como mecanismo complementario para promover esta agenda durante las sesiones. La activa presencia de ellas en eventos colaterales –donde las más poderosas disponen de mejores recursos para atraer a las delegaciones– garantiza un cabildeo que juega un importante papel para la consecución de sus objetivos.
Conclusiones
Como se puede apreciar, la ONGización de la política presenta una situación de extrema complejidad en el contexto internacional, no sólo por sus implicaciones económicas, políticas y sociales, sino por la diversidad de formas en que se manifiesta.
Sería injusto hacer una generalización de este fenómeno y demonizar a las ONGs. Estamos convencidos del inmenso trabajo que han realizado las Organizaciones No Gubernamentales –a nivel nacional, regional e internacional– en situaciones de emergencia, ante catástrofes naturales, hacia poblaciones con necesidades básicas, entre otras circunstancias. Sobre todo, estamos conscientes del esfuerzo que han realizado, junto a los movimientos sociales, para posicionar temas de trascendental importancia en los debates internacionales y nacionales, desde una perspectiva emancipadora de los de abajo, desde la sociedad civil.
De lo que se trata es de tomar conciencia de la existencia de esta otra expresión política, que se refiere a la utilización de numerosas ONGs para la consecución de objetivos concretos, como parte de la estrategia hegemónica de los países desarrollados en la imposición de una agenda neoliberal hacia los países del Sur.
Ante esta situación, lo más importante será desarrollar capacidades por parte de los gobiernos y de la sociedad civil que permita identificar y frenar este tipo de influencia y subordinación a intereses foráneos, para elaborar políticas independientes y contra-hegemónicas, con el fin de utilizar los beneficios económicos que estas ayudas implican sin ceder a imposiciones de agendas de desarrollo ni renunciar a los intereses y prioridades nacionales.
[1] Para mayores detalles consultar a Sonia E. Álvarez (2010), Beyond NGOization? Reflections from Latin America. Consultado el 23 de septiembre de 2012 en: http://es.scribd.com/doc/68641558/Beyond-NGOization
[2] Tomado de: Arundhati Roy (2007) ¿Con qué detergente lavas? El poder público en la era del imperio. Consultado el 10 de septiembre de 2012 en: http://www.alterinfos.org/spip.php?article1623
[3] Para más información consultar el artículo de Bolpress (12 de septiembre de 2012), Ecuador: Protegiendo su biodiversidad, gobierno suspende a 26 ONGs extranjeras. Consultado el 24 de enero de 2013 en: http://kaosenlared.net/america-latina/item/30479-ecuador--protegiendo-su-biodiversidad-gobierno-suspende-a-26-ongs-extranjeras.html
[4] Para mayores detalles consultar a Luis M. Rosales (20 de septiembre de 2012), La NED sigue apostando al duro en la subversión contra Cuba. Consultado el 20 de septiembre de 2012 en: http://www.cubadebate.cu/especiales/2012/09/20/la-ned-sigue-apotando-al-duro-en-la-subversion-contra-cuba/
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