lunes, 21 de abril de 2014
El compromiso de lealtad de Aurelio Alonso
Publicado en: http://www.uneac.co.cu/index.php?module=noticias&act=detalle&id=7830
Tras el VIII Congreso de la UNEAC ha comenzado un nuevo ciclo de las Tertulias de Historia, que organiza la Sección de Literatura Histórico-Social de la Asociación de Escritores los terceros jueves de cada mes en la Sala Rubén Martínez Villena.
De acuerdo a las palabras introductorias de la nueva Presidenta de esa Sección, Ivette García, se reiniciaron estos encuentros la tarde del pasado 17 de abril con una “sesión de lujo”: un homenaje al prestigioso sociólogo e intelectual cubano Aurelio Alonso, Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2013.
Su prestigio convocó en esta ocasión no solo al Presidente y Vicepresidente Primero de la UNEAC, Miguel Barnet y Luis Morlote, al Presidente de la Asociación de Escritores, Alex Pausides, sino también a destacados intelectuales, amigos y admiradores de su obra, como Roberto Fernández Retamar, Eduardo Torres Cuevas, Ambrosio Fornet, entre otros.
Las palabras de homenaje corrieron a cargo del investigador y politólogo Juan Valdés Paz, conocedor profundo del trabajo de Aurelio, quien logró de forma sucinta —dentro de lo posible, ante una trayectoria tan prolífera y destacada— resaltar los principales momentos y aportes del homenajeado, sobre todo su sólida convicción de ser un “intelectual de la lealtad” a la Revolución cubana.
Consideró, entre sus principales aportes, la contribución que ha realizado durante toda su vida al “pensamiento heterodoxo, radical y revolucionario” de la nación, demostrado en la articulada diversidad de su obra, tanto en la filosofía, como en el marxismo, la historia, la ciencia política, las relaciones internacionales… “todo ello sin que parezca un revoltijo, de forma armónica y elaborada”, dijo.
Su trayectoria institucional así lo demuestra, al haber sido fundador del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, de la revista Pensamiento Crítico, del grupo de Ciencias Sociales de principios de los años 70, investigador del Centro de Estudios de Europa y de América, hasta desempeñarse en la actualidad como subdirector de la revista Casa de las Américas, lo que fue considerado por Retamar como “un extraordinario aporte” a esa publicación.
Valdés Paz destacó también su contribución a una cultura marxista crítica en el pensamiento cubano, pues en su momento libró de forma audaz una lucha que fue calificada por muchos “contra los demonios”. En ese sentido, enfrentó visiones dogmáticas de la teoría y la práctica socialista, promovió la profundización en el conocimiento de pensadores como Rosa Luxemburgo, Lenin, Gramsci, Ho Chi Minh, entre otros, e insistió en la necesidad de redescubrir el marxismo latinoamericano, tanto las ideas de Mariátegui, como del Che y Fidel. “Aurelio se convirtió en un verdadero San Juan predicando que esto también era pensamiento marxista, el cual la Revolución cubana no debía desconocer”, resaltó.
La evidencia de que no ha habido reto difícil para Aurelio en las ciencias sociales –que no haya sido enfrentado con seriedad y profundidad por su parte– quedó demostrado al ser uno de los principales promotores del carácter interdisciplinario de estos estudios y pionero en muchos campos como la ciencia política, la transición socialista, la sociología de la religión, la eclesiología –particularmente en lo que concierne a las iglesias cubanas– y los estudios sobre la pobreza. Igualmente, son reconocidos sus aportes en el conocimiento de las relaciones internacionales, particularmente en los casos de estudios del Caribe y de Haití.
Para completar la visión integradora de la vida y trayectoria de quien calificó como “un paradigma de intelectual revolucionario”, Valdés Paz destacó su papel en la formación de la juventud y el contacto permanente que le ha caracterizado con sus colegas y alumnos, en un “magisterio transgeneracional” que ha tenido como resultado el impacto de su obra y de su ejemplo personal en las generaciones actuales.
Otras personas presentes en el homenaje destacaron la trascendencia de su quehacer diplomático, su particular sentido de la vida y dimensión humana, su posición vertical contra las injusticias, las discriminaciones y su compromiso con la verdad, su honestidad intelectual, coraje y sentido del humor. No pocos lo señalaron como un hombre “que les enseñó a pensar”, lo cual ha tenido una alta incidencia en la profundidad del pensamiento de las generaciones que vinieron después y en la huella que ha dejado, incluso más allá de nuestras fronteras.
Sobraron motivos para agasajar al maestro Aurelio Alonso, quien se mostró feliz y agradecido del homenaje. Porque todos acompañaron con gusto las palabras de resumen con que Juan Valdés concluyó su panegírico, destacando sus valores en la sabiduría como servicio, en su ejemplaridad y el ideal revolucionario como un compromiso de toda la vida.
Aurelio Alonso Tejada nació en 1939 y se graduó de Sociólogo en la Universidad de La Habana. Además de lo ya señalado antes, coordinó el Grupo de Trabajo sobre Religión del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), fue Consejero Político de la Embajada de Cuba en Francia, investigador del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) y miembro del comité de redacción de la revista Alternatives Sud, de Bélgica.
Es Profesor Titular Adjunto de la Universidad de La Habana, ha participado en numerosos eventos nacionales e internacionales e impartido conferencias en Universidades de diversas partes del mundo. Ha publicado más de ochenta artículos, desde materiales de prensa hasta ensayos, en revistas especializadas de Cuba y del extranjero.
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