jueves, 10 de septiembre de 2015
Una Gaceta para Santiago de Cuba
Publicado en: http://www.uneac.co.cu/noticias/una-gaceta-para-santiago-de-cuba
A Santiago de Cuba se le ha dedicado el número 4 de 2015 de La Gaceta de Cuba, correspondiente a los meses de julio y agosto, la cual fue presentada en la tarde del martes 8 de septiembre —día de la virgen de la Caridad del Cobre, la Santa Patrona de Cuba— por la realizadora santiaguera Rebeca Chávez en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC.
En sus breves palabras, Rebeca trató de lograr un acercamiento a lo que llamó las “claves esenciales para Cuba” que se desarrollan en su ciudad natal, tal vez como consecuencia de “la sabia combinación de ingredientes que solo esta urbe es capaz de crear”.
Al cumplir sus 500 años, La Gaceta homenajea a una ciudad que “no sólo es de negros y mulatos, son, conga, carnaval y Caribe” —como reflexiona el poeta y escritor santiaguero Yunier Riquenes al presentar el dossier principal de la revista que él mismo coordinó— porque “es la tierra de la Patrona de Cuba: la virgen de la Caridad del Cobre, El derecho de nacer, Santiago Apóstol, Tele Rebelde y la Casa del Caribe. Santiago es los Maceo, el Moncada, los héroes de la clandestinidad o de la Sierra… ¡Santiago es tierra de artes y artistas!”.
De esta forma discurren por sus páginas varios textos de diversos temas relacionados con ella, su cultura y su gente: desde la fascinación que ha producido a tantos artistas y personalidades que han pasado por allí, según la perspectiva de Teresita Fleitas; hasta el último trabajo, al cierre de la revista, donde el poeta Waldo Leyva la califica de “ser vivo” pues “tiene la virtud de ser única y diversa, detenida y cambiante, hija del mar y la montaña, levantada sobre sí misma, hecha solo para la luz, la música o el abrazo irrepetible”.
La historiadora de Santiago, Olga Portuondo, va a sus raíces con un texto sobre un santiaguero ineludible: José María Heredia; mientras Carlos Rafael Fleitas se adentra en una historia poco conocida: el origen y la evolución de la prensa periódica en Santiago de Cuba durante el siglo XIX, que fueron “baluartes relevantes en la formación de nuestra cultura nacional, muy en particular para la vida cotidiana” de esa ciudad.
Por su parte, Félix Contreras aborda un tema que no por conocido es redundante: el papel de Santiago en la música cubana, particularmente en el desarrollo del feeling, para asegurar que su nacimiento se debe a la vieja canción santiaguera mezclado con ritmos cubanos y norteamericanos; y Rafael Acosta de Arriba toca otro tema inevitable: la Santa Patrona, a través del comentario al libro La virgen de la Caridad del Cobre en el alma del pueblo cubano, de Emilio Cueto, publicado por Ediciones Polimyta (Guatemala, 2014).
Para culminar el dossier, las historias de vida de dos relevantes artistas cuyas huellas son evidentes en la vida cultural santiaguera: Alberto Lescay y Fátima Patterson. A través de la pluma de Marina Lourdes se cuenta la historia del primero, con su texto En el temblor de una danza vudú al fuego, que le considera “maestro de nuestra razón plástica” en su monumentalística; y con Reinaldo Cedeño la segunda, en una entrevista donde la dramaturga, actriz y directora del grupo Estudio Teatral Macubá confiesa que, en todo lo que hace, asume que es mujer, pobre, negra y artista: “es cierto que soy una mujer dichosa; peleadora, pero dichosa. Y las cosas no me pasan por suerte, las he luchado, y mucho”.
Fuera del dossier, la impronta santiaguera sigue abundando en la revista con el texto de Pedro de Jesús Paradojas de Antón: para celebrar los 80 de Arrufat, en un diálogo con este otro “santiaguero ausente” donde el autor se siente con el privilegio de asistir a una revelación; y se combina con la poética de otros dos escritores que residen en esa ciudad: Eduard Encina y Javier L. Mora.
Más allá de las fronteras de su dossier, Josefina de Diego presenta en la revista una entrevista concedida por su padre Eliseo Diego a Edda Pilar Duque —publicada en 1987 en la revista colombiana Gradiva con el título Escribo todo esto como quien ve la ruina— la cual no fue incluida en la compilación de sus entrevistas publicadas por Unión en 2010. Según la propia Fefé, resulta valioso su rescate en el aniversario 95 del natalicio de su padre pues se trata de “un texto muy completo, donde se abordan temas de la literatura cubana y la cultura en general, de sus comienzos como escritor, del grupo Orígenes, así como anécdotas de su niñez y de su juventud que son entrañables”.
También se puede leer el texto de Hilda María Rodríguez Cartografía de un pensamiento, sobre la obra plástica de Antonio Eligio Fernández Tonel —que adorna toda la publicación—; el análisis de Ibrahim Hernández Oramas sobre las Discontinuidades de Roberto Friol; la narrativa de Francisco López Sacha que, en Imágenes de un dios —tomado de su libro en preparación Prisionero del rock and roll—, se imagina los comienzos de íconos musicales como Billy Preston; el homenaje de María Elena Llana al “documentalista de primera línea” Oscar Valdés, al comentar un libro de Ana Busquets Fariña sobre su obra; y la felicitación a Leonardo Padura, el de Mantilla por su reciente galardón del Premio Princesa de Asturias.
La sección de la Crítica, como es habitual, hace un recorrido actualizado sobre eventos culturales y piezas trascendentes, como los trabajos de Carlos L. Zamora sobre Juan Siam y su libro Aviones en la madrugada, el de Reynaldo García sobre el cuaderno Numerales de Rodolfo Tamayo, el de Norge Céspedes sobre Minsk —libro de Ulises Rodríguez que ganó el Premio UNEAC de novela 2013— y el texto de Daniel Céspedes sobre Calvert Casey, a propósito del aniversario 50 de la primera edición de su libro Memorias de una isla.
Completan este recorrido por otras artes la crítica de Jorge Núñez Motes sobre la décima temporada de los Conciertos de Primavera, que organiza cada año la UNEAC guantanamera; el texto de Wendy Amigó sobre los eventos paralelos organizados en Cienfuegos el pasado abril: la 9na. Feria de la Estampa “Impresiones 56” y el II Concurso Nacional de Colografía “Belkis Ayón”; y los comentarios de Frank Padrón sobre la Segunda Bacanal de Títeres para adultos, realizada recientemente en La Habana que convocó a artistas cubanos y extranjeros.
Como nos tiene acostumbrados, La Gaceta tiene de todo y para todos los gustos, con la peculiaridad en esta ocasión de profundizar en las raíces de la cubanía al dedicar espacio y tinta a una ciudad y un pueblo que ha realizado una marca trascendental a la cultura nacional: Santiago de Cuba en sus 500 años de historia.
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