Publicado en: http://www.uneac.org.cu/noticias/guillermo-rodriguez-rivera-poeta-y-hombre-de-pensamiento
Guillermo Rodríguez Rivera "no sólo fue un poeta, sino un hombre de pensamiento". Así lo recordó el Presidente de la Asociación de Escritores Alex Pausides la mañana de este 15 de junio durante el homenaje que se le ofreció a este destacado intelectual, ensayista, profesor y poeta –recientemente fallecido– en el habitual espacio Jueves Literario, que organiza esa Asociación en la Sala Caracol de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Al hacer la introducción del encuentro, el también narrador y poeta Emilio Comas resaltó que la mejor manera de homenajearle sería hablar del Guillermo que conocimos: el hombre sabio que disfrutaba debatir con amplitud sobre política y sociedad, lo mismo en sus clases que en ensayos o junto a un trago de ron en una mesa del Hurón Azul –a la que algunos llamaban "La caverna de las ideas de Platón"– y quien, a la vez, poseía una peculiar simpatía y originalidad.
Pausides resaltó la decisiva influencia de su obra en la poesía cubana, a partir de su dedicación –como pocos de los de su generación– al estudio de los grandes maestros y de la poesía latinoamericana. Recordó que su poemario El libro rojo, reeditado hace poco por Sur Editores, ofreció la mirada del poeta ciudadano, participando y asumiendo la historia con una frescura inusitada, visión que se perdió en años posteriores hasta volver a su encuentro 30 años después.
Indicó que este es el primero de los homenajes que merece Guillermo, pues en septiembre próximo la Asociación de Escritores le rendirá otro homenaje, esta vez desde una perspectiva académica para profundizar en el significado su obra poética y su labor como intelectual comprometido con la sociedad que le tocó vivir.
Para la poetisa Natacha Santiago su figura logra una aproximación a la imagen del Ché, tomando en cuenta la profundidad de su pensamiento, su irreverencia, la fina ironía que le caracterizaba y su labor cotidiana, que provenía de un hombre transparente, sencillo y tan sincero que no tenía temor a dar su criterio, sin importarle a quién complacía.
Paquita de Armas le recordó con anécdotas que ilustraron su cotidianidad: al mismo tiempo agudo, culto y ameno, además de su labor como periodista y cronista de estos tiempos. Destacó que fue una de las personalidades con mejor capacidad para decir cosas esenciales sin herir, desmenuzando los problemas con una fina habilidad que lo convirtió en un maestro de la frase martiana cuando señalaba que "la crítica debe ser un látigo con cascabel en la punta".
Por su parte, Nicolás Hernández Guillén le calificó como uno de los "imprescindibles" –al igual que Fernando Martínez Heredia, también fallecido recientemente– porque su aporte fue fundamental para los proyectos más significativos que ha realizado la Fundación Nicolás Guillén. En retribución a su importancia, la Fundación le rendirá homenaje en julio próximo durante un evento en el que estaba previsto que él participara como ponente con una tesis que tenía sobre la relación entre Federico García Lorca y Guillén.
Resaltó su capacidad para compartir su extraordinaria cultura con todo aquel que se le acercara, además de su alto e irrenunciable compromiso con Cuba y con la Revolución. Le admiraba por su habilidad para desconstruir cualquier solemnidad y poner las cosas en su real dimensión, desde una visión tan amplia de la cultura que le permitía apreciar cualquier expresión artística y entender todo lo creativo que el ser humano fuera capaz de hacer.
Esta visión fue compartida por el poeta y narrador Frank Padrón al recordar sus conocimientos sobre la poesía heteronimia, valorada en su entrañable amigo Wichi Nogueras y, a pesar de que no era un género muy popular, le defendió como ejercicio de la creación humana. Destacó que tuvo en Guillermo a su profesor de métrica española y siempre le fascinó su magisterio, muy distante de la ortodoxia habitual, de los manuales y las limitaciones que pueden tener los planeamientos.
También se habló de su conocimiento de música, de su relación con la trova tradicional y la Nueva Trova Cubana y de muchos otros temas que pudieran hacer interminable el homenaje. "Era una de esas personas que podía hablar de casi todo", resaltó Padrón, y la pérdida de imprescindibles como él duelen en lo más profundo de la nación.
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