sábado, 15 de agosto de 2009

X-Sexuales

Esa mala costumbre que tenemos los humanos de “clasificar” a las personas, de acuerdo a determinada característica o atributo, se está poniendo difícil a principios de este siglo al considerar las cuestiones sexuales. Es conocido que la sexología es una ciencia muy reciente en la historia y, aunque siempre han existido todo tipo de orientaciones y variantes en las preferencias y gustos, notamos cierto empeño en darle nombres (para no decir “etiquetas”, que suena menos simpático) a cada una de ellas… y algunos llegan a ser sorprendentes!

Todos más o menos conocemos las “clasificaciones” básicas que, de acuerdo a la orientación sexual, somos los Heterosexuales, Bisexuales y Homosexuales y, de acuerdo a la identidad de género, podemos ser Hombre, Mujer y Transgénero (Transexuales, Travestis y Transformistas). De estas grandes clasificaciones surge lo que en las últimas décadas se ha llamado la “comunidad LGBT”, que incluye a Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros, aunque también los Intersexuales se han esforzado para estar incluidos en este grupo, a tal punto que algunos hablan de la comunidad LGBTI. Para el que tenga dudas, se les llama Intersexuales a las personas que desarrollan biológicamente caracteres masculinos y femeninos, con un grado de ambigüedad variable.

Sin embargo, la naturaleza humana es más rica que esas rígidas clasificaciones y, cuando de expresar amor y sentir placer se trata, todo puede ocurrir. Así existen las personas con una orientación sexual caracterizada por la atracción estética, romántica o sexual por cualquier otra persona, independientemente de su sexo y género, a los que se les ha dado en llamar Pansexuales u Omnisexualidad. Mientras que la Bisexualidad implica atracción tanto por hombres como por mujeres, la Pansexualidad incluye la potencialidad de sentirse atraído por cualquier persona sin que importen las categorías hombre/mujer, masculino/femenino… por eso algunos Pansexuales afirman que para ellos el sexo y el género son conceptos vacíos de significado, o que no tienen importancia.

Por otro lado también están los Bicuriosos, un término referido a las personas que no se identifican como bisexuales ni homosexuales, pero sienten o muestran curiosidad por una relación o actividad sexual con alguien del mismo sexo. Otros nombres para este término son Homoflexible y Heteroflexible y puede también ser aplicado a la inversa, o sea, a personas que generalmente se identifican como homosexuales, pero sienten interés por una relación con alguien del sexo diferente.

Una categoría más conocida es la que se maneja como Metrosexual, que incluye a los hombres que les gusta vestirse con ropa a la moda, se arreglan las uñas (manicuras), cuidan su piel (faciales, tratamientos, etc.), usan cremas, se tiñen el pelo, etc. Es un hombre que no necesariamente debe ser adinerado, generalmente está urbanizado y puede ser heterosexual, homosexual o bisexual; lo que importa es que el individuo se "gusta" a sí mismo, cuida en extremo de sí mismo y no tiene miedo en hacerlo saber o en manifestarlo de forma evidente. A pesar de que este tipo de personas siempre han existido, ahora muchos hombres se sienten "liberados" de la imagen típica que ha caracterizado al varón por siglos y algunos se atreven a decir que esta persona coquetea con su parte femenina, sin miedo a exteriorizarlo.

Pero también tienen clasificación aquellos que son el típico “macho”, enchapado a la antigua y que rechaza todo tipo de “flojeras” en los hombres, y se les llama Retrosexual. Ellos se caracterizan por invertir la menor cantidad posible de tiempo, dinero y esfuerzo en cuidar su aspecto personal o en cualquier detalle que pueda afectar a su imagen… aunque algunos prefieran ese tipo de hombre “rudo” en sus fantasías sexuales.

Para complicar aún más las cosas, se ha usado con bastante frecuencia –sobre todo en los medios académicos-, los términos de Tercer Sexo y Tercer Género para describir a los individuos que tienen un estado intermedio entre hombres y mujeres, en el que se es ambos al mismo tiempo y no se es ninguno, con independencia de lo masculino y lo femenino. En algunas culturas, incluso, estas personas son veneradas como tercer sexo o género y, por ejemplo, el término se ha empleado para describir a los “hijras” de India y Pakistán, los “mahu” de la Polinesia, los “muxe” Zapotecas de México y las “vírgenes juradas” de los Balcanes, entre otros.

Ojalá y hayan podido entender todo este enredo de etiquetas –perdón, de categorías-, porque ya yo estoy un poco confundido… y eso que hemos hablado de las más conocidas hasta el momento. Al final, lo que se demuestra es que la sexualidad humana es muy rica y diversa y, aunque se pueda encajar en una clasificación hoy y en otra mañana, lo más importante es que se disfrute a plenitud y responsablemente la sexualidad que se tiene, la que se siente en el momento, sin importar ni hacer caso a otras creaciones humanas.

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