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Los primeros viernes
de cada mes la Maka con Furé trae a la sala Rubén Martínez Villena
de la UNEAC un momento de particular reflexión y aprendizaje, con
mucha espiritualidad en la cubanía, durante el encuentro con el
etnólogo e investigador Rogelio Martínez Furé.
Su objetivo
explícito es “recuperar la memoria y el olvido”, sobre todo de
un elemento importante de nuestra historia que, aunque se quiso
ignorar a través de los siglos, no deja de tener una importancia
cardinal para comprender a la nación cubana: el legado de la
diáspora africana a nuestra cultura.
Con su memoria casi
enciclopédica en cada ocasión repasa efemérides y eventos
esenciales para la historia del país relacionados con ese legado. De
esta manera, Furé caracterizó al onceno mes del año en la más
reciente cita –el pasado viernes 7 de noviembre– como “difícil
y de suma importancia” pues está cargado de acontecimientos
históricos para Cuba, nuestra región y África.
Comenzó resaltando
el día 11 de noviembre como el Día de Angola, país que ocupa una
zona trascendental para nuestras raíces pues desde el norte de su
territorio, en la región del imperio de los Congos, vinieron miles
de negros esclavos a América.
“Mucho de lo que
se conoce hoy como cultura latina tiene de ellos un componente
fundamental, en la lengua (el bantú), en los ritmos (desde el tango
hasta las habaneras), en la comida y en toda su dimensión”,
señaló. Y es una fecha que también podemos asumir como nuestra por
la participación cubana en las luchas de independencia de Angola y
la cantidad de estudiantes angolanos que han venido a Cuba a
formarse, lo cual ha incidido además en el conocimiento en África
del castellano que se habla en nuestro país, una influencia cultural
que amerita mayores investigaciones.
A propósito de la
celebración de Angola, Furé presentó a su primera invitada: la
escritora de literatura para niños y jóvenes Ana María Luján,
quien ha desarrollado con el Instituto del Libro y la Casa Editora
Abril un hermoso proyecto que contribuye a conocer desde la niñez
esta cultura. Se trata de un conjunto de 10 pequeños textos
presentados de forma amena en una pequeña cajita con el nombre
Angola en el corazón, que contiene elementos de su historia, su
cultura, sus mitos y leyendas, su geografía, entre muchos otros
detalles.
Además anunció un
nuevo proyecto, aún por publicarse, de un libro que hablará sobre
104 patriotas cubanos –de aquellas personas que pocos recuerdan,
solo por sus nombres en las escuelas o en los bustos de los pueblos
del interior del país–, de gran importancia para enseñarle a
nuestros niños y jóvenes que la historia es una “epopeya plural”,
con protagonistas del “pueblo-pueblo”.
No se trata de negar
a los grandes jefes y generales, indicó Furé, sino hacer notar que
la historia la hacen los pueblos y “sus miles de muertos son los
que fertilizan la verdadera libertad”. En la historia participan
muchos actores, como los hilos imbricados de un tejido, por eso hay
que “sacar del olvido a aquellos que no deben olvidarse jamás”,
sentenció.
La Maka también
recordó la efeméride del 5 de noviembre de1843 con la Rebelión de
Triunvirato, levantamiento de la dotación de esclavos del ingenio
del mismo nombre al sur de la actual provincia de Matanzas que fue
brutalmente reprimido por las fuerzas coloniales.
Sin embargo, tuvo la
importancia de nuclear y articular la lucha de personas de diferentes
culturas e idiomas por su libertad y se señala como el inicio del
despertar organizado de los negros esclavos en una sublevación
generalizada, que más tarde contribuyó a las luchas por la
independencia.
El 27 de noviembre
fue destacado igualmente por ser una fecha que ha reunido tres
momentos importantes de la historia: el nacimiento de Andrés Petit
en 1843, quien sembró la semilla de la cubanidad al abrir las
puertas de la Sociedad Abacuá a los hombres blancos; el fusilamiento
de los estudiantes de medicina en 1871, que tuvo como acontecimiento
paralelo el asesinato de cinco hombres pobres abacuá que se lanzaron
ese mismo día en acto de rebeldía y protesta solidaria en las
calles de La Habana (pues se cree que uno de los estudiantes de
medicina, Alonso Álvarez de la Campa, pertenecía a la Sociedad
Abacuá); y la muerte en Jamaica de Mariana Grajales en 1893.
Zenaida Armenteros,
Rogelio Martínez Furé y Georgina Herrera
Las dos invitadas
especiales a esta Maka lograron darle un cierre de alto vuelo
artístico: la primera fue Georgina Herrera, quien recitó varios de
sus poemas a propósito de las fechas celebradas –el dedicado a
Fermina Lucumí, líder de la Rebelión de Triunvirato, a Doña
Mariana, a la hija del Rey de Angola. La segunda fue Zenaida
Armenteros, primerísima bailarina, actriz y cantante del Conjunto
Folklórico Nacional, quien recordó con Furé los cincuenta años
del debut de esta compañía en el teatro Sarah Bernal de París en
noviembre de 1964.
Según un axioma
abacuá “la historia está hecha de dos partes: lo que se dice y lo
que sucedió”. Así lo recordó Furé esa tarde y, para
reafirmarlo, bien vale este esfuerzo que es coordinado con la
Comisión Aponte de la UNEAC, para recuperar del olvido la memoria de
esta diáspora africana sin la que no se puede escribir la historia
de Cuba.
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