lunes, 8 de diciembre de 2014

Hoy Frank es un País


Publicado en: http://sitio.uneac.co.cu/index.php?module=noticias&act=detalle&id=8447

Este domingo 7 de diciembre Frank País García, el normalista que creó una escuela para la superación de los obreros, el líder estudiantil que brindó apoyo a los asaltantes del cuartel Moncada, el David de la clandestinidad —el mismo David del premio que la UNEAC entrega cada año para promover fundamentalmente la literatura joven—, el Jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de julio, hubiese cumplido ochenta años.

Asesinado por la dictadura batistiana en las calles de Santiago de Cuba con tan solo veintidós años, en poco tiempo hizo una obra que llenó las calles de su ciudad durante su entierro… y aún se le recuerda.

Para conmemorar este aniversario la Asociación de Escritores de la UNEAC realizó un homenaje en la sala Rubén Martínez Villena en la mañana de su cumpleaños con la compañía de la historiadora Gladys García Pérez, Marell —desde la historia y de haberle conocido durante sus acciones revolucionarias—, del escritor Waldo Leyva —desde la admiración y la poesía— y del Premio Nacional de Literatura César López —desde la amistad cercana al héroe en su temprana juventud—. Fueron tres aproximaciones distintas y abarcadoras en el análisis de una vida y una personalidad esencial para la historia del proceso revolucionario.

Marell brindó una mirada del héroe como adalid del movimiento social y de la Revolución a partir del análisis de un documento que Frank le dirigió a Fidel en medio de la insurrección. A través de los detalles revelados se demuestra el resultado de su trabajo organizativo, de conjunto con la dirección del M-26-7, y la definición de la combinación entre la lucha armada y la huelga general política —como resistencia civil con la participación de todos los sectores posibles dentro de la sociedad— como estrategia de lucha que se convirtió en elemento fundamental para conducir el proceso revolucionario hacia la victoria.

“Los héroes surgen de los jóvenes… y Frank fue un joven con un talento tal, en unidad de pensamiento con Fidel y de conceptos en la táctica de la lucha, que estaba llamado a ser uno de los dirigentes más importantes de la Revolución y de la sociedad civil”, reafirmó.

Waldo y César aportaron anécdotas y vivencias que sirvieron para conocer un poco más al héroe de Santiago. Entre muchos pasajes de su vida se conoció de la formación cívica y patriótica —y también cristiana— que le aportó su padre, el orgullo que sentía con la fecha de su nacimiento y la coincidencia histórica que lo unía a Antonio Maceo, las diferencias y la unidad en la acción revolucionaria que tenía con sus dos hermanos: Agustín y Josué.

Más la poesía, que no podía faltar ante dos grandes poetas y la obra mayor del héroe. Al leer sus poemas, se recordó que César fue el primero en dedicarle un libro de poesías a la memoria de Frank con Silencio en voz de muerte. Y Waldo leyó su poema Por Frank, uno de los más bellos dedicados al héroe, que entre sus estrofas expresa:

Hoy Frank es un país.
Su corazón es un camino por donde andan los niños
con los ojos abiertos.

Hoy Frank es una isla violenta,
un surco,
el canto de una semilla reventando la tierra.

Porque Frank está ahí,
encima de la muerte,
montado sobre una muerte que sólo logró regarlo por la isla,
convertirlo en escuelas,
repartirlo en la risa de los niños
que andan tocándole el corazón caliente todavía.

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