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http://www.uneac.co.cu/index.php?module=noticias&act=detalle&id=8442
y http://www.uneac.co.cu/index.php?module=noticias&act=detalle&id=8443
La Sección de Literatura Histórico-Social de la
Asociación de Escritores de la UNEAC ha organizado para el 3, 4 y 5 de
diciembre en la sala Rubén Martínez Villena un encuentro de su membresía en la
que participan también representantes de Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque,
Matanzas, Isla de la Juventud, Villa Clara, Cienfuegos, Camagüey, Las Tunas,
Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. El objetivo es propiciar que
haya un mayor intercambio entre los escritores, conocer sobre qué están
trabajando y compartir aquellos temas que interesan a todos, como resultado del
ímpetu dejado por el VIII Congreso de la UNEAC, en abril pasado.
La mañana del miércoles 3 se inició con la
presentación del dúo de guitarras Martín, del Centro Nacional de la Música de
Concierto, y una atención especial a la historiadora camagüeyana Olga
Portuondo, Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2010 a quien
estará dedicada la Feria del Libro de La Habana del próximo año, en homenaje
representativo para todos los Premios Nacionales de Historia y Ciencias
Sociales presentes en el evento que son miembros de la Sección.
El encuentro ha sido dedicado a los 55 años de la
Revolución cubana y su primera sesión contó con un panel de destacados intelectuales
que analizaron su importancia y legado desde diferentes perspectivas.
La primera intervención estuvo a cargo del Presidente de la UNEAC, Miguel Barnet, quien indicó que su mayor homenaje a tan trascendental acontecimiento es el reconocimiento a la transformación que provocó en él, como a tantas personas, a partir de los cambios esenciales y el enriquecimiento de valores que significó en la adquisición de un sentido de identidad nacional.
En un minucioso análisis sobre la trayectoria de más de cinco décadas y los estudios sociales en la historia de Cuba, recalcó que la Revolución significó la verdad – o lo más cercano a ella – como proceso raigal de descolonización del pensamiento, en la cual el ser humano se siente parte del proceso. “Tenemos que ser la conciencia de nuestra cultura”, recalcó, y fundar una conciencia nueva frente a la ignorancia y el colonialismo, con la premisa de que “el modelo único de nuestra cultura sea el alma del pueblo”.
Sus palabras dieron paso al panel moderado por Pedro Pablo Rodríguez en el que intervino Gladys García Pérez (Marel) para analizar el papel de la mujer cubana en el proceso de transformaciones sociales que condujo la Revolución. Destacó el papel de las mujeres como activistas y movilizadoras de las masas en función de las principales tareas de los nuevos tiempos que, a partir de su propia práctica, contribuyó tomar parte activa en las políticas que se convirtieron en reivindicaciones esenciales para las mujeres y la sociedad en general.
Por su parte, Jesús Arboleya realizó un análisis sobre el pensamiento del Ché Guevara y su contribución a la teoría de la Revolución cubana. Martha Rojas abundó en la reivindicación del ideario martiano que significó el proceso revolucionario en tanto Eduardo Torres Cuevas analizó la preocupación siempre latente de la mejor forma de transmitir a las nuevas generaciones las vivencias y experiencias de la generación que hizo la Revolución.
“Tenemos el reto de enfrentar el interés que existe a nivel global, del cual no nos escapamos, de que la historia quede en el pasado y no como parte del presente”, señaló. A esta situación se le suma el esfuerzo que realizan nuestros enemigos de desmontar nuestra historia, a lo cual se le dedican muchos recursos, para imponer un pensamiento neocolonizador. Y valoró que sólo se puede enfrentar esto haciendo atractivo el mensaje académico de la historia entre las nuevas generaciones, utilizando su propio lenguaje.
Desde el público surgieron opiniones que enriquecieron los elementos planteados, como el surgimiento de nuevos conceptos e ideas para los que debemos estar preparados, sobre todo en función de enseñar la historia desde una perspectiva polémica, diversa, sin eslóganes ni dogmas. Igualmente se señaló el importante papel de la prensa y los medios de comunicación masiva, que deben transmitir con responsabilidad sus contenidos históricos; y la necesidad de que no existan temas tabú pues, con el debate amplio y consistente, podemos formar generaciones más fortalecidas.
La primera intervención estuvo a cargo del Presidente de la UNEAC, Miguel Barnet, quien indicó que su mayor homenaje a tan trascendental acontecimiento es el reconocimiento a la transformación que provocó en él, como a tantas personas, a partir de los cambios esenciales y el enriquecimiento de valores que significó en la adquisición de un sentido de identidad nacional.
En un minucioso análisis sobre la trayectoria de más de cinco décadas y los estudios sociales en la historia de Cuba, recalcó que la Revolución significó la verdad – o lo más cercano a ella – como proceso raigal de descolonización del pensamiento, en la cual el ser humano se siente parte del proceso. “Tenemos que ser la conciencia de nuestra cultura”, recalcó, y fundar una conciencia nueva frente a la ignorancia y el colonialismo, con la premisa de que “el modelo único de nuestra cultura sea el alma del pueblo”.
Sus palabras dieron paso al panel moderado por Pedro Pablo Rodríguez en el que intervino Gladys García Pérez (Marel) para analizar el papel de la mujer cubana en el proceso de transformaciones sociales que condujo la Revolución. Destacó el papel de las mujeres como activistas y movilizadoras de las masas en función de las principales tareas de los nuevos tiempos que, a partir de su propia práctica, contribuyó tomar parte activa en las políticas que se convirtieron en reivindicaciones esenciales para las mujeres y la sociedad en general.
Por su parte, Jesús Arboleya realizó un análisis sobre el pensamiento del Ché Guevara y su contribución a la teoría de la Revolución cubana. Martha Rojas abundó en la reivindicación del ideario martiano que significó el proceso revolucionario en tanto Eduardo Torres Cuevas analizó la preocupación siempre latente de la mejor forma de transmitir a las nuevas generaciones las vivencias y experiencias de la generación que hizo la Revolución.
“Tenemos el reto de enfrentar el interés que existe a nivel global, del cual no nos escapamos, de que la historia quede en el pasado y no como parte del presente”, señaló. A esta situación se le suma el esfuerzo que realizan nuestros enemigos de desmontar nuestra historia, a lo cual se le dedican muchos recursos, para imponer un pensamiento neocolonizador. Y valoró que sólo se puede enfrentar esto haciendo atractivo el mensaje académico de la historia entre las nuevas generaciones, utilizando su propio lenguaje.
Desde el público surgieron opiniones que enriquecieron los elementos planteados, como el surgimiento de nuevos conceptos e ideas para los que debemos estar preparados, sobre todo en función de enseñar la historia desde una perspectiva polémica, diversa, sin eslóganes ni dogmas. Igualmente se señaló el importante papel de la prensa y los medios de comunicación masiva, que deben transmitir con responsabilidad sus contenidos históricos; y la necesidad de que no existan temas tabú pues, con el debate amplio y consistente, podemos formar generaciones más fortalecidas.
LA INTERDISCIPLINARIEDAD EN LA ESCRITURA HISTÓRICO-SOCIAL
En la sesión de la tarde del primer día del encuentro de
escritores de literatura histórico-social que del tres al cinco de diciembre se
celebra en la Sala Villena de la UNEAC, continuaron los debates con el panel
titulado “Multiplicidad e interrelaciones en la escritura sobre temas
históricos y sociales”, considerado por su moderador, Oscar Zanetti, como
fundamental en el encuentro, pues incide desde diferentes perspectivas en lo
que une a todos los presentes: su condición de escritores.
La primera intervención estuvo a cargo de María del Carmen
Barcia, quien hizo un recorrido por la disciplina de la historia social con sus
particularidades, métodos y técnicas. En ese sentido, resaltó la necesaria
imbricación que han tenido los estudios históricos con la sociología, la
antropología y hasta la lingüística, a partir del objetivo fundamental de
estudiar el sujeto histórico.
Lourdes Domínguez profundizó en el panel sobre la arqueología como ciencia ligada esencialmente a la historia, cuyo inicio en Cuba se logra a partir de 1963 y después de más de 50 años no ha logrado el desarrollo esperado, pues en este período no llegan a la cifra de veinte los libros publicados. Analizó las preocupaciones de sus cientistas en relación con los problemas editoriales, lo cual en ocasiones desvía el interés hacia casas editoriales en el exterior.
Graciela Challoux hizo un pormenorizado recorrido por los estudios de las ciencias sociales en Cuba durante las últimas décadas y sus dificultades. Como elemento esencial destacó que, aunque no se puede elaborar por consenso, es fundamental que se desarrolle en pleno debate y en contacto con las demás disciplinas y el conjunto de personas que se dedican a su investigación y desarrollo.
Lourdes Domínguez profundizó en el panel sobre la arqueología como ciencia ligada esencialmente a la historia, cuyo inicio en Cuba se logra a partir de 1963 y después de más de 50 años no ha logrado el desarrollo esperado, pues en este período no llegan a la cifra de veinte los libros publicados. Analizó las preocupaciones de sus cientistas en relación con los problemas editoriales, lo cual en ocasiones desvía el interés hacia casas editoriales en el exterior.
Graciela Challoux hizo un pormenorizado recorrido por los estudios de las ciencias sociales en Cuba durante las últimas décadas y sus dificultades. Como elemento esencial destacó que, aunque no se puede elaborar por consenso, es fundamental que se desarrolle en pleno debate y en contacto con las demás disciplinas y el conjunto de personas que se dedican a su investigación y desarrollo.
Desde el público se aportaron otros elementos fundamentales,
como la falta de espacios de convergencia en la sociedad –existentes antes de
la crisis de los 90– y la lamentable ausencia de consideración a la Ciencia Política
dentro del conjunto de las ciencias sociales, pues se ve más como práctica que
como ciencia.
Además, la falta de programas adecuados en nuestras escuelas para enseñar la historia sin que sea aburrida, la precariedad del desarrollo de las ciencias sociales y las limitaciones para el intercambio internacional, que son fundamentales para su buen desenvolvimiento y aporte a la sociedad, así como la necesidad de buscar vías de comunicación entre los cientistas sociales del país –que incluye las nuevas tecnologías– y la creación de un fondo bibliográfico colectivo.
Además, la falta de programas adecuados en nuestras escuelas para enseñar la historia sin que sea aburrida, la precariedad del desarrollo de las ciencias sociales y las limitaciones para el intercambio internacional, que son fundamentales para su buen desenvolvimiento y aporte a la sociedad, así como la necesidad de buscar vías de comunicación entre los cientistas sociales del país –que incluye las nuevas tecnologías– y la creación de un fondo bibliográfico colectivo.
UN PRECEDENTE MUY POSITIVO, DONDE TODOS GANAMOS
En conversación con este sitio, la Presidenta de la Sección
de Literatura Histórico-Social, Ivette García, indicó que el evento puede ser
trascendental, pues es la primera vez que se realiza con representación de casi
todas las filiales de provincia y donde confluyen historiadores, antropólogos,
sociólogos, filósofos y politólogos. Aunque cada uno de ellos tiene sus
particularidades y compromisos con sus instituciones, desde el punto de vista
científico, “nos une la condición de escritores y eso permite poner sobre la
mesa el debate de lo que nos interesa a todos.”
Es por ese motivo que el encuentro no ha sido organizado en
forma de ponencias o de presentaciones abiertas, sino con temas centrales que
son ejes: la interdisciplinariedad, las diferentes visiones y acercamientos que
tienen para escribir sobre temas históricos y sociales; lo regional, lo nacional
y lo local; los géneros que se están cultivando (testimonio, biografía, novela,
etc.), pues no sólo se trata del ensayo que es lo más común con que se asocia
esta literatura.
Tendrán un encuentro en la tarde del jueves con el Instituto Cubano del Libro y las casas editoras relacionadas con el tema, que consideró de gran importancia ante la preocupación expresada por sus asociados.
Destacó que dedicar el evento al 55 aniversario de la Revolución, que fue tratado en el primer panel y tendrá otro en la mañana del viernes enfocando los pensares sobre la Revolución, les permitirá hacer una proyección de trabajo para el año próximo, pues se proponen realizar sistemáticamente debates en la UNEAC con temas de interés social, que deberán tener gran aceptación en la organización.
Valoró que el evento constituye “una ocasión para intercambiar, oxigenarnos, actualizarnos y también sacar propuestas, como punto de partida para un intercambio más horizontal entre los escritores”, con la idea de reeditarlo y tratar de convertirlo en una tradición. “Todo ello va a servir a la UNEAC, al movimiento intelectual cubano y a la nación”, reafirmó.
“Está creando un precedente muy positivo para todo el mundo, pues todos ganamos con esto”, indicó, para resaltar que lo más importante es labrar un camino que a todos interesa. No hay una idea exacta de cuándo se podrá repetir un evento como este, “pero lo que te puedo decir es que hay varias ciudades, sobre todo en el occidente y centro del país, que están interesadas en reeditarlo el año que viene”, concluyó.
Tendrán un encuentro en la tarde del jueves con el Instituto Cubano del Libro y las casas editoras relacionadas con el tema, que consideró de gran importancia ante la preocupación expresada por sus asociados.
Destacó que dedicar el evento al 55 aniversario de la Revolución, que fue tratado en el primer panel y tendrá otro en la mañana del viernes enfocando los pensares sobre la Revolución, les permitirá hacer una proyección de trabajo para el año próximo, pues se proponen realizar sistemáticamente debates en la UNEAC con temas de interés social, que deberán tener gran aceptación en la organización.
Valoró que el evento constituye “una ocasión para intercambiar, oxigenarnos, actualizarnos y también sacar propuestas, como punto de partida para un intercambio más horizontal entre los escritores”, con la idea de reeditarlo y tratar de convertirlo en una tradición. “Todo ello va a servir a la UNEAC, al movimiento intelectual cubano y a la nación”, reafirmó.
“Está creando un precedente muy positivo para todo el mundo, pues todos ganamos con esto”, indicó, para resaltar que lo más importante es labrar un camino que a todos interesa. No hay una idea exacta de cuándo se podrá repetir un evento como este, “pero lo que te puedo decir es que hay varias ciudades, sobre todo en el occidente y centro del país, que están interesadas en reeditarlo el año que viene”, concluyó.
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