viernes, 25 de febrero de 2011

Calviño en el CENESEX

En la tarde del 22 de febrero el Dr. Manuel Calviño, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, compartió con un grupo de jóvenes universitarios en la Pérgola del CENESEX, donde asistieron también activistas del Centro y público en general. El conversatorio tuvo como título “Respeto contra Tolerancia: diálogo con jóvenes sobre diversidad sexual” y lo organizó el Proyecto Diversidad, como parte de la Estrategia Educativa por el Respeto a la Libre y Responsable Orientación Sexual e Identidad de Género.

El profesor Calviño -célebre por su programa “Vale la pena”, de larga data en la televisión nacional- reflexionó ampliamente sobre los términos “respeto” y “tolerancia”, como conceptos normativos desde una perspectiva de poder y exclusión. Se “tolera” a quien transgrede la norma y se “respeta” desde la comodidad que da el poder de quienes definen los límites de lo tolerable. Sin embargo, si se quiere ver desde una perspectiva positiva, indicó que es un mal necesario sobre el que queremos construir un bien imprescindible.

Resaltó que lo importante es preparar a la sociedad para asimilar los cambios, educar a las personas para que sepan cómo manejar las realidades y defender el derecho de todo ser humano a ser bueno, a ser solidario, a portar valores, sin ser juzgados por su orientación sexual. El problema está en cómo se aplican las políticas para garantizar el respeto de la sociedad, ante el derecho inalienable con que nacen todas las personas.

Tras las intervenciones de algunos de los asistentes, Calviño recalcó la necesidad de pensar bien la estrategia de educación social en materia de diversidad sexual, sobre todo por el peligro que se corre de que, en aras de promoverla, podamos generar exclusión en sentido inverso. Resaltó que es más importante consolidar los pasos que se puedan lograr a nivel social y abundó sobre lo negativo de la fragmentación y el “gueto”, que no es más que la expresión de la “tolerancia”, del “yo te respeto mientras no te metas conmigo”.

En este punto, destacó el componente de lo que denominó “responsabilidad ciudadana” para comprender la diversidad sexual, o sea, crear la conciencia en las personas de que, a pesar de que te puedas sentir lejano al tema, es algo que nos ocupa y nos debe preocupar a todos los ciudadanos. Porque la sexualidad va más allá del sexo, o de otros temas que puedan caer en prejuicios o estereotipos: la sexualidad tiene que ver con la felicidad de las personas y tenemos que luchar por la sociedad que nos merecemos, concluyó.

viernes, 18 de febrero de 2011

El amor es diverso y no entiende de discriminaciones

(Versión de mis palabras en el Panel “AmorES diversoS”, el 15 de febrero de 2011, en el Complejo Cultural Cinematográfico ICAIC)Para mí ha sido un privilegio que me pidieran hablar, desde la perspectiva “gay”, en el panel “AmorES DiversoS”, organizado en la tarde del 15 de febrero en el Centro Cultural Cinematográfico ICAIC (“Fresa y Chocolate”), con la participación de los grupos del CENESEX de población de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros (LGBT) en Cuba. Se realizaba a propósito del 14 de febrero, como parte de la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Campaña por el Respeto a la Libre y Responsable Orientación Sexual e Identidad de Género.
En realidad, sobre el tema del amor y las relaciones de pareja, no podría hablar desde otra perspectiva que no fuera esa, al menos de forma seria y responsable. Y así lo digo porque yo también crecí en una familia, una escuela y una sociedad que me enseñó desde pequeño, con marcada insistencia, el modelo heterosexual, monógamo y patriarcal (léase “machista”) con el que hemos sido educados casi todos… y que no podemos desobedecer si queremos ser socialmente aceptados. Por intentar seguir fielmente ese mandato, alguna “enamorada” tuve en mi adolescencia y juventud temprana, pero muy poco (o nada) pude hacer por ellas, quienes fueron en verdad las que tomaron la iniciativa para cumplir tal propósito y a donde no pudieron llegar muy lejos.
Sin embargo, hablar de las relaciones entre hombres homosexuales es un reto bien difícil, porque en todo caso pudiera hablar desde mi experiencia personal… y nada más. Nunca pretendería tomar mi caso como ejemplo y mucho menos presentarme como un “gay típico”, pues si algo he aprendido -después de algunos años conociendo y compartiendo en este mundo LGBT- es que el “gay típico” no existe. La comunidad homosexual es tan diversa como seres humanos somos y cada uno de nosotros expresa su sexualidad desde formas muy personales.
Para empezar a hablar del tema, prefiero referirme a los mitos y estereotipos con que la sociedad ha calificado a las relaciones gays. ¿Qué se dice de nosotros? Que somos promiscuos, que tenemos relaciones muy cortas, que privilegiamos el sexo sobre el amor y nos miran, todo el tiempo, como “fornicadores empedernidos”. Esto último te persigue en cualquier circunstancia: basta saber que eres gay para que ello se convierta en una característica personal… ¡y cuidado los varones! Porque hay un peligro potencial de insinuación o asalto sexual de un momento a otro.
Estos estigmas, y muchos otros, no son más que la defensa que ha hecho la sociedad para desacreditar a la homosexualidad, como transgresora del modelo heterosexual-monógamo-patriarcal que se nos ha impuesto a través de los siglos. A su vez, es fuente de discriminación y rechazo social, que ha provocado innumerables consecuencias negativas e innecesarias en personas, familias y grupos humanos, por el simple hecho de expresar la naturaleza diversa de la sexualidad y del amor.
En lo personal, no me siento identificado con ninguno de esos estereotipos, pues mi naturaleza ha sido más estable y he tenido muy cortos momentos de vivir sin pareja –para bien o para mal, según se inteprete. Y en los últimos 12 años, he compartido mi vida sentimental, en una relación maravillosa, junto a un hombre con quien defendemos un proyecto de vida que también ha tenido que vencer numerosos obstáculos (por homofobia, por vivir en el contexto de una familia extendida, por separaciones prolongadas como consecuencia de mi trabajo, etc.)
Durante una entrevista que nos hicieron por televisión hace algunos meses, en el programa “El Triángulo de la Confianza” del Canal Habana -que, a propósito, por alguna razón desconocida no se publicó cuando estaba programado y no ha salido al aire aún, no sabemos si alguna vez saldrá-, fuimos invitados para hablar sobre las “expectativas de la pareja” (sin delimitarla a orientaciones sexuales) y expresamos el valor que tiene, de acuerdo a nuestra experiencia, saber compaginar -entre ambos- los intereses de los dos, sobre la base de expectativas creíbles y concretas. Pero, por encima de todo, debe primar el deseo de ambos a mantener el proyecto de vida que hemos creado y en el que hemos decidido creer.
Y para los suspicaces, no me parece que nuestra pareja sea la excepción que confirme la regla sobre las relaciones gays, pues conocemos muchas otras parejas homosexuales con similares características. Como mismo conocemos muchas otras personas heterosexuales que no logran crear un proyecto de vida sólido con otra persona. La vida es así de diversa.
No obstante, me gustaría también reflexionar sobre un elemento importante: cómo se reproduce a diario y con exactitud el modelo que se nos impone, incluso dentro de las propias parejas homosexuales. Pongamos varios ejemplos:
En primer lugar, la reproducción de los roles de género masculino y femenino, con los mismos elementos de subordinación machista que vemos en parejas heterosexuales. Muchas veces, esta reproducción de roles de género se corresponden con los roles sexuales (activo/pasivo), dándole continuidad a las relaciones de poder patriarcal. Otra forma de expresión de este mismo patrón se observa a menudo en la aparentemente ingenua pregunta, pero sin dudas homófoba, que hacen aquellos heterosexuales desinformados: ¿y entre ellos dos… quién es el “hombre” y quién es la “mujer”?
En segundo lugar, el prejuicio y el terror que provoca en muchas personas, tanto homosexuales como heterosexuales, aquellas relaciones poliamorosas o poligámicas –cuando una pareja decide incorporar a un tercero en una relación de amor plena, sin que afecte a nadie-, en franco desafío a la venerada monogamia. Esta situación hace sufrir a mucha gente, a veces con desenlaces trágicos, sobre la base del prejuicio y una supuesta “moralidad”, que no me convence.
En tercer lugar, la adoración al “sacrosanto” matrimonio, como la supuesta figura máxima de lograr la plenitud de derechos y el reconocimiento social que tanto se aspira. En ocasiones hasta se anhela el momento de vestirse de novios, en una reproducción exacta del patrón que no en todas las ocasiones llega a ser sinónimo de felicidad o de placer.
Preciso aclarar que si presento estos ejemplos es sin ánimos de crítica contra aquellos que disfruten de estas costumbres, pues creo realmente en la libertad de expresión sexual. Sin embargo, vale la pena reflexionar sobre ellos para estar claros que, mientras continuemos reproduciendo estas relaciones de poder y subordinación que se nos ha impuesto, no lograremos una verdadera emancipación sexual.
Lo que sí defiendo con firmeza es el derecho que tenemos todos los seres humanos a ser dueños de nuestro cuerpo y a decidir sobre él, sin prejuicios ni temores de supuestas violaciones morales. De lo que hablo es del derecho que tenemos todos y todas, independientemente de nuestra orientación sexual o identidad de género, de formar una familia, en la forma que mejor nos parezca y de acuerdo a nuestros propios valores.
Porque el amor también puede ser “gay” y tanto la sociedad como las leyes no pueden seguir ignorando esa realidad.

miércoles, 16 de febrero de 2011

“AmorES diversoS”, panel de la Jornada Cubana contra la Homofobia por el Día del Amor

A propósito del 14 de febrero, el Complejo Cultural Cinematográfico ICAIC (“Fresa y Chocolate”) acogió en la tarde del 15 de febrero el panel “AmorES DiversoS”, como parte de la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Campaña por el respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género. Las redes sociales del CENESEX (el grupo de promotoras Transexuales, el grupo de mujeres lesbianas y bisexuales “Oremi” y el grupo “Hombres por la Diversidad – HxD”), junto al público en general, colmaron la sala para intercambiar experiencias de vida y reflexiones sobre el amor, que hicieron activistas homosexuales, heterosexuales, bisexuales y transgéneros.

Raúl Regueiro, activista de HxD encargado de la conducción del Panel, inició con fuerza el evento, al hablar de la dicotomía que la sociedad ha impuesto entre “matrimonio-heterosexualidad-reproducción” y “unión-diversidad-disfrute”, recalcando que “amores diversos es la igualdad en la diversidad, es poder representarnos con nuestras experiencias, dificultades, intereses y expresiones en un mosaico amplio de posibilidades y derechos” (se anexa a continuación su intervención inicial).

A sus palabras introductorias, le siguió el análisis profundo de Yasmín Portales, quien exploró sin miramientos la cruda realidad de la censura que la sociedad establece sobre la conducta sexual de las personas, que te obliga a definir una posición binaria desde la cultura patriarcal que se nos impone. A partir de su perspectiva bisexual, defendió el derecho de los individuos a la elección, pues no se trata de definir rígidamente una vía de expresión del amor, sino de realizarnos plenamente como seres humanos, recordando la enseñanza de la película argentina “Martín (Hache)” (1997, Dir. Adolfo Aristarain) de que lo importante no es que sea hombre o mujer, lo que “hay que follarse son las mentes”.

El activista Camilo García, del grupo HxD, partió de los estigmas que la sociedad ha establecido sobre las relaciones homosexuales masculinas (como la promiscuidad, la poca estabilidad de las relaciones, el predominio del sexo sobre el amor y el escrutinio permanente como “fornicadores empedernidos”), como la forma más efectiva para descalificarlas frente al modelo heterosexual-monógamo-patriarcal que se nos impone. Reflexionó, asimismo, sobre la forma en que se reproduce el patrón impuesto -hasta por los propios homosexuales- como los roles de género, el “sacrosanto” matrimonio y el prejuicio hacia la poligamia; y defendió el derecho de las personas a decidir sobre su cuerpo, así como el derecho de las parejas homosexuales a establecer familia.

Diana, activista trans del CENESEX, describió las dificultades por las que pasa diariamente una persona transgénero en la sociedad, a partir de los estigmas y la discriminación, que te ve como una persona “extraña” y te obliga constantemente a dar explicaciones, o a ocultar su identidad de género, incluso cuando mantiene una conducta social adecuada. Expresó que nadie tiene derecho a maltratar o humillar a otra persona, mucho menos juzgando las apariencias, y defendió su derecho a amar y ser amada, sin necesidad de renunciar a ser quien es o exponerse a explicaciones innecesarias.

La voz heterosexual estuvo representada por Wilfredo Mederos, activista del grupo HxD, quien hizo un divertido recorrido por su descubrimiento y “conquistas” en el amor y la sexualidad que, a pesar de seguir los patrones aprendidos de sus padres, no estuvo exento de desencuentros y decepciones. El público disfrutó la diversidad de matices que pueden alcanzar las relaciones heterosexuales, reforzando el llamado al derecho de las personas a amar a quien deseen, sin estereotipos ni prejuicios.

El panel culminó con las palabras de Argelia, coordinadora del grupo de mujeres lesbianas y bisexuales “Oremi”, que inició con poesía su defensa al derecho de amar a todo cuanto desea, venciendo muchas veces los prejuicios y discriminaciones que implican ser mujer, madre, lesbiana. Se refirió también a los estigmas creados contra las mujeres homosexuales y bisexuales, de la que se difama a partir de su forma y proyección, y resaltó la legitimidad del proyecto de vida que se proponen, sin diferencias a los que son aceptados por la “norma” social.

Las intervenciones del público asistente dieron una riqueza adicional al debate, desde diferentes perspectivas y experiencias de vida. La participación de un grupo de periodistas que estudian un diplomado sobre “Género y Comunicación”, por la Facultad Internacional de Periodismo “José Martí”, brindó un enfoque significativo al tema, sobre todo por el compromiso que adquieren los medios de prensa para reflejar objetivamente lo relacionado con la diversidad sexual, en función de educar a la población en el respeto a la orientación sexual y la identidad de género de las personas.

Ante comentarios del público, la Directora del CENESEX Mariela Castro Espín y el activista Alberto Roque, coordinador del grupo HxD, brindaron una detallada explicación sobre las particularidades del reconocimiento legal a las parejas de hecho y la significación del matrimonio en Cuba, en referencia a la propuesta presentada ante la Asamblea Nacional sobre modificaciones al Código de Familia. En esta propuesta, realizada hace varios años, se incluye el reconocimiento legal a las parejas del mismo sexo, pero aún no se tiene información sobre la fecha exacta en que se someterá a consideración en el Parlamento.

Este 14 de febrero brindó la mejor justificación para conocer la naturaleza del amor, los estigmas que han servido para discriminar a quien se desvía de la norma impuesta a través de los siglos y para reflexionar sobre cómo hacer una sociedad más incluyente y humanista. La Jornada Cubana contra la Homofobia dio el espacio para demostrar que el amor no conoce de discriminaciones y que es tan diverso como personas habitamos este mundo.
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LA HEGEMONIA, LA INSTITUCIONALIDAD, LA RELIGION, EL PATRIARCADO, EL INTERES, LAS CLASES SOCIALES, LAS CLASES POLITICAS…..
Por: Raúl Regueiro
Palabras introductorias al Panel "AmorES diversoS", Centro Cultural Cinematográfico ICAIC ("Fresa y Chocolate"), 15 de febrero de 2011

Hasta hace poco MATRIMONIO-HETEROSEXUALIDAD-REPRODUCCION se erigía como la representación formal-legal del amor, la alternativa UNION-DIVERSIDAD-DISFRUTE , que no excluye la fidelidad y que el antiguo hombre conoció y experimentó a partir de sus propias necesidades y de sus conocimientos, se fue transformando en la medida que la organización, las conquistas y los intereses fueron restringiendo las libertades sexuales y de esta forma convirtiendo en estigmas, de gran carga moral, las relaciones carnales espontaneas diferentes a aquellas que se establecieran para la procreación a partir del matrimonio institucionalizado religiosamente.

Coartar la libertad individual a partir de la orientación sexual y la identidad de género, fue y aún es un arma para discriminar, minimizar, humillar, esclavizar, juzgar y hasta asesinar a aquellos “diferentes” a lo que hombres y mujeres machistas, patriarcas, poderosos, conservadores y liberales, capitalistas y socialistas han denominado las minorías sexuales que hoy luchan por demostrar que no somos tan minoría y que los derechos sexuales también son derechos humanos y son el derecho al amor.

Amar es abrir el corazón y las mentes, ajustarse al sentido del momento histórico; es involucrarse y cambiar todo lo que debe ser cambiado; es libertad; es igualdad plena. Amar es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos. Amar es aprender a emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos. Amar es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social. Amar es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio. Amar es altruismo, solidaridad, heroísmo. Defendamos este amor con audacia, inteligencia y realismo; sin mentiras, sin violar principios éticos, convencidos profundamente de que no hay fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza que el amor genera. Amar es unidad e independencia, es luchar por nuestros propios sueños de justicia para todas las personas independientemente de su orientación sexual o su identidad de género. Amar es revolucionarnos, es hacer revolución.

Amores diversos es la igualdad en la diversidad, es poder representarnos con nuestras experiencias, dificultades, intereses y expresiones en un mosaico amplio de posibilidades y derechos. Busquemos estos derechos, busquemos las alternativas, busquemos el amor.

sábado, 12 de febrero de 2011

Se estrena el Café Literario de Oremi

Ya el Grupo de Mujeres Lesbianas y Bisexuales adscrito al CENESEX (que se llama OREMI, a partir de la voz yoruba que significa "amiga") cuenta con una actividad estable en el Centro: en la tarde de este viernes 11 de febrero, estrenó en la pérgola del CENESEX su Café Literario, al que han denominado “Código X-X”, en referencia al juego de cromosomas sexuales femenino (X-X).

Con la presencia de la Directora del Centro, Mariela Castro Espín, este primer encuentro creó un agradable espacio para compartir buena música, presentación de libros, poemas y descarga de trova. Tomaron parte de esta presentación la guitarrista María Isabel Moynelo, las declamadoras Dianelys y Mirna, la cantante Ibis y la trovadora Tania, todas bajo la conducción de Argelia, que también declamó canciones populares.
El plato fuerte de la tarde, coincidiendo con el inicio de la Feria Internacional del Libro en La Habana y en coordinación con la UNEAC, fue la presentación del libro “Sangra por la herida”, de la poetisa y narradora Mirta Yáñez. La introducción del libro estuvo a cargo de la escritora Nancy Alonso, quien destacó la preocupación constante de Mirta para promover el trabajo literario de la mujer cubana, con el fin de otorgarles el espacio que le corresponde. Calificó al libro como una novela “coral” pues, como en los grupos corales, no hay un protagonista específico y todos los personajes se concertan de tal forma que dan un resultado maravilloso.
Indicó que, a pesar de darle voz a varias personas –mayoritariamente mujeres- que en los años 60 sufrieron discriminación por diversos motivos y soportaron dolores muchas veces innecesarios, la reflexión que plantea se hace sin resentimiento o sentido de venganza, sino por la necesidad de que sean narrados, para que no se vuelvan a cometer los mismos errores. Por el mismo motivo, la autora destacó que su libro cumple el objetivo de “reivindicar el derecho a sangrar por la herida”.
Como parte de la Jornada Cubana contra la Homofobia, extendida a todo el año, OREMI se ha propuesto mantener este espacio una vez al mes, para promover el trabajo de mujeres homosexuales, bisexuales – también heterosexuales ¿por qué no?- y compartir con especialistas del CENESEX, de otros grupos adscritos al Centro y el público en general, donde todos y todas estarán invitados.

miércoles, 9 de febrero de 2011

“Glee”, una lección de respeto a la diversidad humana

Nuevamente la televisión cubana nos sorprende con la transmisión de una serie estadounidense en la que se trata, abiertamente y con mensajes claros, el respeto a la diversidad, incluyendo la diversidad sexual. Ya habíamos comentado la transmisión de “6 pies bajo tierra” hace algunos meses, pero esta vez la teleserie “El coro” (Glee, por su nombre comercial en inglés, comedia musical de Ryan Murphy que ganó el Globo de Oro en 2009-2010) nos llega un día y a una hora privilegiada, cuando todo el mundo puede verla: los sábados a las 5:45 de la tarde, por Cubavisión.

En el preuniversitario McKinley, el profesor de español Will (que no por casualidad significa “voluntad”, en inglés), se arma de entusiasmo para organizar el coro de la escuela y tratar de convertirlo en el exitazo que había sido en épocas pasadas. A su convocatoria se suma el pequeño grupo de los estudiantes menos populares, en un atrevido juego con la dicotomía “ganadores vs. perdedores” (winners vs. loosers), que para la cultura estadounidense tiene una tremenda implicación en eso tan importante de alcanzar la aceptación social.

Lo más interesante es que a este equipo de supuestos “perdedores” van a parar quienes pudieran calificarse de “diferentes”, como consecuencia de la estricta normatividad social: el homosexual de amaneramientos más refinados, con los gustos más estereotipados; la estudiosa antipática, hija de padres gays, con una visión del mundo muy desenfadada; el impedido físico, que se enfrenta en su silla de ruedas a las barreras de la vida –no sólo arquitectónicas-; la negra gorda que, con su voz maravillosa, defiende una cultura casi marginal en una escuela de rubios y rubias; la china tartamuda, quien con su canto trata de despojarse de su incontrolable timidez…

Pero lo mejor de la serie es que estos “perdedores” demuestran, día tras día, que tienen mucha riqueza humana que mostrar y que, saliendo de los estereotipos y la “normatividad” social, hay mucha belleza y compañerismo que aprender de ellos. Soportando el bochornoso embarre público de refresco de frambuesa, castigo devenido en hábito de los “ganadores” de la escuela contra los “perdedores”, demuestran también que la homofobia, el racismo, la xenofobia, la discriminación por obesidad, y por cualquier otra característica o comportamiento que se salga de lo “normal” o “aceptado”, son males que tienen la misma raíz: la insensibilidad y el desprecio sobre la base de prejuicios.

Llama la atención el tratamiento que la serie le da al caso de Kurt, un gay abrumadoramente afeminado, quien divinamente exhibe sus modas más extravagantes y llega incluso a registrar acordes de soprano en el canto. Con su “molesta” apariencia (para aquellos más homofóbicos), enfrenta con orgullo su forma de ser y desafía al mundo con sus dotes y virtudes, ampliamente demostradas, incluso en el duro juego de fútbol rugby. Su padre, un mecánico aparentemente bruto, nos brinda una Clase Maestra de sensibilidad y humanismo, al defender a su hijo frente a cualquier intento de discriminación por su apariencia física, por sus modales y por su orientación sexual.

Por todas estas enseñanzas, que llegan al televidente de forma refrescante, amena y que tanto bien le hacen ser expuestas a la sociedad, bienvenida sea “Glee” en las pantallas cubanas. Aunque es una pena que tenga que ser una serie extranjera –estadounidense por demás- la que traiga mensajes tan claros y potentes en materia de respeto a la diversidad… ¿cuánto más tendremos que seguir esperando por los mensajes de este tipo, pero “Hecho en Cuba”?