Con la magistral  interpretación en solo de flauta, por el maestro José Loyola, del famoso danzón La  flauta mágica se inició el Coloquio Internacional Danzón Habana 2017  –en su 10ma edición– en la mañana del jueves 22 de junio. El Centro  Hispanoamericano de Cultura, en el edificio de Las Cariátides del Malecón  habanero, sirve de sede para este programa académico que continuará hasta el  día de hoy con la participación de musicólogos, investigadores y amantes de la  música cubana.
Loyola, Presidente y  creador del Festival Internacional del Danzón hace diez años, indicó que aunque  el programa general también incluye espectáculos, venta de discos y un concurso  internacional de baile, entre muchas otras actividades, es importante hacer  énfasis en el estudio académico para lograr el desarrollo de las artes,  resaltando que "la génesis de estos Festivales ha estado la teoría de la  música".
Por su parte, la  presidenta del Coloquio Alicia Valdés Cantero anunció que habrá "mucho y muy  bueno" sobre este género musical y su desarrollo a través del diverso programa  temático y resaltó la presencia de importantes músicos e intelectuales de  Colombia, México, República Dominicana y otros países. Además, dio lectura al  mensaje de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) a escritores y  artistas norteamericanos en repudio al discurso anticubano del Presidente de  los EEUU, el cual fue apoyado por los presentes.
Este respaldo a la  identidad cubana y su soberanía estuvo muy ligada a la primera presentación del  evento, que corrió a cargo del historiador Dr. Eduardo Torres Cuevas, Director  de la Biblioteca Nacional José Martí, quien impartió una conferencia magistral  titulada "De lo criollo a lo cubano: sentimiento y pensamiento de una  permutación permanente".
"No se concibe el  desarrollo de la historia de Cuba sin la música y sin la poesía", sentenció,  pues desde el siglo XVI fuimos fabricando nuestra propia imagen en una mezcla  de elementos que Fernando Ortiz calificó como "transculturación", en cuyo  centro estaba la música y en la que el danzón se convirtió de forma sistemática  en el eje de su desarrollo.
"El «ajiaco» de  Fernando Ortiz no fue una casualidad", indicó, que es único porque se  enriqueció con cada uno de sus componentes –de la combinación de las culturas  españolas, de las 85 etnias africanas, de la inmigración china, entre otras–  con un sabor diferenciado en cada uno de ellos. Todo eso, junto a muchos otros  factores, vino a ser lo que Ortiz denominó "la cualidad de lo cubano", que se  define tanto en el sentimiento como en el pensamiento: por eso hay que "sentir  la música y pensar en ella, porque es la expresión más auténtica, compleja y  general de la formación y desarrollo de la nación".
Indicó que una  particularidad en el desarrollo de la música cubana fue que al final el éxito  se definía desde abajo: en los pies de los bailadores. Consideró cuatro  elementos fundamentales para la contribución del desarrollo de la música:  primero la radio, con la inmensa cantidad de emisoras musicales, junto a la vitrola  –que generalmente se asocia a los bares, pero en Cuba estaban en cualquier  esquina y, con la generosidad del cubano, tenían la música a todo dar– ,  después la televisión –con CMQTV y El show del mediodía, donde  Germán Pinelli, la Aragón y el Conjunto Casino fueron de gran impacto– y las  "casas de baile", que habían muchas en todo el país a pesar de que ahora solo  se habla del Buenavista Social Club. 
Valoró de gran  importancia, para musicólogos e historiadores, realizar una investigación  profunda sobre el papel que tuvo ese desarrollo musical en la identidad cubana  y su gran amplitud, para ir más allá de los estereotipos o de creer que sólo  los elementos económicos o políticos definen la historia de la nación. Pérez  Prado, Barbarito Diez y La Aragón fueron de los más grandes y reconocidos, pero  hay tantos muchos otros –como Ernesto Duarte, Felo Bacallao, La Riverside con  Pedro Vila, Orlando Vallejo, Tito Gómez, Orlando Contreras, Chapotín, etc.– a  quienes tenemos que estudiar y sacar del olvido.
"Lo que toca la música  es el alma, el sentimiento, lo que nos identifica: Cuba ha sido una sociedad  llena de ritmos" y "sólo en el sentido del «ajiaco» es que se entienden muchas  cosas de qué es lo cubano", indicó. De ahí el gran reto que tenemos de  "reconstruir la memoria, que está en la historia", para que las nuevas  generaciones puedan sentir y pensar su nación; porque "cuando se pierde la  memoria es un pedazo de terreno que desaparece", sentenció.
El programa académico  del día continuó con el Panel "El danzón: elemento de defensa y  reafirmación de la cultura y la identidad nacionales", moderado por la  matancera Leydet Garlobo, y las conferencias del Dr. Cecilio Tieles –sobre  "La contradanza habanera: antecedente del danzón y creación del músico  cubano"– y otros investigadores y músicos que profundizaron en las raíces  y evolución de este género musical.
Este año el evento  está dedicado a conmemorar el centenario del genial músico cubano Dámaso Pérez  Prado (1917-1989), además de otros aniversarios importantes como el 105 de la  famosa cantante Paulina Álvarez (1912-1965) –conocida como "La Emperatriz del  Danzonete"–, el 120 de Aniceto Díaz (1887-1964) –creador del danzonete– y  el centenario de la llegada del danzón a tierras mexicanas, a través de  Yucatán.




