No sospecha el pueblo de Cuba quién era Frank País,
lo que había en él de grande y prometedorFidel Castro
lo que había en él de grande y prometedorFidel Castro
Julio es un mes de tributos heroicos y, a tono con este homenaje, la Tarde de Poesía del pasado viernes 19 tuvo como invitado al poeta César López, Premio Nacional de Literatura, a propósito del 50 aniversario de su primer libro de poemas Silencio en voz de muerte, que fuera dedicado al líder del Movimiento 26 de julio Frank País García.
El poeta Alex Pausides, Vicepresidente de la Asociación de Escritores y organizador de este encuentro mensual, se refirió al poemario como “una elegía de tono reflexivo e íntimo”, que la convierte en una elegía singular y ha tomado un lugar importante en este género en el país.
Su particularidad radica en la cercanía del poeta con el héroe, quien fuera su amigo desde la infancia en su Santiago natal. Es lo que la distingue de las obras dedicadas a los héroes, porque es “un canto a la amistad: no viene a hablar del héroe, sino del amigo que fue”.
Al hablar del libro, César indicó que fue escrito en la lejanía, pues se encontraba en Madrid cuando recibió la noticia del asesinato de su amigo Frank en manos de los esbirros de la tiranía. Rememoró aquellos tiempos, cuando estudiaba junto a otros cubanos en España y esperaban el avión Britania de Cubana de Aviación que les traía noticias frescas de Cuba. La noche que le informaron de la trágica noticia tuvo un presentimiento negativo y decidió homenajearle con el poemario.
Emocionado habló del héroe-amigo, que ya se conocían “antes de nacer” –aludiendo a la amistad previa entre sus respectivas familias– y recalcó que fue un niño y un adolescente modelo, a quien admiró siempre. Es por ello que el libro para él fue una obligación y un homenaje a esa hermosa amistad, que se consolidó en el Instituto de Segunda Enseñanza de la ciudad oriental.
En fidelidad a su amigo y su familia, confesó que esa ha sido la única vez en que se ha visto sometido –“voluntaria y amorosamente”– a una posible autocensura, pues tomó la decisión de que no se publicaría hasta que Doña Rosario, madre de Frank País, lo leyera y autorizara. Por eso el libro se publica en 1963, cuando ya llevaba 5 años de escrito entre 1957 y 1958.
Su amistad con Frank País fue la base de que el mismo César propusiera, tras la fundación de la UNEAC, la creación del Premio David –nombre de guerra del héroe– que cada año se otorga a jóvenes escritores –y no tan jóvenes– que se inician en la literatura y que, precisamente esa tarde, se entregaban en su edición de este año 2013.
Resaltó que recientemente fue publicado el libro De mi alma un instante (Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, 2011) que contiene la incipiente poesía que escribió Frank en su juventud temprana, aunque lamentablemente no se ha divulgado como debería.
Destacó que hoy muchos conocen su obra de revolucionario y su ejemplo, con lo que demostró que “fue todo lo que pudo ser”. Y culminó: “Estamos aquí para no olvidar no sólo a Frank País, sino a nadie de los que han hecho y harán que nuestra patria siga siendo nuestra patria”.
No fue poeta.
Los versos que escribiera, balbuceaban la voz,
iban saliendo,
pero por muchas cosas se quedaron
a mitad del camino.
(…)
¡El ser que mutilasteis
asesinos,
era, en resumen, todo lo posible!
(César López, “No puedo hablar de él como no era”)
César López (Santiago de Cuba, 1933) estudió medicina, filosofía y letras en la Universidad de Salamanca. Es Miembro de Número de la Academia Cubana de la Lengua y Miembro Correspondiente de la Real Academia Española. Ha sido merecedor del Premio Ocnos, de Barcelona (1971). Su ciclo Libro de la Ciudad –publicado su primer libro en 1967, el segundo en 1971 y el tercero en 1997, con reedición conjunta en 2001– constituye una obra fundacional de las letras cubanas y una de las aventuras poéticas más trascendentales de la literatura cubana contemporánea.
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