Una
aproximación al arte generado en Cuba por mujeres, para de esta
forma insistir en la necesidad de visibilizarlas cada vez más,
fue destacado como el principal aporte de La Gaceta de Cuba, número
3 (mayo-junio) de 2014 durante su lanzamiento, en la tarde del pasado
lunes 30 de junio en la Sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC.
Las
palabras de presentación estuvieron a cargo del presidente de la
UNEAC de Guantánamo, el crítico de arte Jorge Núñez, quien empezó
por el final del número para destacar el artículo de Helen
Hernández Hormilla con el título Arte de mujer, donde lamenta que:
“hoy sigue masculinizándose aquel arte que apela a la crudeza, al
dolor, al análisis sociopolítico”, mientras se asocia lo femenino
a la delicadeza, la intimidad.
Llama
la atención que esto suceda en pleno siglo XXI, en una sociedad
donde el machismo supuestamente se considera de “mal gusto” y se
sigue enmascarando con estrategias más estilizadas en el arte, “con
igual pensamiento excluyente”, indica la autora.
Es
por eso que el Dossier principal de la revista, bajo el título
¿Visibles desde el margen?, aborda la problemática del arte
femenino en Cuba y recopila obras y referencias que demuestran no
solo el prestigio alcanzado por la producción artística de la mujer
cubana en diversas manifestaciones, sino su aporte a la variedad de
temas y voces en ese mosaico de la realidad artística contemporánea
en el país.
De
esta forma, se hace un recorrido por el quehacer de cinco importantes
mujeres: Sara Gómez en el cine, Mirta Yáñez en la narrativa, Alina
Rodríguez en la actuación y Lesbia Vent Dumois y Tania Bruguera en
las artes visuales y el magisterio, demostrando una diversidad de
generaciones y estilos que hace resaltar la visión “desde los
márgenes” en que se desenvuelven las mujeres en el mundo cultural.
Sobre
Sara Gómez, Gisela González-Dieter destaca el discurso
antimachista, antirracista y prorrevolucionario que nos presenta en
su obra; sobre Alina Rodríguez, la entrevista de Luis Orlando
Rodríguez permite adentrarnos en las interioridades de esta “tronco
de actriz”, como la bautizara Consuelito Vidal; y sobre Tania
Brugueras, Marialina García realiza un profuso estudio sobre el
trabajo que realizara en el ISA con el proyecto Cátedra Arte de
Conducta.
Asimismo,
sobre Mirta Yáñez, el artículo de Alain Sicar destaca su novela
Sangra por la herida –Premio de la Crítica 2010 y Premio de la
Academia Cubana de la Lengua 2012– como “uno de los libros más
sombríos, pero también entre los más honestos” de la sociedad
cubana; y sobre Lesbia Vent Dumois, la entrevista de Lourdes Prieto
nos acerca a esta mujer que dice preservarse gracias a “trabajar
con gusto, con amor, con cariño y sin límites”.
El
otro dossier de La Gaceta nos llama la atención sobre la obra del
cineasta Juan Carlos Tabío, con trabajos de Frank Pérez Alvarez,
Carlos Lechuga y Justo Planas. Este último resalta que “Se permuta
abrió en los 80 una manera distinta de entender la comunicación
cinematográfica, las funciones del cine y su propósito que, en
última instancia, remite una concepción diferente del espectador y
su dialéctica”. Y llega a la conclusión de que, por eso y por
muchas otras razones, su obra y la de su generación “necesita
todavía ocupar el lugar que merece dentro del cine cubano y la
democracia que durante décadas intentamos construir”.
Por
su parte, en la sección de Crítica, los artículos de Fran Padrón
y Dean Luis Reyes analizan la repercusión del más reciente filme de
Ernesto Darana, Conducta, lo que viene a complementar la entrevista
inicial realizada a la protagonista del filme, la actriz Alina
Rodríguez.
En
ambas críticas, los autores destacan la resonancia de público que
alcanzó el filme, al punto de colmar nuestras salas como hace mucho
no se veían, lo que reafirma que “la sala llena sigue siendo un
sitio donde articular un ágora virtual para que el cuerpo del país
se agite, aplauda, llore y sueñe imaginando un rumbo acaso ideal”.
Como
nos tiene acostumbrados, La Gaceta se enriquece con otros aportes
literarios, como el cuento de Laidi Fernández de Juan titulado Todos
queridos —cuya presencia insiste en la creación femenina—; el
texto Acorralado de Claudio G. del Castillo, que alcanzó el XX
Premio de Cuento de La Gaceta; y el trabajo del poeta y pintor José
Pérez Olivares, que obtuvo el IV Premio Iberoamericano de Poesía
Hermanos Machado, de Sevilla.
Además,
como forma de seguir leyendo otras visiones se incluye un artículo
de Dainerys Machado Vento sobre el vocalista Carlos Embale, otro de
Frank Delgado sobre el recientemente desaparecido cantautor cubano
Santiago Feliú y un análisis de Abel Prieto, quien profundiza en
los resortes creativos en la narrativa de Jorge Luis Hernández, uno
de los grandes narradores cubanos de las últimas décadas.
El
director de la revista Norberto Codina, al introducir la presentación
de este número, agradeció especialmente la colaboración del
recordado periodista y realizador Orlando Castellanos (1930-1998), a
quien siempre se ha tenido presente en La Gaceta, por la posibilidad
de publicar por primera vez —como primicia en esta ocasión— la
entrevista que le realizara al poeta chileno Nicanor Parra.
“Perseverancia
y voluntad en su sistematicidad, en cómo puede asegurar los temas y
asuntos a discutir en la contradictoria y polémica dinámica de la
cultura cubana contemporánea”, fue lo que destacó al concluir
Jorge Núñez su presentación, para reafirmar que todo ello
convierte a La Gaceta en “la mejor revista de su tipo en el país”.
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