El destacado
sociólogo y filósofo cubano Aurelio Alonso, Premio Nacional de
Ciencias Sociales y Humanísticas 2013, recibió en la tarde del
viernes 11 de julio en la Sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC
el Premio a la Excelencia Académica en los estudios sobre Cuba que
otorgó este año 2014 la Asociación de Estudios Latinoamericanos
(LASA, por sus siglas en inglés).
El Premio LASA es
entregado cada año por la Sección de Relaciones Académicas con
Cuba de esa organización —con base en los Estados Unidos y una
larga trayectoria de cercanas relaciones entre intelectuales y
estudiosos universitarios de ambos países— con el fin de reconocer
la obra de toda la vida de importantes personalidades y académicos
del mundo por su contribución a los estudios sobre Cuba.
La entrega del
premio corrió a cargo de la co-presidenta saliente de la Sección
Cuba de LASA, Nancy Morejón, junto a los profesores de la
Universidad de La Habana Omar Everleny y Milagros Martínez, miembros
de la directiva cubana en el pasado mandato. En su intervención,
Nancy señaló la complejidad de “valorar la carrera y la
trayectoria intelectual de alguien que ha estado en el centro de las
ideas y de las más nobles conductas”.
“Con una perenne
sonrisa en los labios y una asombrosa generosidad fundó, a lo largo
de la sexta década del siglo XX, los más firmes pilares de un
pensamiento filosófico de vanguardia, a caballo entre el fogueo de
las tareas cotidianas, el compromiso político y el más esforzado
rigor académico”, destacó la poeta.
El doctor en
Ciencias Filosóficas de la Universidad de La Habana Félix Valdés
—quien formulara oficialmente la propuesta del premio ante LASA—,
resaltó varios momentos de la trayectoria profesional del destacado
intelectual cubano. Indicó que para todos estaba claro que sobran
razones para entregarle el premio: “además de los lauros y su
trayectoria, por su constancia ética, su presencia sistemática y su
militancia profundamente revolucionaria”.
Por su parte, el
reconocido investigador Juan Valdés Paz —colega de Aurelio a
través de los años de batallas intelectuales— resumió en una
simpática y profunda intervención la esencia del homenaje. Lo
caracterizó como “intelectual crítico y comprometido” y destacó
su contribución al pensamiento heterodoxo y a la cultura crítica en
la enseñanza del marxismo, sobre bases históricas.
“Aurelio Alonso es
un filósofo en el más sentido socrático”, señaló Valdés Paz,
porque con su trabajo no solo respondió muchas preguntas sino —a
la vez— ha levantado muchas inquietudes que continúan siendo una
valiosa contribución a la formación de las nuevas generaciones y a
la historia del pensamiento cubano.
Aurelio recibió
agradecido el premio y, con su humildad característica, expresó su
sorpresa al considerar que su contribución a LASA —desde 1989—
había pasado inadvertida. Caracterizó ese espacio como “la
organización de latinoamericanistas más grande del mundo, con una
amplia diversidad de opiniones caracterizada por la reflexión
académica”.
“LASA es un
espacio de reflexión inteligente, una verdadera batalla de ideas que
no se puede perder”, indicó al recordar momentos en que académicos
de Estados Unidos han demostrado una auténtica vocación intelectual
en su relación con los colegas cubanos y donde nuestro país ha
logrado abrir un espacio de respeto y admiración.
En ese sentido,
llamó la atención a las generaciones más jóvenes sobre el
escenario que favorece esta organización, de sumo interés para la
estrategia académica en el futuro. En esta Latinoamérica que
cambia, “quiero insistir que LASA es un espacio nuestro, para que
podamos ir a defender la inteligencia de las transformaciones que
están teniendo lugar en nuestra región y en Cuba”, reafirmó.
Al homenaje de
tantos amigos y colegas se sumó el tradicional encuentro Poesía en
movimiento, que organiza la Asociación de Escritores de la UNEAC y
el Festival Internacional de Poesía de La Habana. Con un performance
de cuatro obras de autores cubanos, ejecutados por integrantes del
grupo de pantomima Mimoclán Teatro, sus actores y bailarines se
acercaron a la poesía desde la maestría y la estilización del
cuerpo bajo la dirección artística de Amelia Biart.
Esta acción se
realizó además en memoria de Nicolás Guillén y Pablo Neruda y se
inscribió en las Lecturas contra la Guerra que, para el mes de
julio, ha convocado el Movimiento Poético Mundial.
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